Introducción a la Atlantología Científica

Introducción a la Atlantología Científica

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La Única Ubicación Posible de la Atlántida

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Numerosas son las ubicaciones que se han intentado dar a la enigmática civilización atlante. Así mismo se la ha querido hallar hasta en los lugares más inverosímiles. Lo cierto es que la Atlántida ha sido siempre verdaderamente apetitosa para la mayoría de los pueblos de la Tierra. Sin embargo, y para disgusto de muchos,
la Atlántida jamás estuvo en otro punto que no fuera entre la Península Ibérica y el Norte de África, frente a Gibraltar; ni tan siquiera en el centro del Atlántico como había pensado la mayoría (incluido yo mismo) de los estudiosos.

La teoría de la Atlántida en España y su identificación con Tartessós parece haberse hecho patente ya desde finales del S. XIX a través del injustamente olvidado historiador español Francisco Fernández y Gonzalez, padre del célebre Juán Fernández Amador de los Ríos, quien hizo este reclamo de prioridad teórica de su padre al
alemán Adolf Schulten, al que los propios historiadores españoles le adjudicaron la inmerecida fama de haber sido el primero en defender esta teoría. ¡Hay que ver como somos siempre con los nuestros! Esto me recuerda el caso de Marcelino Sanz Sautuola, el primer investigador de las célebres pinturas rupestres de Altamira, quien
murió en la vergüenza de haber sido vituperado como falsificador.
Posterior a Amador de los Ríos, a Schulten y a la arqueóloga Elena Whitshaw todos los que han defendido la teoría de Atlantis-Tartessós no han hecho más que reincidir, salvo en pequeños detalles, en los mismos puntos. Mención aparte merecen algunos investigadores como Mario Roso de Luna -probablemente el mayor científico, creador
intelectual y filósofo de la generación del 98, también injustamente condenado al ostracismo- Juan G. Atienza, Fernández Sánchez Dragó y Jorge María Ribero-Meneses. Todos estos investigadores presentan un
común denominador, la creencia en una Atlántida paleolítica y megalítica, autora de las mejores pinturas rupestres, como las de Altamira, y de los más impresionantes megalitos, como los de Antequera y los Millares. Aunque Ribero-Meneses difiere de ellos en que ha realizado un estudio mucho más profundo desde el punto de
vista filológico y ha propuesto como sede geográfica de lo que él llama la "primitiva Atlántida" a las serranías cántabro-castellanas.
Hasta el año 1994 estuve convencido de que la Atlántida de Platón se encontraba en medio del Océano Atlántico, en un punto cercano a las Islas Azores como la gran mayoría de los "atlantólogos", mientras que mi amigo y maestro en polémicas Ribero-Meneses intentaba hacerme ver lo equivocado que me hallaba. Él defendía que la Atlántida se encontraba en el Norte de Iberia, pero a mí no me acababan de convencer algunos de sus métodos de reconstrucción lingüística, y por ende algunas de sus conclusiones. Ahora me siento obligado a reconocer que, al menos, en cuanto a la identificación de la Atlántida con la Península Ibérica, Ribero-Meneses tenía la razón.
La misma razón que los primeros, que mucho antes, defendieron esta teoría: Francisco Fernández y Gonzalez y su hijo Juán Fernández Amador de los Ríos.

Como buscador de la verdad, sea cual sea, esté donde esté y caiga quién caiga, a mí solo me interesaba descubrir la verdad sobre los hechos narrados por Platón sobre la Atlántida; así como su verdadera ubicación. La sola lectura del texto de Platón me infundía una fuerte intuición de que aquello no podía tratarse de una mera invención como pretendían fundamentar algunos escépticos.

Hacía ya mucho tiempo que había comprendido que es imposible realizar un estudio serio y riguroso en materia de historia y arqueología sin recurrir a las fuentes primarias, es decir, al texto en su lengua original; lo que me llevó a realizar estudios de lenguas antiguas como el griego, el latín, el egipcio, el fenicio, el sumerio y el sanskrito, entre otras. La inmensa mayoría de los que se dedican al estudio del pasado trabajan sobre fuentes indirectas, sobre información de segunda y tercera mano. De esta manera, los errores cometidos por los intermediarios son asimilados y trasmitidos a través de una cadena de investigadores que se asientan unos encima de otros sin que se decida acudir, salvo escasas excepciones, a la fuente primera. La autoridad y competencia de los especialistas académicos antecesores se asume como algo prácticamente fuera de toda duda e inapelable en la mayoría de los
casos, y es ahí donde está, precisamente, el mayor peligro para la reconstrucción histórica del pasado. Y para la búsqueda del saber verdadero.

