EL CICLO DE TANGUN (LEYENDAS COREANAS )

LEYENDAS COREANAS

Aquí presentamos algunas de las más importantes leyendas coreanas traducidas especialmente por Andrés Manrique. Los dibujos que ilustran este sitio de Temakel pertenecen a Diego Santos.

EL CICLO DE TANGUN

De acuerdo con fuentes arqueológicas y lingüísticas, la península coreana fue ocupada por tribus nómades provenientes de Manchuria y Siberia, que se constituyó a través del tiempo como la población actual de Corea. Pero si seguimos a sus leyendas, ¿De dónde creen los coreanos que llegaron sus ancestros?

Uno de los mitos más importantes de Corea es el que remite a la historia de Tangun, el primer emperador coreano en el año 2333 antes de Cristo y fundador del reino de Choson, como se nominaban las tierras que hoy ocupan Corea. Tangun fue hijo de Hwangung y el nieto de Hwanin, el creador, también conocido como el Divino Creador o el Rey de los Cielos.

La leyenda de Tangun tiene muchas versiones. La mayoría empiezan cuando Tangun le revela al padre su deseo de vivir en la Tierra. Hwanin, elige el Monte t’aebaek en la actual Corea del Norte, como la residencia ideal para su hijo. Hwanung desciende a la Tierra con 3000 compañeros y se declara rey. Reina en armonía y prosperidad, asistido por tres ministros: el Conde del Viento, el Maestro de la Lluvia y el Maestro de las Nubes.

Un día, un oso y un tigre piden a Hwanung que los ayude a convertirse en hombres. Entonces, Hwanung les entrega 20 dientes de ajo y un racimo de artemisa, indicándoles que coman las hierbas y que se retiren a sus cuevas durante 100 días, evitando la luz solar. Si cumplen las condiciones impuestas, se convertirán en seres humanos. El tigre, símbolo de la naturaleza salvaje, deja la cueva antes de lo pactado, empujado por su hambre voraz. El oso espera pacientemente y pasados los 100 días de encierro, emerge convertido en mujer.

El oso convertido en mujer, que simboliza la resistencia, desea un hijo y le reza a un árbol de sándalo para que la ayude. Hwanunug decide casarse con ella y poco tiempo después, nace su hijo: Tangun, el Emperador del Sándalo. (Algunas versiones dicen que el tigre estaba destinado a ser el esposo del oso transformado en mujer, pero como se alejó, el hijo quedó huérfano de padre.)

La leyenda cuenta que Tangun se convirtió en el primer humano que gobernó Corea, el ancestro del pueblo coreano, y la persona que dio a Choson el nombre de: “La tierra de las mañanas calmas.”

Versión traducida del artículo de Loretta Kim escrito para la Británica.com.


Los orígenes de Tangun
Nieto de Hwanin “El creador” e hijo de Hwangun. Fue concebido mediante la respiración de su padre sobre una joven y hermosa mujer. Según la mitología, Tangun, el nacido del aliento de su padre, fue el primer rey de los coreanos en el año 2333 a. de C.
Las leyendas sobre este héroe difieren en detalles. Siguiendo a una, su padre Hwangun dejó el cielo y habitó la punta del Monte T´aebaek (actualmente Daebaik) desde donde gobernó la tierra.
En determinado momento, dos animales, un oso y un tigre, expresaron su deseo de convertirse en seres humanos. Él ordenó a las bestias que se quedaran dentro de una cueva por cien días y los obligó a que comieran sólo ajo y artemisa -planta de poder medicinal- y que evitaran la luz solar.
El tigre no tardó en impacientarse y abandonó la cueva, pero el oso se quedó y después de tres semanas fue transformado en una bella mujer, quien sería la madre de Tangun.
El mito es importante porque vincula el pueblo coreano con un origen divino.

La asociación legendaria de Tangun con la agricultura llevó a distintas especulaciones. Una de ellas relaciona al mito con un líder histórico que aprendió los secretos del suelo en las ciudades-estado del valle del río Huang Ho. El Budismo y el Taoísmo se vistieron con un manto coreano, acreditándole a Tangun la asociación legendaria del inicio de una religión nacional aprendida en el cielo y como el padre de la máxima: Hongik-ingan (“Ama a la humanidad”). Un altar en la isla de Kanghwa, que se dice haber sido construido por el mismo Tangun, es periódicamente redecorado. Su cumpleaños, denominado “El día en que el cielo se abrió”, es el tercer día del décimo mes, el 10 de octubre que sigue siendo feriado para los escolares.


Lazos con la historia de P'yongyang
La capital de Corea del norte, sobre el río Taedong, a 48 kilómetros por tierra de la Bahía del Mar Amarillo, es conocida como la ciudad más antigua de Corea. La antigua capital de la dinastía legendaria de Tangun (2333 a.c.) fue ubicada en el lugar donde la leyenda fundó en 1122 a.c la ciudad moderna de P´yongyang. El registro grabado de la ciudad comienza recién para el año 108 a.c. con la fundación de una colonia China de trueque muy cerca de P´yôngyang que más tarde fue fortificada. En el año 427 P´yôngyang devino en la capital del reino de Korguryo pero doscientos años después (668) fue capturada por los invasores Chinos. Entre el 918 y 1392, los reyes de la dinastía Koryo hicieron de P´yôngyang su segunda capital. Y doscientos años después, la ciudad cayó bajo fuerzas japonesas y fue devastada por el Manchus a principios del siglo XVII.

