LA ATLANTIDA Y LOS DIOSES

La Atlántida descrita en el Critias se divide en distritos. Los numerosos canales que la surcan convergen hacia la capital, de forma circular. En el corazón de ésta se levanta el palacio real, antigua residencia del Dios del mar. Se trata de una ciudadela de forma igualmente circular y de un diámetro de alrededor de 5 kms. Anillos concéntricos de tierra y de mar, unidos por túneles y puentes, componen esta Acrópolis.
Abriga templos, palacios y edificios públicos, así como campos de deportes. El más formidable de los templos es el dedicado a Poseidón. Sus fachadas exteriores están completamente cubiertas de plata y sus techos enchapados en oro.
En el interior, las bóvedas son de marfil cincelado con incrustaciones de oro, plata y oricalco (metal misterioso que se cree podría ser una aleación de cobre y oro). El templo está adornado con numerosas estatuas de oro.
Una de ellas sobrepasa a todas las demás, es la que representa a Poseidón, "de pie sobre un carruaje de seis caballos alados, y de tal magnitud que la figura toca la bóveda del edificio". La descripción de Platón muestra la riqueza y el poderío de la Atlántida. Un pretexto para utopías l texto de Platón es interpretado hoy en día como la primera de las utopías: una alegoría destinada a alabar los méritos del Imperio Ateniense, que se encontraba en esa época en decadencia.
Pero la ciudad ideal que describe el filósofo, ¿es puramente imaginaria, o la construcción platónica descansa en una tradición que podría tener orígenes históricos? Este debate aún no ha terminado. Los antiguos comentaristas parecen ellos mismos divididos sobre el sentido de los diálogos platónicos. Aristóteles, en el siglo IV a.C., afirma que la Atlántida no es más que un mito. Por otra parte, un discípulo de Platón afirma haber visto en Sais los jeroglíficos que relatan la historia contada a Solón. En la Edad Media la Atlántida es prácticamente olvidada. El interés por esta isla tragada por el mar renace en el siglo de los descubrimientos, e incluso algunos autores se arriesgan a identificar América como la isla platónica. Con mayor frecuencia los filósofos retoman el contenido de los tratados platónicos para disertar sobre la noción de ciudad ideal. Así el filósofo inglés Francis Bacon redacta en 1637 una Nueva Atlántida (Nova Atlantic) especie de novela científica donde navegantes llevados por los vientos a regiones inexploradas del océano acceden a las costas de una isla desconocida, donde un gobierno iluminado hace reinar la felicidad absoluta; el sueco Olav Rudbck traza una alegoría de su propio país como cuna de la civilización (Atland o Manhem, 1679-1702), y el catalán Jacint Verdaguer hace del continente perdido el objetivo de Cristóbal Colón (L'Atlantida, 1876).
En la época contemporánea el mito de la Atlántida continúa alimentando utopías filosóficas y ficciones novelescas. A comienzos de siglo XX, el escritor francés Pierre Benoit publica una Atlántida pronto famosa, donde la isla misteriosa se encuentra en pleno desierto.
Más seriamente, arqueólogos y especialistas del mar han intentado identificar la isla. Para los griegos Galanoupoulos y Marinatos, así como para el francés Cousteau, la Atlántida no sería otra que la isla de Santorín, situada a 110 kms. al norte de Creta. La isla es en efecto circular, y en el 1500 a.C., Creta estaba en el apogeo de su poderío. Su civilización minoica era brillante y su comercio se extendía por todo el Mediterráneo. Además era enemiga de Atenas y practicaba el culto al toro, al igual que los Atlantes. Pero en 1470 a.C. el volcán Santorín hizo erupción brutalmente. La erupción fue acompañada de grandes terremotos, lluvias de cenizas y una ola formidable de varias decenas de metros de altura. Fue esta ola la que debió abatirse sobre Creta, destruyendo su civilización para siempre.
Pero, ¿es posible que Platón hay confundido fechas y lugares, o mezcló deliberadamente eventos históricos y una tradición legendaria para forjar una alegoría de alcance político y moral? Esta última es una hipótesis plausible.
Si admitimos que la Atlántida realmente existió, surge el problema de su ubicación geográfica. Las hipótesis que se barajan son las siguientes:
De América a Escandinavia
Algunos ubican la Atlántida en América del Sur, con los mayas, y otros en Heligoland, isla de Mar del Norte, cerca de las costas danesas o alemanas (J. Spanuth) o en el Sáhara (idea popularizada por P. Benoit en su novela La Atlántida, 1919). Finalmente, algunos ven en la antigua ciudad de Tartessos (situada en la desembocadura del Guadalquivir, en España) la ciudad atlante.
Las Azores
Tomando en cuenta el texto de Platón, esta ubicación parece ser la más lógica. Ya en 1882 I. Donelly adelanta esta hipótesis. Más tarde, O.H. Muck, desarrollando argumentos adelantados por los arqueólgos Kircher y Schliemann, sostiene que las Azores son la antigua Atlántida.
Insiste en la situación geográfica de las Azores, y afirma que forman una zona de fractura en la corteza terrestre y que existe abundancia de volcanes en actividad.
Bimini
Pero otros piensan que la Atlántida se encontraba de hecho en la parte oeste del océano Atlántico, en las proximidades de la isla Bimini (Archipiélago de Las Bahamas). En 1968, una estructura sumergida fue descubierta en esta zona. Siguieron expediciones llevadas a cabo por M. Valentine, conservador honorario del Museo de Miami y D. Reikoff, experto en fotografía submarina.
Se reconocieron dos muros, orientados perpendicularmente uno respecto al otro. Tomando en cuenta que Bimini se hunde en forma paulatina en el mar, los dos investigadores dataron estas construcciones en unos 8.000 a 10.000 años, es decir, en una época en que ningún pueblo de la región conocido por los arqueólogos poseía un nivel cultural y técnico que le permitiera realizar tales muros. El único problema es que se ha puesto en duda el origen humano de tales estructuras, considerándolas hoy día como un fenómeno natural.
Así, es posible que futuros hallazgos arqueológicos y científicos permitan aportar datos más precisos sobre la ubicación y existencia de este maravilloso continente atlante, confirmando así las enseñanzas de Platón y todas las antiguas tradiciones esotéricas
Creta y La Atlántida