Así pues, nada más empezar la lectura del texto en griego del Timaios en la obra de Platón, donde comienza el primer relato sobre la Atlántida me percaté de un gravísimo error de traducción. Un error, que repetido después hasta la saciedad -por todos los investigadores intermediarios que no tradujeron directamente del griego o el latín o que no se atrevían a realizar enmiendas a las traducciones comunes- terminó por convertirse en una verdad
incuestionable, que ha traído como consecuencia que muchísimos miles de seres humanos (entre los que también me encontraba) durante muchísimo tiempo se hayan creído que la Atlántida o Isla de Atlas - que es lo que realmente significa el nombre de Atlántida o de Atlantis- estuviera en el medio del Océano Atlántico. Este primer
error fue traducir la palabra griega "pélagos", antecedente de nuestra voz piélago- como océano. Originalmente esta voz griega "pélagos" significaba "marisma", "estanque","laguna", "playa", "canal" y "estrecho" como lo demuestran un buen número de palabras relacionadas dentro de la propia lengua helénika, en parientes
lejanas como el lituano y en otras que han mantenido algún contacto histórico como la fenicia, la egipcia, y el ladino o dialecto judío- español de la España tardo medieval, donde "pélago" seguía manteniendo la antigua significación griega de "balsa" y "estanque" (Pascual Pascual, 1977). Así, cuando el texto en griego decía:

"...tote gar poreusimon ên to ekei "pelagos" : nêson gar pro tou "stomatos" eichen ho kaleite, hôs phate, humeis "Hêrakleous stêlas" ..." (Timaios 24e)

"...Entonces sí se podía atravesar aquel "piélago": una isla, en efecto, había delante de la "boca" a la que vosotros llamáis, y dais a conocer, las "Estelas de Herakles" ..."

Los primeros traductores de lenguas modernas escribieron:

"...En aquella época, se podía atravesar aquel "océano" dado que había una isla delante de la "desembocadura" que vosotros, según decís, llamáis "Columnas de Hércules" ..."

He "subrayado" las palabras claves de este pasaje. La palabra "pélagos" aparece mal traducida en muchos textos y diccionarios greco-latinos como "mar" o "alta mar". Mas adelante expondré en este medio el estudio etimológico y lexicográfico que hube de realizar para convencerme de su verdadero y original significado de "marismas", "playas" o de lo que hoy conocemos como "archipiélagos" Este estudio etimológico y lingüístico llega a ocupar todo un capítulo en el libro que he realizado sobre esta tesis dela La Atlántida entre Iberia y África, frente a Gibraltar .
De todas maneras, si Platón hubiese querido referirse al océano, en vez de a un Piélago, sencillamente hubiera usado la voz griega Ôkeanos.

Una prueba irrefutable de que esta última traducción usada por la mayoría de los autores modernos y contemporáneos es absolutamente errónea la tenemos en la primera traducción latina conocida del original griego de la obras completas de Platón. La traducción de Marsilio Ficino (1433-1499). En esta primera versión latina se lee perfectamente como la voz "fretum" sustituye a la griega "pelagos". La clave "pelagos=fretum".

Lo mismo se corrobora en la traducción latina del Timaios hecha por Chalcidio en el siglo IV d. C. En efecto, la clave de "pelagos=fretum" es una de las pruebas irrefutables que poseo para documentar mi tesis de la Atlántida cerca del Estrecho de Gibraltar, que no es mas que corroborar, simplemente, alguna de las afirmaciones que Platón decía sobre esta enigmática Civilización y que a continuación detallaremos.

La primera traducción al latín de los originales en griego de todos los diálogos y documentos de Platón, como se ha dicho, fue realizada por Marsilio Ficino a mediados del Siglo XVI, siendo a su vez la primera impresión de las obras completas de Platón. "Divini Platonis Opera Omnia", fue impresa en el taller tipográfico del Convento de
Santiago de Ripoli, en Florencia, entre 1482 y 1484. Los originales que Ficino usó para su traducción latina hoy en día están "desaparecidos". De ahí el enorme valor que tiene esta primera traducción, ya que la versión griega que hoy conocemos, parte de la que hicieron Aldus Manutius y Marco Musurus en Venecia 1513, unos 30
años después, según parece, de la traducción latina de Ficino. Quiere todo esto decir que, aunque suelo tener en consideración ambas versiones, la griega y la latina, evidentemente la versión latina desde el punto de vista de la rigurosidad sería la mas completa y fiable. De hecho, las claves más fundamentales para localizar a la Atlántida las he obtenido gracias a esta traducción latina de Ficino y a la traducción comentada de Chalcidio, la más antigua de todas las traducciones latinas existentes.

En estas traducciones se hallan pruebas tan contundentes como esta que a continuación expondremos. Tanto Chalcidio como Ficino utilizan una palabra clave para la tesis que estamos defendiendo en cuanto a la ubicación de la Isla Atlantis me refiero a la palabra latina "fretum", la cual usa en la misma posición en la que aparece siempre en la versión griega la voz "pélagos". Pues bien, para aquellos de Ustedes que no estén muy familiarizados con la lengua de los romanos o que no recuerdan bien las lecciones de latín de la escuela les diré que "fretum" significa, justamente, "estrecho". ¡¡Eureka!! O sea, que según Ficino la Atlántida se encontraba en el mismo Estrecho de Hércules. Pero mejor veamos los siguiente pasajes de la versión latina, para que podáis comprobarlo por vosotros
mismos:

"...TUNC ENIM ERAT FRETUM ILLUD NAVIGABILES. INSULAM AUTEM IN ORE MARIS ADITU, QUAM AD EAS ANGUSTIAS, QUAS VOS HERCULIS COLUMNAS VOCATIS, EXTITISSE..."

