ATLANTIDA Y ESTRECHO DE GILBRALTAR

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ATLÁNTIDA
Una expedición llamada Deep Med One está dispuesta a resolver el misterio del continente perdido. Lo que distingue el nuevo intento, apadrinado por el profesor Jacques Collina-Girard, es que se mueve al amparo de la ciencia. El arqueólogo francés sitúa la Atlántida en el mismo lugar que revelan los textos de Platón: las antiguas Columnas de Hércules, es decir, el actual Estrecho de Gibraltar.

Girard llegó a esta conclusión mientras estudiaba las posibles migraciones entre los pueblos de Europa y el norte de África durante la última glaciación. Para ello, dibujó un mapa de lo que pudo ser el Estrecho de Gibraltar hace unos 19.000 años, cuando el nivel del mar estaba mucho más bajo que hoy.
La cartografía mostraba un archipiélago de islas situadas al oeste, por donde el arqueólogo sugirió que cruzaron los habitantes de la Edad de piedra. Curiosamente, la isla más grande, sumergida hace 11.000 años, existe como un arrecife llamado Espartel. Precisamente, allí es donde la expedición Deep Med One, situada a 200 m de profundidad, está investigando con ayuda de un sumergible tripulado.

Si se descubren evidencias de templos, caminos, armas o herramientas antiguas, podría quedar resuelto para siempre el misterio de la Atlántida.

Platon afirma que la historia de la Atlántida fue recuperada en Egipto por el sabio y estadista Solón. El cual había visitado, poco después del año 600 a.C., Saïs, capital del bajo Egipto y centro cultural del mundo civilizado de la época. Allí le mostraron los famosos archivos del antiguo Egipto, que se remontaban a muchos miles de años, entre los cuales se relataba la historia de la Atlántida.
Así pues, la narración de Platón es la única fuente antigua de la leyenda de la Atlántida, sin embargo toda la leyenda de la Atlántida ha atraído la imaginación del mundo occidental desde entonces. A pesar de que, algunos compatriotas de Platón, incluso su discípulo Aristóteles, dudaba de la verdad histórica del relato.
Aunque también por otra parte, cartas de navegación medievales, a menudo mostraban islas legendarias en el Atlántico, en las que se suponía existían idílicos climas y formas de vida. En el siglo XV, mapas portugueses mostraban Antilia, una isla mítica cuyo nombre puede haber derivado de la famosa Atlántida.
Durante los siglos siguientes se debatió la autenticidad de la Atlántida, aunque la moderna popularización de la leyenda se remonta a 1882, cuando el escritor Ignatius Donnelly publicó “La Atlántida: el mundo antediluviano” y situaba en las Azores a este contiente.
A partir de aquí, la Atlántida se convirtió en objeto de constantes especulaciones. La fundadora de la Sociedad Teosófica Madame Helena Blavatsky, en su libro “La doctrina secreta”, exponía este tema, al mismo tiempo que desvelaba la existencia de otros contienetes como Lemuria.
La evidencia arqueológica a favor de esta civilización perdida, se encontró en 1968, en un área inesperada, bajo las aguas poco profunda del Gran Banco de las Bahamas, lugar en el que se encontraron un gran número de bloques de piedra unidas y formando lo que se ha llamado “Camino Bimini”. A pesar de este descubrimiento, y de los siglos de especulación e investigación, la existencia de la Atlántida no ha sido probada ni refutada. Aunque si repasamos la historia nos encontramos con numerosas ciudades “míticas” probadas por la arqueología como que existieron realmente como Nínive por Layard, Troya por Schliemann, la civilización minoica por Evans,… Y si alguna vez se probara la existencia de la Atlántida, haría que se replantearan los orígenes del hombre.


La leyenda cuenta que la Atlántida era una isla, probablemente en algún lugar del Mediterráneo, que fue destruída por un terremoto o un tsunami.
Fue mencionada por primera vez por el filósofo griego Platón, hace 2.400 años, quien dijo que había desaparecido alrededor de 9.000 años antes de su época. Se dice que la Atlántida era una tierra de gran belleza, hogar de una civilización avanzada con una abundancia indescriptible.
La imagen romántica de una isla fabulosa tragada por el mar, ha significado que su ubicación haya sido buscada desde la época de Platón, aunque nadie está seguro si existió realmente. Las ubicaciones sugeridas para la Atlántida, incluyen lugares tan diversos como Suiza y Nueva Zelanda. Algunos expertos piensan que, en realidad, podría ser la isla de Creta.

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