Tartessos, diversas civilizaciones americanas como la Olmeca o la Maya, Creta y Troya tienen algo en común. Todas estas culturas han sido propuestas como origen del mito platónico de La Atlántida. Imagino el desconcierto de muchos al ver que esas propuestas han sido defendidas con parecidos argumentos por parte de arqueólogos de reconocida solvencia profesional. Si ni ellos (que tendrían que saber de lo que hablan) consiguen ponerse de acuerdo, ¿qué esperanza tengo yo de enterarme de la realidad sobre este asunto? se preguntan numerosas personas. Intentaremos poner algo de orden en esta situación. Todas estas teorías tienen un fallo en común. Enfatizan las similitudes entre el relato platónico y la civilización de turno y prescinden de las diferencias. Por ello hemos pretendido incluir en este trabajo la totalidad de las principales afirmaciones platónicas sobre la isla de La Atlántida. Como ejemplo nos hemos centrado en la concordancia que más se está oyendo en estos momentos, La Atlántida sería un recuerdo de la explosión (a causa de una erupción volcánica) de la isla de Thera cercana a Creta en torno a 1.500-1.475 a. de C. Aunque por la razón indicada nos limitaremos a esta afirmación, este procedimiento sería aplicable a todas las demás identificaciones propuestas. Animamos a todos a continuar con este trabajo, a seguir profundizando con sentido crítico (incluso con este trabajo que no será perfecto ni estará libre de errores) en el conocimiento de las culturas antiguas. Pocas actividades son tan hermosas como indagar en el pasado. No encontraremos La Atlántida, que está hecha "del material que forma nuestros sueños" pero sí algo aún más importante, nuestras propias raíces.

LOS RELATOS SOBRE LA FUENTE
La narración sobre La Atlántida nos ha llegado en dos de los diálogos platónicos, el "Timeo" y el "Critias". En ambos es el mismo personaje el que narra la historia (Critias) y comienza por explicar la razón por la que él es poseedor de un conocimiento histórico que nadie más posee. Aquí comienzan los problemas, la historia es distinta en cada uno de los dos diálogos.
En "Timeo" Critias cuenta cómo Solón entabló conversación con los sacerdotes egipcios de la ciudad de Sais sobre la antigüedad de Atenas. Ante su sorpresa uno de los sacerdotes se rió de su ignorancia sobre sus propios antepasados ya que los atenienses habían perdido el recuerdo de su hazaña más gloriosa, el haber sido capaz de derrotar la expansión europea y asiática del imperio atlante. Con dicha narración, Solón quiso escribir un poema épico que hubiera superado a los de Homero que quedó inconcluso pero que había sido conocido por Critias el Viejo (le llamo así para diferenciarlo de su homónimo y nieto que es el participante en el diálogo platónico). Cuando Critias el Viejo tenía cerca de 90 años le contó la historia a Critias que tenía unos 10 años que aún la recordaba. En "Critias" comienza afirmando (108d) que casi todo lo que sabía de esta historia está en el dominio de Mnemósine (la personificación de la memoria) lo que supone una confirmación de la narración anterior. Sin embargo en 113a y b afirma que conserva en su casa los documentos de las investigaciones de Solón sobre La Atlántida que procedían de la casa de su abuelo Critias el Viejo lo que contradice la versión anterior.
Esto ya es suficiente para plantearse el grado de verosimilitud de toda la historia, pero cuando veamos las afirmaciones sobre la isla-continente veremos que la cosa se pone peor.

LOS RELATOS
¿Qué afirma Platón sobre La Atlántida? Pues muchas cosas.Veámoslas en cada uno de los dos diálogos y examinémoslas para ver si confirman la hipótesis de la identificación entre la civilización minoica y La Atlántida:

TIMEO
1) 9.000 años antes de Solón (es decir unos de 11.500 años B.P) los atenienses derrotaron al imperio atlante (24a)
La fecha de población más antigua para Creta se documenta en Cnosos y es aproximadamente de 6.100 a. de C. Por tanto, debemos considerar la afirmación como errónea sin duda.

2) El gran imperio atlante procedía del océano Atlántico y se estaba extendiendo por Europa y Asia. (24d)
La civilización cretense no procedía del Atlántico ni nunca formó un imperio. Aún cuando consideráramos la zona de influencia comercial y de asentamientos de factorías como colonias, aún en su momento de mayor expansión está muy lejos de la importancia que afirma Platón. Afirmación errónea sin duda.

3) La Atlántida era una isla gigantesca situada frente a las Columnas de Hércules y era mayor que Libia y Asia juntas. (24d y 25a)
En realidad Creta tiene una extensión de 8.330 km cuadrados. Sea lo que queramos entender por Asia (si se refiere Platón a toda Asia o sólo a la parte más conocida por los griegos) y Libia (si se refiere a la costa mediterránea de África o a todo el continente conocido), la extensión resulta mucho más reducida de lo real. Tampoco la situación frente a las Columnas de Hércules es correcta. Afirmación falsa sin duda.

4) La Atlántida estaba regida por una confederación de reyes y formaba un Gran imperio que comprendía varias islas y parte de los continentes asiático (hasta Egipto) y Europa (hasta Italia). (25a y b)
Puede resultar correcta la idea de la confederación de reyes. La existencia de diversos palacios en Creta hace pensar que existirían varios reyes aunque uno de ellos (el Minos) sería un primus inter pares. La idea del imperio que comprendería Italia y la costa Norte de África es errónea. Afirmación parcialmente errónea.

5) Los atlantes atacaron simultáneamente Egipto y Grecia y fueron derrotados por los atenienses. (25b y c)
Los minoicos no tenían una gran capacidad militar. No estaban capacitados para emprender una guerra de conquista en gran escala. Afirmación errónea sin duda.

6) Esto permitió la liberación de todos los pueblos que habitan dentro de las Columnas de Hércules (25c)
Puesto que no existió la conquista, tampoco puede existir la liberación de los pueblos. Afirmación errónea sin duda.