"...Entonces aquel Estrecho era navegable. Pues existía una isla en la entrada o boca del mar, hacia ese paso estrecho, que vosotros llamáis columnas de Hércules. ..."

Chalcidio (discípulo de la Akademia de Platón, S. IV d.C.) escribe:

"... TUNC ENIM FRETUM ILLUD, OPINOR, ERAT COMMEABILE HABENS IN ORE AC VESTIBULO SINUS INSULAM, QUOD OS A VOBIS HERCULIS CENSETUR COLUMNAE. ..."

"... Entonces aquel Estrecho, opino, era transitable pues había una Isla en la Boca o en el Vestíbulo del Golfo, que es la Boca que vosotros consideráis de las Columnas de Hércules. ..."

Como veréis, existen unas pequeñas diferencias, que en el caso de la versión de Chalcidio, precisan aún más que la Isla Atlantis se encontraba, justo a la entrada del Estrecho, hacia la parte del Golfo Atlántico, que es lo que significa esa matización de "AC VESTIBULO SINUS", es decir, "en el Vestíbulo del Golfo".



Comparémoslo ahora con la versión griega que, como ya hemos apuntado, es muy probable que parta de la anterior traducción latina de Ficino:

"... tote gar poreusimon ên to ekei pelagos : nêson gar pro tou stomatos eichen ho kaleite, hôs phate, humeis Hêrakleous stêlas ..." (Timaios 24e)

"... Entonces sí se podía atravesar aquel piélago: puesto que una isla tenía delante de la boca a la que vosotros llamáis, y dais a conocer, las Estelas de Herakles ..."

Veamos otro pasaje de la traducción de Ficino. Esta vez no traduciré yo directamente, lo haremos a través de la traducción castellana de Gregorio García (1607) sobre el mismo original latino de Marsilio Ficino:

"...porque entonces aquél Estrecho era navegable: teniendo à la boca, y casi à la puerta de las Colunas de Hércules, que vosotros soléis llamar, una Isla.." (traducción castellana del original latino de Marsilio Ficino por Gregorio García, 1607)

Entonces... ¿Existen o no suficientes razones de peso para defender que la Isla Atlantis -si existió realmente, si no se trataba de una simple fantasía de Platón- solo pudo estar en algún punto muy cercano al Estrecho de Gibraltar?

Si la Isla Atlantis estaba pues en la "entrada" o en el "paso" mismo, ante la "boca de la angostura" o "estrecho" mismo, casi a la "puerta" o "entrada de las Columnas de Hercules", ¿cómo es posible que hasta hoy nadie se haya percatado de esta clave tan capital? ¿Cómo es posible que todos los atlantólogos anteriores,
desde el propio Ignatus Donelly, al que se le considera el "padre de la atlantología", nadie haya creído nunca en la única ubicación de la Isla Atlantis que ofrece Platón? La respuesta ya la tenéis todos. El culpable de toda esta confusión fue el primero que decidió guiarse por la versión griega -y no por la original latina de Chalcidio o Ficino- e interpretar la voz griega "pelagos" como "Océano", en vez de como "Estrecho" o simplemente como "Piélago" de marismas y bajos fondos. O cómo es que nadie ha pensado que si la voz original griega hubiese sido realmente pelagos por qué ni Chalcidio ni Ficino usarían en su lugar la palabra latina pelagus que a fin de cuenta era una voz derivada de la misma pelagos griega.

Está claro que si ambos usaron la voz FRETUM, es decir, "estrecho" o " espacio de mar angosto, entre tierra y tierra por donde el mar pasa de un lado al otro" fue porque la palabra griega de los manuscritos originales, que ellos tradujeron al latín, permitía esta traducción. Esto es puro sentido común. Es lógica aplastante. Además, al desaparecer "misteriosamente" la versión griega original no nos queda mas remedio que otorgar mayor validez a una gran parte de las palabras latinas usadas por Chalcidio y Ficino. Es obvio que, no es para nada científico que manipulemos a nuestra convenencia las palabras de Platón basándonos en posteriores traducciones modernas
que no son mas que retraducciones de la original latina de Chalcidio y Ficino, y de las posteriores versiones griegas basadas en la traducción latina de estos. Aún así, y suponiendo que la voz original griega fuese "pelagos", como ha quedado manifiesto, creo haber demostrado que la voz 'pelagos' admite una traducción más correcta que la de "océano" o "alta mar". Esta traducción es la de 'marismas' o "mar de islas de bajos fondos" que encajaría
perfectamente con la definición de 'estrecho' que ofrecen Chalcidio y Ficino mediante la voz latina FRETUM. Por otra parte, es probable que la voz griega que apareciera en el original fuera "porthmos" o bien "stenochoría"; ambas se usaban para denominar a los estrechos marinos. Dentro del texto griego que nos ha llegado, en concreto en el pasaje correspondiente a Timaios 25ª, encontramos una clara referencia que demuestra que el estrecho es el mismo piélago:

"...tade men gar, hosa entos tou stomatos hou legomen, phainetai limênstenon tina echôn eisploun: ekeino de pelagos..."

"...lo que quedaba, dentro de la boca que mencionamos, parecía un puerto estrecho en su entrada: el mencionado piélago..."