Las invasiones sucesivas dejaron su huella en los coreanos y todo extranjero se transformó en sospechoso. Finalmente, cuando Corea abrió sus puertas a la inmigración, P´yongyang fue la base de una intensa campaña para importar el Cristianismo a Corea. Más de 100 iglesias fueron construidas en la ciudad que para 1880 era la que más misioneros protestantes tenía en toda el Asia.

Durante la Guerra Sino-Japonesa (1894-1895), mucho de P´yongyang fue destruido. La plaga siguió a la guerra y en 1895 la ciudad quedó en ruinas, desierta. En lo que duró la ocupación Japonesa, entre 1910 y 1945, la ciudad fue reconstruida como un centro industrial que tan sólo cinco años más tarde volvería a ser devastado por los numerosos bombardeos aéreos durante la guerra de Corea entre 1950 y 1953. Fue capturada por las Fuerzas armadas de Estados Unidos en 1950 pero la perdieron cuando la China Comunista entró en guerra. Luego de 1953, la ciudad fue reconstruida con la asistencia conjunta de chinos y soviéticos.

Una inmensa estatua de bronce de Ch´ollima, un caballo alado de la leyenda coreana, domina desde un alto pedestal el horizonte de la ciudad y simboliza para sus habitantes el progreso económico luego de la batalla de Corea. Secciones de la pared interna del Norte de la Reja de Hyunmoo siguen de pie. Muchos templos y pabellones que datan del reino de Korguryo fueron reconstruidos con su estilo arquitectónico original. Parámetros modernos incluyen al Gran Teatro, el Okyro Hall que tiene una gran cantidad de bancos para funciones oficiales así como muchas facilidades para la recreación de los trabajadores, como el estadio de Moran-bong. Encima de la Colina Moran el centro de recreación es un enorme teatro subterráneo y al norte, está la reputada tumba de la saga Kija (1122 a.c.) donde yacen los restos del legendario fundador de la ciudad.

P´yôngyang es el mayor centro textil y de procesamiento de comida. Depósitos de carbón cerca de la ciudad la proveen de energía para sus fábricas. Si bien hay criaderos de gusanos de seda en el Norte de Corea, algodón de genio, la lana cruda y los tejidos de rayón usados por los molinos deben ser importado. La ciudad tiene también refinerías de azúcar, fábricas de plástico y de cerámicas, talleres de vías férreas y un arsenal. Las más grandes instituciones comerciales y financieras son operadas por el gobierno.

La ciudad, es también asiento de la Universidad Kim Il-sung (1946), escuela médica y comunista para el entrenamiento de los líderes del partido. La educación adulta es impulsada en clases que se dictan en las fábricas. Hay una gran cantidad de instituciones de opera, teatro, danza y acrobacia y muchos parques bien cuidados alrededor de la ciudad. Los principales museos y librerías están también allí, en P´yongyang, la ciudad fénix que para 1981 tenía 1.283.000 habitantes.


La leyenda de Tan'gun
Por Samguk Yusa.
El Wei Shu cuenta que 2.000 años atrás, en los tiempos del emperador Yao, Tangun Wanggôm eligió Asadal como su capital y fundó el Estado de Chos&circom. Antiguos registros dicen que en el pasado,Hwanung, hijo de Hwanin, deseó descender del cielo y vivir entre los seres humanos. Su padre Hwanin,
pasó las tres montañas más altas y fundó en el Monte de T´aebaek el lugar ideal para que su hijo se asentara y ayudara, desde allí, a los hombres. Entonces, le entregó a Hwanung tres focas celestiales y lo
envió a gobernar a la gente. Hwanung descendió con tres mil seguidores hasta el altar sagrado, ubicado bajo un árbol sobre el monte T´aebaek y llamó al lugar la ciudad de Dios. Hwanung era el Rey de los cielos:
Lideraba al Conde del Viento, al Maestro de la Lluvia y al de las Nubes también. Tomó a su cargo 360 áreas de responsabilidad, dentro de las que se cuentan: el arte de la agricultura, la enfermedad, los ciclos de vida,
el castigo, el bien y el mal, así como la cultura que le llevó a su pueblo. En ese momento, un oso y un tigre que vivían en la misma cueva le rezaron al Santo Hwanung para que los transformara en seres humanos.
Les entregó un puñado de artemisa y veinte ristras de ajo y pronunció: “Si comen esto y evitan el sol por 100 días, asumirán la forma humana.” Luego de 21 días el oso cobró la forma de una mujer. El tigre, sin Embargo, incapaz de respetar la prohibición, salió al sol con hambre y conservó su felinidad. La mujer
desnuda, como no encontraba a un esposo, rezó en el altar bajo el árbol para que le fuera concedido un niño. Hwanung, metamorfoseado, se acostó con ella y de la unión, Tangun Wanggôm fue engendrado.


En el décimo quinto año del reinado del emperador Yao, Tangun construyó la ciudad empalizada de P´yônyang, la capital del país al que nombró Chosôn. Luego, movió la capital a Asadal, sobre el Monte Paegak (llamado también Kunghol) donde gobernó durante 1500 años. Cuando en el año Kimyo (1122 a.c.), King Wu de Chou, enfeudó Chosôn a Chi Tzu, Tangun se movió a Changdangyông y luego retornó a Asadal
dónde permaneció escondido como el dios de la montaña hasta 1908. (*)
((*) Fuente: Traducido al español de la versión inglesa de Peter H. Lee.

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