Rene Quinton nació el 15 de Diciembre de 1886 en Chaumes en Brie, Francia. Su padre, médico, procedente de una familia de médicos, era el alcalde de la ciudad. No recibió formación científica alguna. Sin embargo estaba dotado de dos cualidades importantes: gran capacidad de observación y pensamiento lógico-deductivo riguroso.
Según él, la vida, empezando por organismos unicelulares, tuvo su origen en el mar y las células están también bañadas por un mar interno cuya composición es similar al agua marina de aquellos tiempos.
Pensó que las células pueden sobrevivir en una disolución isotónica de agua de mar. Para comprobarlo, en el laboratorio de su amigo el Dr. Marey, desangraron un perro de 10 kgs y le sustituyeron su sangre por 532 cms cúbicos de agua de mar. El perro sobrevivió sin problemas.
Realizó otros experimentos con otros animales: el pez tenca, la rana, la gallina, y siempre consiguió que sobrevivieran..
En 1.904 publica su monumental obra “EL AGUA DE MAR, MEDIO ORGANICO”.
A partir de entonces usó el agua de mar con afectados de cólera, de gastroenteritis, raquitismo, etc. Con los mismos exitosos resultados y a partir de entonces se crearon dispensarios marinos en Francia , Estados Unidos y Egipto, todos usando la misma técnica (usar el agua de mar para curar enfermedades) y salvando vidas de forma inaudita.
A pesar del éxito de la aplicación del método Quinton en todos estos dispensarios marinos que instaló en varios lugares del mundo, este método cayó en olvido. Cuando Quinton murió su gran obra cayó en el olvido, ahora se está luchando por recuperar esta terapia.
Quinton estaba entonces en la cima de su gloria y era reconocido universalmente. Ningún médico ni biólogo ignoraba su teoría marina, aunque fuera discutida por algunas personas. Al morir, sus dispensarios florecían, su número no cesaba de aumentar, y funcionaban a pleno rendimiento. Pero inexorablemente, a lo largo de los años, su recuerdo se desvaneció; su teoría del agua del mar, medio original, se volvió la panacea de los mercaderes de la talasoterapia. Los antibióticos y laboratorios farmacéuticos fueron imponiendo sus medicamentos y descartando el suero milagroso gratuito.
La preocupación más grande de los que se inician en el concepto del suero milagroso, es la contaminación de las aguas marinas. Siempre es un dato a tener en cuenta si queremos usar esta terapia. Mejor escoger el agua que cogemos y a ser posible esterilizarla hirviéndola.
El PLASMA DE QUINTON es agua de mar recogida a 30 mts de profundidad, diluida con agua de manantial en una proporción de 2 a cinco y esterilizada en frio con un filtro.
El Plasma de Quinton es uno de los mejores regeneradores de los mecanismos celulares. Se ha empleando para corregir problemas de próstata, psoriasis, quemaduras, alopecia, artritis, osteoporosis, bronquitis, asma, gingivitis, problemas gastrointestinales o desequilibrios del sistema nervioso central, entre otras patologías. Incluso se ha demostrado su eficacia para tratar casos de drogodependencia, alcoholismo y hemofilia.
Y está además específicamente recomendado para problemas de piel, depresión del sistema inmune, infecciones, fatiga crónica o aguda, desórdenes de huesos en adultos, dolores del crecimiento en niños, embarazo y lactancia, abortos espontáneos repetidos, estrés y como normalizador de las deficiencias nutricionales
Según él, la vida, empezando por organismos unicelulares, tuvo su origen en el mar y las células están también bañadas por un mar interno cuya composición es similar al agua marina de aquellos tiempos.
Pensó que las células pueden sobrevivir en una disolución isotónica de agua de mar. Para comprobarlo, en el laboratorio de su amigo el Dr. Marey, desangraron un perro de 10 kgs y le sustituyeron su sangre por 532 cms cúbicos de agua de mar. El perro sobrevivió sin problemas.
Realizó otros experimentos con otros animales: el pez tenca, la rana, la gallina, y siempre consiguió que sobrevivieran..
En 1.904 publica su monumental obra “EL AGUA DE MAR, MEDIO ORGANICO”.
A partir de entonces usó el agua de mar con afectados de cólera, de gastroenteritis, raquitismo, etc. Con los mismos exitosos resultados y a partir de entonces se crearon dispensarios marinos en Francia , Estados Unidos y Egipto, todos usando la misma técnica (usar el agua de mar para curar enfermedades) y salvando vidas de forma inaudita.
A pesar del éxito de la aplicación del método Quinton en todos estos dispensarios marinos que instaló en varios lugares del mundo, este método cayó en olvido. Cuando Quinton murió su gran obra cayó en el olvido, ahora se está luchando por recuperar esta terapia.
Quinton estaba entonces en la cima de su gloria y era reconocido universalmente. Ningún médico ni biólogo ignoraba su teoría marina, aunque fuera discutida por algunas personas. Al morir, sus dispensarios florecían, su número no cesaba de aumentar, y funcionaban a pleno rendimiento. Pero inexorablemente, a lo largo de los años, su recuerdo se desvaneció; su teoría del agua del mar, medio original, se volvió la panacea de los mercaderes de la talasoterapia. Los antibióticos y laboratorios farmacéuticos fueron imponiendo sus medicamentos y descartando el suero milagroso gratuito.
La preocupación más grande de los que se inician en el concepto del suero milagroso, es la contaminación de las aguas marinas. Siempre es un dato a tener en cuenta si queremos usar esta terapia. Mejor escoger el agua que cogemos y a ser posible esterilizarla hirviéndola.
El PLASMA DE QUINTON es agua de mar recogida a 30 mts de profundidad, diluida con agua de manantial en una proporción de 2 a cinco y esterilizada en frio con un filtro.
El Plasma de Quinton es uno de los mejores regeneradores de los mecanismos celulares. Se ha empleando para corregir problemas de próstata, psoriasis, quemaduras, alopecia, artritis, osteoporosis, bronquitis, asma, gingivitis, problemas gastrointestinales o desequilibrios del sistema nervioso central, entre otras patologías. Incluso se ha demostrado su eficacia para tratar casos de drogodependencia, alcoholismo y hemofilia.
Y está además específicamente recomendado para problemas de piel, depresión del sistema inmune, infecciones, fatiga crónica o aguda, desórdenes de huesos en adultos, dolores del crecimiento en niños, embarazo y lactancia, abortos espontáneos repetidos, estrés y como normalizador de las deficiencias nutricionales
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