Así pues, tanto si usamos la traducción latina de Chalcidio y Ficino, como si usamos cualquiera de las versiones griegas posteriores, el "Pélagos" de Atlantis es lo mismo que el "Fretum" del Atlántico; el cual se describe como un "Estrecho" o "Puerto con una Entrada Estrecha", y cuyo nombre es justamente el de
las "Estelas de Hêraklês" o "Columnas de Hércules". Sin duda el actual "Estrecho de Gibraltar".

El Piélago de Atlantis frente a Gibraltar


Así pues, la tesis que defiendo, desde hace años, basada en los textos latinos y griegos de los diálogos de Platón, es irrebatible en cuanto al hecho de que la Isla Atlantis que describe Platón, es decir, la única Isla Atlantis o Atlántida mencionada en la Antigüedad con ese nombre, de haber existido en realidad, sólo pudo
estar donde los propios textos la ubican: en la "entrada" o en el "paso" mismo, ante la "boca de la angostura" o "estrecho" mismo, casi a la "puerta" o "entrada" de las "Columnas de Hércules". ¿Se puede pedir más?

Por otra parte, una prueba más de que Platón se estaba refiriendo en todo momento a un conjunto de marismas y archipiélagos lo tenemos en el mismo pasaje citado cuando al querer expresar la idea de atravesar utiliza la voz griega "poreúsimon", la cual hace referencia a lo relacionado con "pasar" o "atravesar por tierra",
según demuestra el análisis léxico-etimológico. Si Platón hubiese deseado expresar la idea de atravesar por mar o agua podría pues haber usado la voz porthmeúô "viajar por agua, estrecho o brazo de mar".

Sólo después del hundimiento de la Isla-ciudad y de alguna parte del archipiélago donde se asentaba -no de la Atlántida entera- es que el filósofo atheniense utiliza por vez primera, en el Timaios, una palabra con claro significado marino. Me refiero a la voz thalattas "mar". El texto dice así:

"... hê te Atlantis nêsos hôsautôs kata tês thalattês dusa êphanisthê: dio kai nun aporon kai adiereunêton gegonen toukei pelagos, pêlou karta bracheos empodôn ontos, dn hê nêsos hidzomenê par-ésjeto... " (Timaios 25d)

"... mientras que Atlantis, la isla, de la misma manera, hundiéndose debajo de la mar desapareció. Por ello ahora es intransitable e inescrutable la salida por aquél Piélago (o Estrecho), del fango de los muchos bajíos (o escollos) que son un obstáculo verdadero, hacia la isla allí asentada junto a la punta o extremidad..."

Como puede observarse Platón deja bien clara la diferencia entre la palabra (en genitivo) "thálattês" "de la mar" o "de las aguas" y la palabra "pélagos", relativa a las "aguas poco profundas, fangosas y con islas o estrecho"; como las aguas de todos los archi-piélagos conocidos hoy en día.

En cuanto a la ubicación de la Isla Atlantis, Platón, por boca del Kritias el Menor, afirma que en su época (S. IV a. C.) dicha Isla "se encontraba aún a poca profundidad, junto a la punta o extremidad..." Probablemente se estaría refiriendo a la actual "Punta de Tarifa" o al "Cabo de Trafalgar".

En otro pasaje, al referirse al mar Atlántico, Platón emplea la voz "pontos" (Tim. 25a) que en la lengua helénika es utilizada para denominar a los "mares", mientras que para referirse a lo que rodea al estrecho y a la isla-ciudad de Atlantis usa siempre la voz "pélagos" o sea, "piélago" ; emparentada con "archi-piélago" que significa "el Piélago Antiguo o Principal" y que era usado para nombrar el conjunto de islas del Mar Egeo. La configuración de este mar es justamente la de un mar repleto de islas de diversas dimensiones, por lo que tenemos aquí una clara evidencia del significado de "piélago" como un grupo de islas o islotes rodeados de agua, o mar de islas con frecuentes estrechos y bajíos que dificultan la navegación. Sentido este que hemos heredado en la actual terminología geográfica, donde un archipiélago es un "conjunto de islas agrupadas en una superficie de mar de una extensión determinada".

Una confirmación más, si cabe, de que Platón se refería a un "piélago" o "mar de islas" junto al "Estrecho de Herakles" lo tenemos en el hecho de que la mayoría de los autores de la antigüedad al referirse a las aguas que rodeaban al estrecho, de la parte del Mediterráneo o Mare Nostrum, solían utilizar las denominaciones de "Piélago Ibérico" y "Piélago Baleárico", evidentemente por las "Islas Baleares", entre otras ya desaparecidas que existieron cercanas al Estrecho, según ha confirmado la geología marina, y que eran denominadas en la antigüedad como "Piélago Atlántico" o "Pelagus Fretum".

De estos antiguos Piélagos se conserva actualmente la "Isla de Alborán" y numerosos bajos y bancos frente a Gibraltar en el vestíbulo del "Golfo Atlántico" como los "Bajos de los Cabezos", de "Camarinal" de "Trafalgar" y el "Banco de Majuan".