7) Tras un violento terremoto y un gran diluvio, no sólo se hundió La Atlántida en el mar, sino que también murieron los atenienses. (25d)
En lo que se refiere a Creta no hubo tal hundimiento por causa de un terremoto. En lo que se refiere a Thera hubo una explosión de tipo volcánico (algo que no se menciona para nada ni en Critias ni en Timeo). Sin embargo, considerando que la decadencia de Creta coincide más o menos con la erupción de Thera podemos pensar en que el maremoto que ocasionaría la explosión pudo causar graves daños a la marina comercial cretense que era fundamental en su economía. Sin embargo debió haber otros factores ya que los restos de alguno de los palacios muestra señales de saqueo y posterior incendio unos cien años después de la erupción de Thera. Si esto fue causado por una revuelta interna o por una invasión exterior es algo que aún se discute. Afirmación parcialmente correcta.

8) A resultas del hundimiento de la Atlántida a muy poca profundidad, las aguas no son navegables por causa de la arcilla procedente de la isla hundida (25d)
Ni las aguas de Thera ni las de Creta se convirtieron en peligrosas para la navegación. Afirmación errónea sin duda.

CRITIAS:
1) La Atlántida le había correspondido por sorteo al dios Poseidón que pobló dicha tierra con sus descendientes nacidos de una mortal. (113c)
Puede parecer curioso que en una sociedad con una economía dependiente en gran parte del comercio marítimo el culto a los dioses marinos fuera casi inexistente, pero así es. La razón es que los cretenses de 1.500 a. de C. parecen ser los descendientes de los primeros pobladores neolíticos sin haber tenido grandes influencias exteriores. Así, por lo que sabemos, la religión era aún la neolítica basada en una diosa de la fecundidad terrestre (que tal vez tuviera un paredro masculino) de la que nos han quedado algunas esculturas que la representan con el vestido cretense (con los pechos descubiertos) y sosteniendo dos serpientes en sus brazos. Sin embargo, con posterioridad sí debió introducirse un culto a la diosa marina Ya-mu (posiblemente un préstamo ugarítico de la divinidad Ym) como atestigua el ídolo de Monte Morrone con dedicación escrita en sistema lineal A y por tanto fechable en 1.800-1.600 a. de C. Sin embargo, por lo que sabemos, este culto nunca alcanzó la importancia de de la llamada Gran Madre. Afirmación probablemente errónea.

2) El centro de la isla era una llanura en cuyo centro había una montaña que distaba 50 estadios del mar (unos 10 Km) (113d)
En Creta hay cuatro macizos montañosos. Los Montes Blancos, los Montes Ida, los Montes Dikte y los Montes Asterousi. En ninguno de ellos se han encontrado restos ni de los denominados palacios ni de las residencias palaciegas que, por el contrario, se asientan en llanuras. Afirmación errónea sin duda.

3) Poseidón cerca dicha montaña con tres anillos equidistantes de mar y dos de tierra que llegan hasta el mar. (113e)
Tales anillos son inexistentes. Afirmación errónea sin duda.

4) En la montaña hay dos fuentes, una de agua caliente y otra fría. (113e)
Sinceramente, ignoro si en Creta existen fuentes termales.

5) Poseidón reparte la isla en diez partes y sitúa al frente de cada una a uno de sus hijos. La montaña fortificada y la parte de isla que la rodea se la entrega a su primogénito, Atlante (considerando que los diez hijos eran 5 parejas de gemelos varones determinó que el nacido en primer lugar era su primogénito). (114a y b)
Posiblemente la isla estaría dividida en zonas dependientes de los distintos palacios reales que se conservan (el más conocido es el de Knossos, pero también Malia, Festo, Kato-Zakro, Hagia Tríada, Gurniá, Khania...) Afirmación correcta.
6) Al segundo de los dos primeros le entregó la región adyacente a las Columnas de Hércules que en la actualidad (de Platón) se llama Gadírica. (114b)
Esta afirmación supone la negación de la suposición de que las Columnas de Hércules pudieran tener alguna localización distinta a la del Estrecho de Gibraltar. Afirmación errónea sin duda.

7) La transmisión de la corona se hacía por primogenitura. (114d)
Ignoramos los mecanismos de transmisión de la corona, por tanto no podemos pronunciarnos sobre este punto.

8) La isla era muy rica en minería, incluso poseía el oricalco el metal más precioso después del oro. (114e)
Los yacimientos mineros de Creta se reducen a hierro (sin uso en esta época), cobre y algo de plomo. Afirmación errónea sin duda.

9) Había gran abundancia de animales domésticos y salvajes, empezando por el elefante. En la isla había pantanos, lagunas y ríos (114e)
Aunque Creta mantenía una ganadería floreciente, no existía una fauna salvaje destacable y la escasez de precipitaciones hace que haya pocos ríos. Afirmación errónea sin duda.

10) También existía toda clase de flora y plantas comestibles. (115a, b y c)
Las llanuras son bastante fértiles y propicias para la agricultura mediterránea. Afirmación correcta.

11) Había templos, palacios reales, puertos y astilleros. (115c)
Sí en lo que respecta a los palacios reales, puertos y astilleros. Dudoso en lo concerniente a los templos dependiendo de lo que entendamos por tales. Afirmación correcta con la reserva expresada.

12) Construyeron puentes sobre los anillos de mar y edificaron el palacio real en la montaña (115d)
Véase C2 y C3. Afirmación errónea sin duda.

13) Construyeron canales navegables que unían los anillos de mar. (115e)
Por C3, afirmación errónea sin duda.

14) Construyeron una triple muralla que recubrieron con hierro, casiterita y oricalco. (116c)
Los cretenses no fortificaron nunca los palacios reales ni conocían el uso del hierro para que la muralla recubierta de este metal fuera posible. Afirmación errónea sin duda.

15) En el interior del palacio real había un templo rodeado por una valla de oro dedicado a Poseidón de un estadio de largo (unos 200 metros) por 300 pies de ancho (unos 100 metros) recubierto de plata excepto las bóvedas que estaban cubiertas por oro. (116d y e)
Si bien es cierto que en el interior de algunos palacios existen santuarios semi-subterráneos éstos son de reducidas dimensiones y de una arquitectura materialmente pobre. La arquitectura era arquitrabada así que nada de bóvedas. Afirmación parcialmente errónea.