En otro pasaje, refiriéndose Platón a los hijos de Poseidón que gobernaban en la Isla Atlantis dice lo siguiente:

"... houtoi dê pantes autoi te kai ekgonoi toutôn epi geneaspollas ôikoun archontes men pollôn allôn kata to pelagos nêsôn, eti de, hôsper kai proteronerrêthê, mechri te Aiguptou kai Turrênias tôn entos deuro eparchontes. ..." (Kritias 114)

"...todos estos y todos los de su linaje mucho tiempo vivieron como arjontes (gobernantes) de muchos de los otros sobre el piélago de las islas, que, además, y de igual modo antes mandaron; hasta Egipto y Türrênia (Península Itálica), hacia dentro, hasta aquí, extendieron su poder..."

Una vez más Platón nos aclara las características del escenario geográfico que rodea a Atlantis. Este se ajusta al de un archipiélago, lo que queda perfectamente definido con la expresión "el piélago de las islas". A continuación el maestro atheniense nos precisa, más aún, al asegurarnos que un promontorio de la Isla Atlantis llegaba hasta las "Columnas de Hércules" y la "región de Gadira". Veamos este revelador pasaje:

"... tôi men presbutatôi kai basilei touto hou dê kai pasa hê nêsos to te pelagos eschen epônumian, Atlantikon lechthen, hoti tounom' ên tôiprôtôi basileusanti ... (Kritias 114a) ... tote Atlas: tôi de didumôi met' ekeinon te genomenôi, lêxin de akras tês nêsou pros Hêrakleiôn stêlôn eilêchoti epi to tês Gadeirikês nun chôras kat' ekeinon ton topon onomazomenês, Hellênisti men Eumêlon, to d' epichôrion Gadeiron , hoper t' ên epiklên tautêi onom' a paraschoi. ..." (Kritias 114b)

"... el mayor y rey es aquél del que toda la isla y el piélago lleva su nombre; el Atlántico ("Piélago de Atlas"), según se dice tiene el nombre derivado de este, el primero que fue rey... (Kritias 114a)... entonces Atlas. Al gemelo o ser que vino después, le correspondió por lote el promontorio (o las alturas) de la Isla (o Península) junto a las Estelas de los Heraklios otorgada por los dioses al lado (o cerca) de Gadiria que ahora allí ese lugar denominan por ese nombre, en Helenístico es Eumêlo, en indígena Gadiro (Gadeiron es el acusativo de Gadeiros, pronunciado, según las normas fonéticas de la lengua griega, como Gadiros o Gadiro), el que es muy posible que por sobrenombre así mismo dio nombre (al lugar); de esta forma el nombre fue originado..." (Kritias 114b)

Con este pasaje Platón dejó bien claro a través de la voz helénica "akras" -que también tiene el significado de cumbre, cima, altura; cabo, promontorio; además de castillo y ciudadela, como la voz latina "arx" -, que un promontorio o unas alturas de la "isla- península" se situaba junto a las "Estelas de Herakles" o "Columnas de Hércules", la cual estaba también al lado o cercana al lugar conocido en su época (S. III a. C., o bien en los tiempos de Solón, S. V a. C.) como "Gadiria". Nombre este que se suponía a la vez derivado del nombre de "Gadiro", el hermano gemelo de Atlas. Y que la "Gadirikê" o "región de Gadiria" se correspondía, más o menos, con la antigua "Gadir" fenicia y la actual provincia de "Cádiz" es algo que hoy en día está fuera de toda duda. La "Nêsos Atlantis" o "Isla-Península de Atlantis" era justamente una prolongación de la propia Península Ibérica hacia el Suroeste, que casi conectaba con todo el archipiélago de islas que existe entre Gibraltar y las Islas Madeiras (incluyendo las Islas que hoy en día están bajo el mar, muy probablemente hasta aquellas que están a unos 50 o 90 metros de profundidad) Por si acaso, me he tomado la molestia de revisar todas las fuentes originales conocidas en heléniko y latín que hacen referencia a este topónimo de Gadeira, y todas, sin excepción, ubican este paraje en las cercanías del "Estrecho Herakleo" o actual "Estrecho de Gibraltar". Valga como ejemplo estas dos muestras anteriores y contemporáneas a los tiempos de Platón:

1. Orae Maritimae de Rufo Festo Avieno (Siglo IV)

"... EST ATLANTICUS SINUS. HIC GADIR URBS EST, {...}, HIC SUNT COLUMNAE PERTINACIS HERCULIS..."

"... en el golfo Atlántico. Aquí está la urbe de Gadir, {...}, aquí están las Columnas del pertinaz Hércules..."

2. Periplo del Mar junto a las costas habitadas de Europa, Asia y Libia" de Pseudo Eskílax. (Siglo IV a. C.)

"... Europa (1): Comenzaré a partir de las Estelas de Herakles situadas en Europa hasta las que están en Libya y hasta los grandes Etíopes. Las Estelas de Herakles están frente a frente unas de otras y distan entre si una jornada de navegación. Y hay, junto a ellas, dos islas que llevan por nombre Gadira. Una de ellas tiene una Ciudad que dista de las Estelas de Herakles una jornada de navegación. Después de las Estelas de Herakles, situadas en Europa, hay numerosas factorías comerciales de los púnicos, fango, olas y mar abierto. Libia (111): "Acros es el nombre de la ciudad y del golfo, una isla desierta de nombre Drinaupa, la Estela de Herakles en Libya, la península Abilika y una ciudad en el río y enfrente de ellas las islas Gadiras.... Gadira. "Estas islas están junto a Europa y una de ellas tiene una ciudad y las Estelas de Herakles están frente a ellas, una la de Libya poco elevada, otra la de Europa elevada. Estas son penínsulas situadas una enfrente de la otra. Distan entre si una navegación de una jornada. ... (112): "A continuación de las Estelas de Herakles para quien navega hacia el exterior y deja Libya a la izquierda, hay un gran golfo (el Golfo Atlántico entre Iberia y África) hasta el Promontorio de Hermes (Cabo de San Vicente)..." [fin de cita]

En los diálogos del Timaios y el Kritias se usa siempre la palabra griega "Nêsos" (Isla o Península) para describirse a la Atlántida. Ni una sola vez se usó la palabra griega "Epeiros" (Continente o Tierra Firme) para describir a la Nesos Atlantis. Solo se usa "Epeiros" para referirse a lo que rodea al "Pélagos" (FRETUM o Estrecho) Atlántico y a la Nêsos (Isla-Península) Atlantis. Así pues, no cabe ni la más mínima duda de que Atlantis era una "Nêsos" o sea, una Isla-Península.

Atlantis, según Platón y por boca de Kritias, no era un continente. Era una Isla-Península que estaba junto a las Columnas de Hércules (Gibraltar) También según Platón, una punta o extremidad de la "Nesos" o "Isla-Península" de Atlantis pertenecía a Gadeiros, el hermano gemelo de Atlas. Platón explica que el nombre de este rey, es decir, Gadeiros, dio origen al nombre de la región de Gadeira o Gades. Aproximadamente la actual región de Cádiz. Esta región, según Platón, era conocida en su tiempo, es decir, en la época de Platón o de Solón, como Gadeirikê. Esta palabra griega se traduce como "Región de Gadir o de Gadira". La única Gadeira que existió en la antigüedad, cerca de las Columnas de Hércules (Gibraltar), del Atlas (Marruecos) y de Elasippo (Olisippo, Lisboa) se corresponde aproximadamente con la actual Provincia de Cádiz.

En efecto, Platón por boca de Kritias, advierte de que Solón tradujo los nombres de los reyes atlantes al griego -según sus significados- porque los egipcios también lo habían hecho anteriormente. Todos los nombres tienen su significado a través del griego: Atlas "el que Soporta", Amfêrês "el que Ocupa Ambos Lados", Euaimon "el Conocedor o el Experto", Mneseo "el Memorable, el Recordado", Autochthon "el Autóctono, el nacido en su misma tierra", Elasippon "el Jinete, el Conductor de Caballos", Mêstor "el Consejero Prudente", Azaes "el Seco, o el Árido y Caliente" y Diáprepes "el Distinguido, el Magnífico".

Todos los que han pretendido ubicar la existencia de Atlantis en cualquier otro punto del Mundo que no sea en las cercanías del actual Estrecho de Gibraltar, han tenido que verse obligados a forzar las traducciones de los textos modernos para que pudieran adaptarse a sus hipótesis preconcebidas. Ninguna de ellas se sostiene. De hecho, todas se basan en los típicos argumentos: "tal vez Platón lo que quiso decir fue..." o "y si en vez de tal, fue realmente cual..." o esa otra argumentación basada en los posibles defectos de ortografía de Platón o de sus copistas, quienes confundirían unas palabras por otras.

Aunque estos argumentos, en algunos casos concretos, podrían ser ciertos, no pueden constituirse, bajo ningún concepto, en el motor impulsor y guía de cualquier investigación que necesite de recurrir a la traducción de los textos antiguos originales. Evidentemente no sería esta la actitud más científica.

La precisión de Platón a la hora de ubicar la "Isla Atlantis", junto a las "Columnas de Hércules" (Estrecho de Gibraltar) y la "región de Gades" (Cádiz) es tan impresionantemente exacta que todos los que han intentado situarla en otros lugares del Mundo, no les ha quedado mas remedio que inventarse que las "Columnas de Hércules" nunca estuvieron donde siempre han estado o que pudieron existir otras. Cuando lo cierto es que el 99,9 de las citas antiguas sobre las "Estelas de Herakles" o "Columnas de Hércules" las sitúan en el "Estrecho" que separaba al gran "Mar Exterior" u "Océano Atlántico" del "Mar Interior" o "Mare Nostrum", el actual "Mediterráneo".

Vista de satélite del Estrecho de Gibraltar


Quienes han intentado establecer este absurdo de querer reubicar a las "Columnas de Hércules" en otros puntos del Mediterráneo, lo han hecho para poder defender a su vez absurdas hipótesis sobre la Atlántida en otros lugares fuera del entorno del "Estrecho de Gibraltar".