16) Canalizaron las aguas procedentes de las fuentes. (117a)
Los palacios poseían canalizaciones hidráulicas y desagües. Afirmación correcta.

17) Existía un bosque sagrado dedicado a Poseidón. (117b)
Los lugares de culto más importantes que conocemos están situados en los palacios y en cuevas. También existen algunos al aire libre. Afirmación posiblemente errónea.

18) Existían templos dedicados a muchos dioses, jardines, gimnasios (tanto para hombres como para caballos). (117c)
Como ya hemos dicho, los templos no eran importante ni demasiado numerosos. Lo de los caballos no llega hasta la época de influencia micénica posterior a este periodo. Afirmación parcialmente errónea.

19) En el centro de la isla había un hipódromo. (117c)
No lo había. Afirmación errónea sin duda.

20) Alrededor de esta zona se extendía una gran llanura oblonga de 3.000 estadios (unos 600 km) de largo por 2.000 estadios en el centro (unos 400 km) (118b)
Tal llanura no cabría en la isla entera. Afirmación errónea sin duda.

21) El ejército estaba formado por carros de guerra, hoplitas (infantes), arqueros y honderos. (119a y b)
Hasta la época (posterior a la erupción de Thera) de influencia micénica en la que se produce la casi total desaparición de la escritura lineal A y el auge de la escritura lineal B, no hay señales del empleo de caballos (ni por tanto de carros de guerra). El ejercito minoico o no existió o tuvo muy poca importancia. Se han encontrado muy pocas armas y éstas eran más bien objetos preciosos que útiles. Afirmación errónea sin duda.

22) Los 10 reyes tenían poder de vida y muerte. (119c)
Lo ignoramos. No sabemos qué poderes tenían los reyes minoicos aunque algún arqueólogo como Effenterre opina que existió incluso una asamblea popular basándose en la existencia de un edificio conocido como el "Ágora" en Mallia. Es una afirmación muy arriesgada. En cualquier caso, no podemos pronunciarnos sobre dicha afirmación.

23) Existía una columna con leyes escritas que se conservaba en el templo de Poseidón. (119c)
Por lo que sabemos de la escritura lineal A y de la escritura jeroglífica (posiblemente derivada de los jeroglíficos luwitas), los textos que nos han llegado tienen un carácter administrativo o religioso. No parece haber textos legales. Afirmación posiblemente errónea.

24) Cuando iban a juzgar un delito sacrificaban un toro en honor de Poseidón y vertían su sangre sobre la columna. (119e y 120a y b).
Sobre el culto al toro, más bien parece haberse tratado de unas ceremonias relacionadas con la fecundidad que ceremonias de tipo legal. Según los murales, se trataba más bien de una serie de "danzas" con ese animal que de un sacrificio sangriento. Afirmación parcialmente errónea.

25) Cuando se mantuvieron en la obediencia a las leyes divinas prosperaron, pero al apartarse de ellas se perdieron (121a)
Dado que es un juicio moral, no podemos pronunciarnos sobre él.

RESUMEN DE LAS AFIRMACIONES
De las 33 afirmaciones distintas sobre la Atlántida, según la hipótesis de que Platón pudiera estar describiendo la Creta minoica anterior a 1.500 a. de C. resultan ser 18 erróneas sin lugar a dudas, 6 erróneas posiblemente o en distinto grado de error, 5 ciertas sin duda o en distinto grado de certeza y de 4 no tengo datos para pronunciarme o no admiten corroboración histórica. Pretender una identificación con poco más de un 15% de coincidencia me parece muy osado.

La Guerra del Peloponeso



Para la oligarquía resultó verdaderamente más perjudicial el hecho de enajenarse la voluntad de los miembros de la propia clase que pretendía restaurar en el poder. La oligarquía, decía Platón, produce la violencia dentro de la propia clase. De este modo, comienza a agruparse un sector de los exiliados, encabezados por Trasibulo y Ánito, que se manifiestan defensores del sistema hoplítico. Varias de las ciudades aliadas de los espartanos les prestaron ayuda, lo que indicaba cómo la radicalización de posturas subsiguiente a la guerra permitió paralelamente la desintegración de la coherencia de cada bando. Los grupos más extremados de Atenas necesitan el apoyo espartano, pero los aliados de Esparta no se identifican con esos grupos en el momento de definirse en relación con la política interior ateniense. Están dispuestos a admitir la inclusión de tres mil en la ciudadanía activa, pero Terámenes ataca el esquematismo, en la idea de que todos los buenos deben integrarse con pleno derecho. Critias utiliza el apoyo de bandas armadas representantes de los grupos secretos aristocráticos que se convirtieron en su verdadero apoyo. Terámenes parecía próximo a una figura como la de Sócrates, que se quejaba de la violencia de los Treinta, pero Critias critica sus contradicciones, sobre la base de que no es posible la oligarquía sin tiranía. Terámenes, por su parte, tampoco admitía la democracia en la que tenían parte los que necesitan una dracma, es decir, los que reciben el misthós, los thetes. La restauración democrática vino de la mano de Trasibulo y sus colaboradores, que pasaron de Tebas a File y luego al Pireo, donde se sitúan en Muniquia. Los Tres Mil deponen a los Treinta y nombran a los Diez para negociar. Los Treinta se refugiaron en Eleusis hasta el ano 401-400. La resistencia se hizo más difícil cuando entre los propios espartanos surgieron diferencias que enfrentaban a Lisandro y a Pausanias, este último contrario a apoyar el régimen tiránico que había recibido la ayuda del primero. Trasibulo se presenta como abanderado del discurso de la concordia, lo que llevó a que posteriormente se declarara la amnistía, unida a la restauración datada en el año ático 403-02, el del arcontado de Euclides, específicamente alabada por Aristóteles como moderada. Algunas medidas pueden ser significativas, como la instauración de los nomótetas, encargados de redactar leyes, que se encontrarían por encima de cualquier decreto que hubiera sido votado en la asamblea. También se plantearon reformas sobre el estatuto de la ciudadanía, algunas tendentes a la ampliación, incluyendo metecos y esclavos por méritos de guerra, otras tendentes a la reducción, como la de Formisio, del grupo de Terámenes, que pretende que se reduzca a los que tienen tierras, pero que fue rechazada. Su aprobación habría significado, según Dionisio de Halicarnaso, la exclusión de cinco mil ciudadanos, lo que quiere decir que la medida no se refería al estatuto del hoplita, sino que admitía como ciudadano a propietarios de pequeñas parcelas de los que se incluían entre los thetes. El síntoma más significativo de que los conflictos continuaron fue la condena de Sócrates, el año 399, donde siguen presentes los efectos de los anteriores enfrentamientos, como el de Terámenes con Critias, pero también el proceso de las Arginusas y las actuaciones conflictivas de Alcibíades y Critias, de cuya formación se acusaba a Sócrates. La presencia entre los acusadores de Ánito, participante en el proceso de restauración, enemigo de los sofistas, admirador despreciado de Alcibíades, es uno de los síntomas, en definitiva, de la pervivencia de la conflictividad interior en la ciudad.




Arístocles de Atenas, apodado Platón (Plátwn = «el de anchas espaldas»), nace, probablemente, el año 428-427 a.n.e. en Atenas, o quizás en Aegina. Pertenecía a una familia noble. Su padre, Aristón, se proclamaba descendiente del rey Codro, el último rey de Atenas. Su madre Períctiona, descendía de la familia de Solón, el antiguo legislador griego. Era además hermana de Cármides y prima de Critias, dos de los treinta tiranos que protagonizaron un golpe de estado oligárquico el año 404. Platón tuvo dos hermanos, Glaucón y Adimanto, y una hermana, Potone. A la muerte de Aristón, Períctina se casó con su tío Pirilampo, amigo y partidario prominente de Pericles, con quien tuvo otro hijo, Antifón.
Platón tuvo una educación esmerada en todos los ámbitos del conocimiento. Es posible que se iniciara en la filosofía con las enseñanzas del heracliteano Cratilo. A los veinte años (407) tiene lugar el encuentro con Sócrates: acontecimiento decisivo para Platón. Sócrates contaba entonces 63 años y se convertirá en su único maestro hasta su muerte. Tanto por sus relaciones familiares, como por vocación, Platón tuvo la intención de adentrarse en la vida política. Pero, según narra en la Carta VII, dos sucesos decisivos le hicieron desistir de ello. Durante el régimen de los treinta tiranos sus parientes (Critias, Cármides) y conocidos le invitan a colaborar con el gobierno: «Yo me hice unas ilusiones que nada tenían de sorprendente a causa de mi juventud. Me imaginaba, en efecto, que ellos iban a gobernar la ciudad, conduciéndola de los caminos de la injusticia a los de la justicia». Pero las acciones criminales iniciadas por el nuevo gobierno desilusionaron a Platón; sobre todo por el intento de mezclar a Sócrates («el hombre más justo de su tiempo») en el prendimiento de León de Salamina (un exiliado del partido demócrata) para condenarlo a muerte. Pero «Sócrates no obedeció y prefirió exponerse a los peores peligros antes de hacerse cómplice de acciones criminales». Los exiliados del partido democrático se rehicieron bajo la dirección de Trasíbulo y, con el apoyo del pueblo ateniense, derrotaron a los oligarcas. Al principio los hombres del nuevo gobierno utilizaron una gran moderación, votando icluso una amnistía, para poner fin a la guerra civil. De nuevo Platón se siente inclinado a mezclarse en los asuntos del estado; pero ocurre que bajo el nuevo gobierno tiene lugar el proceso y condena de Sócrates: «he aquí que gentes poderosas llevan a los tribunales a este mismo Sócrates, nuestro amigo, y presentan contra él una acusación de las más graves, que él ciertamente no merecía de manera alguna: fue por impiedad por lo que los unos le procesaron y los otros lo condenaron, e hicieron morir a un hombre que no había querido tomar parte en el criminal arresto de uno de los amigos de aquéllos, desterrado entonces, cuando, desterrados, ellos mismos estaban en desgracia». La injusticia del orden oligárquico y los errores de la democracia conducen a Platón a orientar su pensamiento en el sentido en encontrar un fundamento sólido para poder instaurar un orden justo: «Entonces me sentí irresistiblemente movido a alabar la verdadera filosofía y a proclamar que sólo con su luz se puede reconocer dónde está la justicia en la vida pública y en la vida privada. Así, pues, no acabarán los males para los hombres hasta que llegue la raza de los puros y auténticos filósofos al poder o hasta que los jefes de las ciudades, por una especial gracia de la divinidad no se pongan verdaderamente a filosofar»
El año 399 tiene lugar la condena y muerte de Sócrates que despejarán los posteriores caminos del padre de la Filosofía académica. Temiendo ser molestado por su condición de amigo y discípulo de Sócrates, Platón se refugia en Megara donde permaneció probablemente tres años, entrando en relación con la escuela y con Euclides de Megara. Posteriormente partió para Africa, visitando, primero, Egipto y, después, la Cirenaica, donde frecuentó a Aristipo de Cirene y al matemático Teodoro. A partir de este momento se dan varios versiones de sus viajes. Para unos regresa directamente a Atenas, para otros va a Italia meridional a fin de conocer las sedes pitagóricas y a Arquitas de Tarento.
Hacia el año 388 abandona Italia (o Atenas) para dirigirse a Sicilia. En Siracusa reina un griego, Dionisio I el Anciano, que tiene en jaque a los cartagineses y se ha convertido en amo de Sicilia. Platón intima con Dión, cuñado de Dionisio, gran admirador de los socráticos. El caso es que después de ser llamado por el rey, el propio Dionisio lo expulsa (no se conocen exactamente los motivos). Embarca en una nave espartana que hace escala en la isla de Aegina, a la sazón en guerra con Atenas, y Platón es hecho esclavo y luego rescatado por Anníceris, a quien había conocido en Cirene. En el 387 regresa a Atenas y funda la Academia, primera escuela de filosofía organizada, origen de las actuales universidades. Allí permanecerá durante veinte años dedicado al estudio y a la enseñanza.
Pero el filósofo volverá en otras dos ocasiones a Siracusa. El año 367 muere Dionisio I y le sucede en el trono su primogénito Dionisio II. Dión concibe la idea de traer a Platón a Siracusa como tutor del sucesor de su cuñado. Platón no era optimista sobre los resultados, pero Dión y Arquitas le convencen haciéndole ver las perspectivas de reformas políticas que se le ofrecen. Platón acude a Siracusa dejando a Eudoxo al frente de la Academia. Muy pronto el joven Dionisio ve en Dión y en Platón dos rivales, por lo que destierra a Dión y más tarde hace lo mismo con el filósofo. Con todo les promete el regreso.
El año 366 vuelve a Atenas donde permanecerá seis años. Posteriormente (361) Dionisio invita de nuevo a Platón y el filósofo se dirige a Siracusa acompañado de varios discípulos. Heráclides Póntico es ahora el encargado de regir la Academia. De nuevo, la actitud de Dionisio fue tajante con el ateniense que, preso, consiguió ser liberado merced a la intervención de Arquitas. Una vez libre regresó a Atenas. Pero Dión no cejó en su empeño, sino que reclutó un ejército del que formaban parte discípulos de Platón, venció a Dionisio e instauró una dictadura. Sin embargo a los tres años fue asesinado por su amigo, el platónico Calipo.
Platón, por su parte, continuó en Atenas su trabajo al frente de la Academia hasta el año 348-347, fecha probable de su muerte.