En ocasiones se ha intentado colocar a la "Isla Atlantis" hasta en lugares tan remotos y distantes del área atlántica y mediterránea, como por ejemplo, "Indonesia". Todos estos autores parecen haber olvidado también (de manera muy conveniente) que no sólo habría que cambiar la posición histórica de las "Columnas de Hércules" en el "Estrecho de Gibraltar", sino también la posición geográfica de "Gades" o "Cádiz", "Elasippo u Olissipo" (nombre de la antigua Lisboa) y "Meneszeus o Menestheus" (antiguo nombre del actual Puerto de Santa María, Cádiz); regiones o comarcas atlantes correspondientes a los reyes "Gadiro", "Elasippo" y "Mnêseas", hermanos de "Atlas", el primer y principal rey de la "Isla-Península de Atlantis".

Son cuatro ya los topónimos y puntos geográficos que he detectado en el relato de Platón y que coinciden con lugares citados por otros autores griegos y romanos en un área que abarca desde el estrecho de Gibraltar o "Columnas de Hércules" hasta Portugal. De ninguna manera esto puede deberse a una simple y mera casualidad. No existe ningún lugar en la tierra donde se hayan registado estos mismos nombres relacionados entre si, y en un área relativamente cercana.

Estos cuatros nombres atlantes: "Atlas" (Monte Atlas), "Gadiro" (Gadir, Gades), "Mnêséus" (Meneszeus), "Elasippus" (Olisippus), referidos por Platón, son coincidentes con topónimos que se conservaban aún en los tiempos de la conquista romana de Iberia, y en un área que abarca desde el actual "Estrecho de Gibraltar" hasta "Lisboa".

¡¡Seamos sensatos!! ¿Y todavía hay quien pretende buscar, no ya la Atlántida en el medio del Océano Atlántico o en el medio del Mediterráneo sino hasta en Indonesia? ¡¡Increíble, pero tristemente cierto!!.

La ubicación de la "Isla-Península de Atlantis" entre "Iberia y África", junto al "Estrecho de Gibraltar", delante mismo, en el "vestíbulo del Golfo Atlántico" y cerca de las regiones del "Atlas", "Cádiz", "Menestheo" y "Olissipo", nunca ha sido una tesis o una hipótesis, simplemente ha sido la única ubicación referida por Platón, y sinceramente, intentar sostener otra ubicación significaría, sencillamente, ignorar y despreciar por completo el texto de Platón y las fuentes antiguas, además de verse uno obligado a la manipulación y al empleo del argumento de la fuerza en vez de acudir a la fuerza del argumento.

No olvidemos que es a Platón, precisamente, a quien debemos que hoy discutamos sobre la Atlántida, por lo que deberíamos tener en cuenta primero sus afirmaciones, antes que las de cualquier "iluminado" o investigador moderno que se pasa por el "forro de sus calzones" las apreciaciones y los datos que Platón aporta. Es obvio que no existe nadie hoy en día con más conocimientos sobre la Atlántida que los que tuvo en su momento el genial filósofo atheniense.

Intentar defender otras ubicaciones de la "Isla-Península Atlantis" (o Isla de Atlas) que no sea la que claramente refiere Platón, en las cercanías de "Gibraltar, Cádiz y el Atlas" significaría, sin duda alguna, violar las más elementales reglas del método científico.

Quien no sea capaz de comprobar científicamente la existencia histórica de Atlantis, según los datos que aporta Platón y sin manipulaciones, al menos que tenga la decencia de no inventarse otras "Atlántidas" inexistentes a costa de hacer quedar a Platón como un viejo desmemoriado o como un mentiroso.

Espero que el rigor científico finalmente domine en las mentes inteligentes y racionales de todos aquellos que estudiamos estos hechos, que analicemos todos con profundidad los datos aquí aportados, y después saquemos nuestras propias conclusiones.

Al menos he dispuesto para todos las fuentes originales en las que baso mis estudios para que cualquiera pueda someter a comprobación mis conclusiones; algo que por ética y principio deberían haber hecho todos los que han intentado e intentan reconstruir estos hechos del pasado.

En resumen:

No existe en el relato de Platón original -tanto en griego como en su traducción al latín realizada por su discípulo Chalcidio, y posteriormente por Ficino- absolutamente nada que permita inferir, ni tan siquiera como una posibilidad remota, que la "Isla-Península Atlantis" ["Nêsos Atlantis" en griego, "Insula Atlantida" en latín] pudiera estar en otro lugar del Mundo que no fuera justo, al lado mismo, de las "Columnas de Hercules" (Gibraltar) y de las "regiones del Atlas", "Gades" (Cádiz), "Menestheo" (¿Puerto de Santa María?) y "Olissipo" (Lisboa). En el "vestíbulo del Golfo Atlántico" (Golfo de Cádiz) que se abre frente a las "Columnas de Hércules".

Cualquier otra afirmación u hipótesis sobre la ubicación de "Atlantis" en otro punto cualquiera de la tierra no se sostiene en lo mas mínimo, según las fuentes originales.

En cuanto a la actividad sísmica submarina, también existen pruebas más que suficientes de una actividad bastante fuerte bajo las aguas de Cádiz, Cabo de San Vicente y Gibraltar, es decir, la región del Piélago de Atlantis que describe Platón, por lo que no habría tampoco ninguna necesidad de intentar buscar otra región sísmica del Mundo para intentar ubicar a la Atlántida.