Los estudios de la Academia
Tras el regreso a Atenas, después de su primer viaje, Platón funda en el año 387 la Academia, en un bosque cercano a Atenas dedicado al héroe Akademos. La Academia está pensada según el modelo de las sedes pitagóricas de las cuales es heredera.
El tema de los estudios de la Academia ofrece gran dificultad, pues los diálogos platónicos no son un desarrollo del programa de la Academia, aunque sólamente a través de ellos se puede conocer este programa. Los estudios de la Academia tendrían que ver con el conjunto de disciplinas necesarias para la formación de los filósofos gobernates, tal como se presentan en el libro VII de la República: la aritmética (522 c), la geometría (526 c), astronomía (528 e), música (531 a-c), y dialéctica (532-537). En el Epínomis —de dudosa atribución a Platón, su autoría se debe probablemente al platónico Filipo Opuntio—, cuyo objeto es determinar qué estudios conducen a la sabiduría, se ofrece una lista de disciplinas que sigue fielmente lo expuesto en el libro VII de la República.
Uno de los principales campos de investigación lo constituyó la dialéctica, concebida como el arte de pensar ligado al lenguaje, como una gramática de las ideas, elaboración técnica de los conceptos y de sus relaciones. La dialéctica es la forma suprema de la actividad pedagógica (discusión, discurso, argumentación). Sin embargo, Platón opina que su enseñanza antes de los treinta años podría ser muy perjudicial.
El otro campo de investigación lo constituyó la construción matemática-astronómica del cosmos. La Academia se convirtió en la sede de la matemática griega donde brillaron hombres como Teeteto y Eudoxo de Cnido (400-347). En su frontispicio figuraba la siguiente inscripción: «Nadie entre aquí sin saber geometría». El estudio de las diferentes partes de las matemáticas (geometría, aritmética y teoría de los números) constituía la propedéutica necesaria a la dialéctica. La astronomía no era entendida como una disciplina del fenómeno astral, sino como una geometría de los astros, como una estereometría que lleve a la aplicación de las proporciones y a la explicación de los astros en sí (República, 529 c-e). En la investigación astronómica brillaron hombres como Eudoxo, Calipo (fl. 344) y Heráclides Póntico (390-310). Pero tampoco se descuidaron otros campos de investigación. Espeusipo, sobrino y sucesor de Platón en la Academia, era un escritor voluminoso en historia natural, y los trabajos biológicos de Aristóteles pertenecen en su mayor parte a su período académico, inmediatamente posterior a la muerte de Platón. La Academia era también particularmente activa en jurisprudencia y legislación: Eudoxo y Aristóteles escribieron leyes para Cnido y Stagira.
A la muerte de Platón (347 a.n.e.) la Academia pasa a manos de su sobrino Espeusipo y la tendencia matematizante sobresale sobre las demás. A la muerte de éste (339 a.n.e.) se convierte en escolarca Jenócrates de Calcedonia hasta el año 314. Le sucedieron Polemón de Atenas, muerto el año 270, y Crates Platónico, muerto el año 268. Todos ellos pertenecen a la denominada Academia Antigua que se prolongará en la Academia Media con Arcesilao (341-241 a.n.e.) al que seguirán como escolarcas Lacides, Teleles, Evandro, Hegesino, y en la Academia Nueva con Carnéades (flor. 150 a.n.e.). Durante el período medio y nuevo de la Academia, el platonismo se mezcla con el movimiento escéptico cuyos representantes utilizan la Academia como plataforma en su lucha contra el estoicismo. En la vida de la Academia se suele hablar de una cuarta Academia (platonismo ecléctico) cuyo radio de acción es el siglo I a.n.e. y que tiene como principales representantes a Filón de Larisa, Antíoco de Ascalón y Cicerón. La vida de la Academia tuvo un desarrollo casi ininterrumpido durante casi nueve siglos. Los siglos I y II d.n.e. son denominados del platonismo medio y sus principales representantes son Plutarco de Queronea (45-120) y Apuleyo de Madaura (siglo II). Posteriormente la Academia confluye, de los siglos III al V, con el movimiento neoplatónico hasta que fue cerrada por orden del emperador Justiniano en el año 529, siendo sus principales representantes el escolarca Damascio y Simplicio.

Los escritos de Platón
Al enfrentarnos con el estudio de la mayoría de los pensadores antiguos (especialmente presocráticos, sofistas, epicúreos y estoicos) nos encontramos con el problema que plantea la ausencia total de fuentes, limitándonos a un puñado de fragmentos y testimonios procedentes de autores posteriores. En el caso de Platón y de Aristóteles ya no se trata de escasez de textos, sino de superabundancia. Por ello la obra de Platón plantea dos tipos de problemas: a) La autenticidad y atribución de sus obras: es necesario separar de las obras que las tradiciones le atribuyen, las obras dudosas y apócrifas. b) El orden cronológico de las obras.
A) El problema de la clasificación de las obras de Platón proviene ya de la Antigüedad. Diógenes Laercio nos informa de cuatro sistemas de clasificación de las obras de Platón. El primero divide los Diálogos en dos clases según sus caracteres intrínsecos: los diálogos didácticos, que tienen por objeto la enseñanza de la verdad, y los diálogos zetéticos, que tienen por objeto el arte de descubrirla (zhthtikón = investigación). El segundo considera más la forma que el fondo, y clasifica los diálogos en tres series: dramáticos, narrativos y mixtos. Otros, y entre ellos Aristófanes de Bizancio, dividían los diálogos en trilogías. Por último, la clasificación atribuída por Trasilo al propio Platón agrupaba sus obras en nueve tetralogías (treinta y cuatro diálogos, la Apología, y las Cartas).
Hemos mencionado en último lugar la clasificación de Trasilo porque, en virtud de su atribución a Platón, ha sido la dominante en las ediciones de sus obras hasta comienzos del siglo XX: la edición en griego de J. Burnet, Platonis opera (1900), conserva aún la estructura de las tetralogías. He aquí las tetralogías de Trasilo: I (Eutifrón, Apología, Critón, Fedón); II (Cratilo, Teeteto, Sofista, Político); III (Parménides, Filebo, Banquete, Fedro); IV (Alcibíades I, Alcibíades II, Hiparco, Amantes); V (Teages, Cármides, Laques, Lisis); VI (Eutidemo, Protágoras, Gorgias, Menón); VII (Hipias mayor, Hipias menor, Ion, Menexeno); VIII (Clitofón, República, Timeo, Critias); IX (Minos, Leyes, Epínomis, Cartas).
La clasificación de Trasilo deja fuera de las obras de Platón una colección de Definiciones y algunos diálogos considerados apócrifos desde la Antigüedad (De lo Justo, De la Virtud, Demódoco, Sísifo, Erixias, Axíoco). Pero entre las obras comprendidas en las tetralogías hay algunas de dudosa atribución y otras completamente espúreas. Por ello, el problema de la autenticidad y atribución de sus obras es un aspecto esencial del problema platónico. La crítica filológica ha utilizado diversos criterios para juzgar la autenticidad de las obras platónicas:
1º) La tradición y los testimonios antiguos. Que los escritores antiguos hayan considerado auténtico un escrito es siempre una presunción de autenticidad. Una obra se tiene por auténtica si Aristóteles o Cicerón la atribuyen al filósofo, o si se hallan citas de una obra en el interior de otra. También los comentarios y críticas antiguos a las obras de Platón tienen valor probatorio, aunque con algunas reservas, pues estos testimonios obedecen, a veces, a criterios de escuela: Proclo declaró apócrifos la República, las Leyes y las Cartas.
2º) El contenido doctrinal. Un escrito será atribuido a Platón si armoniza con su filosofía. Pero este procedimiento plantea el problema del dialelo: definir primeramente a Platón para poder juzgar los trabajos después.
3º) El método estilométrico. Consiste en medir la frecuencia con que aparecen ciertas palabras griegas para determinar un "estilo" de Platón que permita autentificar una obra según su forma linguística. El método estilométrico se utilizará también para determinar el orden cronológico de los diálogos de Platón.
De la aplicación conjunta de estos criterios se puede decir que existen una serie de obras cuya autoría es dudosa: Hipias mayor, Clitofón, Epinomis, Cartas (excepto la VI, VII y VIII cuya utenticidad parece fuera de toda duda). La autenticidad de otros diálogos que aparecen en las tetralogías es rechazada generalmente. Son espúreos los diálogos siguientes: Alcibíades I, Alcibíades II, Hiparco, Amantes, Teages y Minos, además de la colección de Definiciones y de los diálogos apócrifos que ya los antiguos habían rechazado.
B) Los diálogos de Platón no están fechados y los críticos no han logrado ponerse de acuerdo para establecer una cronología rigurosa. Prueba de ello es la cantidad de listas ofrecidas del orden de los diálogos por parte de Arnim, Lutoslawski, Raeder, Ritter, Wilamowitz, Cornford, Leisegang, Praechter, Shorey, Taylor, Crombie y Ross.
Los criterios utilizados frecuentemente para establecer la cronología son los siguientes: a) referencias de las obras a sucesos históricos conocidos, b) referencias de unas a otras, c) relación de dependencia respecto a otras obras de la época cuya fecha nos es conocida, d) el contenido doctrinal, e) el método estilométrico que toma el estilo y el vocabulario de las Leyes (última obra que Platón dejó sin publicar según noticia de Diógenes Laercio) como patrones, y se va examinando la afinidad de los otros diálogos con ellos. La aplicación de todos estos criterios nos permite agrupar los diálogos en diferentes épocas, sin pronunciación expresa del orden cronológico dentro de cada época. A ellos es necesrio añadir las Cartas.
a) Obras socráticas o de juventud (393-389): Eutifrón, Apología de Sócrates, Critón, Ión, Cármides, Laques, Lisis, Protágoras. Platón reproduce en estas obras las ideas de su maestro Sócrates, sin referencia alguna a la teoría de las ideas.
b) Diálogos de transición (388-385): Hipias Menor, Hipias Mayor, Gorgias, Menéxeno, Eutidemo, Menón, Cratilo. Junto a los temas socráticos aparecen los primeros esbozos de la teoría de las ideas. Análisis del lenguaje y temas órficos de influencia pitagórica.
c) Diálogos de madurez o dogmáticos (385-371): Banquete, Fedón República, Fedro. Se consolida la teoría de las ideas como base de la epistemología platónica, de la ética y de la política. Organización del Estado y teoría del amor. Aparecen también los grandes mitos platónicos.
d) Diálogos críticos (370-347): Parménides, Teeteto, Sofista, Político, Timeo, Critias, Filebo, Leyes, Epínomis. Adoptan a veces un tono autocrítico frente a sus antiguas concepciones. El aspecto ontológico de la teoría de las ideas pierde importancia frente a su aspecto lógico. Sócrates deja de ser el personaje principal.