Las más recientes investigaciones geológicas y oceanográficas realizadas por científicos españoles a bordo del buque Hespérides, están dando muestras, según el Dr.Victor Díaz del Río de la Facultad de Ciencias del Mar del Instituto Geominero de España, de una altísima actividad sísmica submarina, "caracterizada por frecuentes terremotos con epicentros en la zona marina y sus correspondientes tsunamis que alcanzan dimensiones diversas", en esta misma área que he descrito y que identifico como el "Piélago de Atlantis".

Se han hallado hasta chimeneas volcánicas en las profundidades marinas frente a Cádiz. Otro destacado investigador el Dr. Luis Somoza Losada (Geología Marina, IGME) Ha dirigido un proyecto de investigación científica: la "Campaña oceanográfica TASYO 2000". Buque de Investigación Oceanográfica "Hespérides". Algunos de los resultados de estas investigaciones han permitido afirmar lo siguiente, referente al área cercana al Golfo de Cádiz:

"...En cuanto, la estructura profunda, se han detectado la existencia de grandes cabalgamientos corticales sobre la corteza oceánica con expresión morfológica en el fondo marino, lo que indica la actividad sísmica del área, relacionada con grandes fenomenos de tsunamis..."

Sobre la gran intensidad potencial de actividades sísmicas de origen submarino en esta área que identifico como el "Piélago de Atlantis", donde se encontraba la isla del mismo nombre y que desapareción debido a fuertes seísmos e inundaciones, según Platón, bastaría con recordar el seismo de origen marino que casi acabó con Lisboa en el S. XVIII. En particular, en la zona del Estrecho de Gibraltar, se han registrado leyendas sobre tierras sumergidas desde la época medieval. Al respecto, Enrique Gozalbes Cravioto en un interesante trabajo sobre leyendas antiguas y medievales del Estrecho nos dice - refiriéndose a la supervivencia de la desaparición de la Isla Atlantis frente a Gibraltar hasta los autores árabes- lo siguiente:

"...Es curiosa la continuidad, más o menos alterada, de esta tradición acerca de ciudades sumergidas y de la formación de escollos en la zona del Estrecho. {...} En la actualidad la mayor parte de los investigadores rechazan que el mito se fundamentara en una realidad histórica; no obstante una cierta tradición del mito se mantenía en las creencias de los habitantes del Estrecho y de Tarifa en particular..."

Sinceramente, como ya dije en otro momento, cada vez me resulta más difícil comprender cómo es posible que se hayan escrito tantos miles de libros y tantas, tantísimas, teorías sobre la ubicación de la Isla Atlantis por casi todos los rincones de la Tierra, con lo clarísima que siempre estuvo la referencia a su ubicación frente al actual Estrecho de Gibraltar??

Creo, como ya he apuntado igualmente en otras ocasiones, que la culpa de todo este embrollo ha sido motivada por el hecho de no recurrir nunca a las verdaderas fuentes primarias, es decir, a los textos más antiguos conocidos en sus versiones greco-latinas. En fin, por la falta de rigor en cuanto a la precisión y verificación de datos de manera directa. La mayoría de los investigadores que ha estudiado la "Atlántida", ya sean esoteristas, maestros iluminados, espíritus o fantasmas (sin sentido peyorativo alguno), y hasta científicos, han preferido regirse por las traducciones existentes de los diálogos de Platón a lenguas modernas posteriores a los siglos XVIII y XIX, presuponiéndolas siempre como correctas, cuando estas eran erróneas e imprecisas en aspectos muy fundamentales.

Se puede, si se quiere, por mero capricho, por ganas de molestar, por afán de protagonismo o simplemente por simple competitividad y comercio, insistir en poner la Atlántida donde a uno le dé la gana, ya sea en Creta, en las Azores, en las Bahamas, en Cuba, en México, en la Isla de Pascua, en Indonesia y hasta en la Antártida [que no tiene nada que ver con una deformación de Atlántida como algún "sesudo" a llegado afirmar, sino que es una palabra creada por sus descubridores para indicar "lo contrario u opuesto del ártico o ártido o sea, lo opuesto al norte"].

Sí, por querer llamar la atención y parecer uno original, se puede hasta colocar la Atlántida en la Luna o en un Planeta X. En fin, donde nos dé la real gana. Como ya se ha dicho, es a gusto del consumidor. Pero al menos deberíamos tener la dignidad y la ética de reconocer que, independientemente de dónde nos gustaría que estuviera la Isla Atlantis, la pura verdad, la realidad objetiva, es que el genial Maestro Platón sólo la ubica "junto a las Columnas de Hércules" (Gibraltar); enfrente mismo, cerca de las "regiones del Atlas" (Marruecos), de "Gades" (Cádiz), de "Menestheo" (¿Puerto de Santa María?) y de "Olissipo" (Lisboa), en la "boca misma del Golfo Atlantiko", es decir, entre el Suroeste de la Península Ibérica y el Noroeste de África. Muy probablemente entre Cádiz y Marruecos. Sobre el actual Banco de Majuan, rebautizado por Collina Girard como "Isla Spartel".

No olvidemos nunca que, hasta el momento, los diálogos de Platón [el Timaios y el Kritias] parecen ser las primeras y únicas fuentes originales escritas que se ha conservado sobre la Isla Atlantis o Isla de Atlas.

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