Ediciones de la obra de Platón
Platón fue muy poco conocido durante toda la edad media. A finales del siglo XV, gracias al mecenazgo de Lorenzo de Medicis, cuando la imprenta llevaba sólo veinticinco años funcionando, aparece la primera edición impresa de las obras completas de Platón, en traducción latina. Como el manuscrito griego del que se sirvieron Ficino y sus colaboradores para su traducción está hoy perdido, adquiere más importancia esta primera versión latina.
Esta primera impresión de las obras completas de Platón, la traducción latina de Marsilio Ficino, Divini Platonis opera omnia, fue impresa en el taller tipográfico del Convento de Santiago de Ripoli, en Florencia, en 1483 (1482 o 1484). Se imprimieron 1025 ejemplares, que ocupan dos volúmenes de 253 y 309 folios (Ludovico Hain, Repertorium bibliographicum in quo libris omnes ab arte typographica inventa usque ad annum MD describe minuciosamente esta edición en su ficha 13062). La edición de Ficino fue varias veces reproducida: Venecia 1491, 2 vols. in-fol; París 1522; con correcciones de Simon Gryneo, Basilea 1532, in-fol, 1539, 1546.
La primera edición griega es la Aldus Manutius y Marco Musurus, Venecia 1513, 2 vols. in-fol. Aldo Manucio aprovechó que la mayoría de los refugiados griegos tras la caída de Bizancio se habían establecido en Venecia para, financiado por Pico de la Mirandola, organizar un taller especializado en ediciones griegas (el propio Aldo tuvo que diseñar y mandar grabar caracteres griegos para estas ediciones). Esta edición griega sirvió de base a las de Basilea 1534 y 1556, 2 vols. in-fol.
La edición fundamental clásica, mucho más completa y crítica, es la greco-latina de Henricus Stephanus o Enrique Estienne, en colaboración con Ioan Serranus: Platonis Opera quae extant omnia, 3 vols. in-fol, París 1578. Stephanus dividió las páginas de su edición en cinco secciones, de tamaño parecido, que señaló con las letras A, B, C, D, E. Esta paginación y división de las páginas fa sido adoptada como referencia en las ediciones modernas de Platón. La edición de Stephanus, con la traducción de Ficino, fue reproducida en Lyon 1590, y se publica en griego en Francfort 1602.
Las reimpresiones de las obras de Platón no aparecen de nuevo hasta pasados más de ciento cincuenta años con la ed. de J.-F. Fischer, Leipzig, Biponti y Estrasburgo 1760-1776, 4 vols. in-8º, incompleta. La más importante del siglo XVIII es la de G.-Ch. Croll, Fr.-Ch. Exter y J.-V. Embser, 1781 ss., 12 vols. in-8º. En el siglo XIX aparecen múltiples ediciones alemanas, francesas, italianas e inglesas. En alemán se publica la edición de Schleiermacher, Platons Werke, Berlin 1804-1809, 2ª ed. 1817 ss., incompleta. La primera edición crítica es la de I. Bekker, 10 vols, (Berlín 1816-17, 1823, Londres 1826). Sucesivas ediciones son publicadas en Leipzig entre 1819 y 1856, la más importante es la de Hermann, Platonis opera omnia, 6 vols., Biblioteca Teubneriana, Leipzig, 1851-1853. La ediciones francesas más importantes son las de V. Cousin, Oeuvres Complètes (Paris 1822-1840) y la de E. Chauvet - A. Saisset, Oeuvres complètes (París 1863). Patricio de Azcárate publicó la primera traducción española de las Obras Completas de Platón (Madrid 1871-72, 11 vols.). La edición inglesa más importante es la de B. Jowet, The Dialogues of Plato, 5 vols. (Oxford 1871; 1892, 3ª; Nueva York 1937, 9ª). Ediciones italianas: E. Ferrari, Dialoghi di Platone (Padua 1873-1883); R. Bonghi, Platone. Dialoghi (Turín-Roma-Florencia, 1880-1904).
Entre las ediciones posteriores más importantes (mencionamos aparte las españolas) deben mencionarse las siguientes: Platonis opera recognovit brevique adnotatione critica instruxit (ed. de J. Burnet, Clarendon Press, Oxford 1900-1907, 5 vols.); Oeuvres complètes (Collection des Universités de France publiée sous le patronage de l' Association G. Budé. Les Belles lettres, 13 vols., París 1920 y ss. Ed. bilingüe griego-francés); Sämtliche Werke (ed. F. Meiner, Lepzig 1920-); Plato's works (ed. Loeb Classical Library, H.M. Fowler, Londres 1925-); Dialoghi (Ed. Col. Filosofi antichi e medievali, Laterza, Bari 1930-); Platonis opera omnia /ed. Bibl. della antichità classica, Florencia 1936-); Oeuvres complètes (ed. Classiques Garnier, París 1936-); Sämtliche Werke (ed. Scheider, Berlín 1940-); Oeuvres complètes (ed. L. Robin, París 1940-1942). La Fundación Bernat Metge ha publicado en ediciones bilingües griego-catalán cerca de una veintena de títulos (Barcelona, 1914-1956).
La Atlántida (también llamada Atlantis debido al mitológico rey Atlante) fue un país mítico, ubicado en una isla (o quizá península o delta de un gran río, del griego nêsos), cuya existencia y localización nunca ha llegado a confirmarse con seguridad.
La Atlántida ha servido de inspiración para numerosas obras literarias y cinematográficas, apareciendo así multitud de versiones del mito, especialmente en historias de fantasía y ciencia-ficción.
A pesar del gran número de teorías propuestas, la mayoría de los historiadores actuales opinan que la Atlántida, tal y como la describe Platón, nunca existió, aunque podría haber una parte basada en la realidad.
En griego se le llamaba Atlantis Nêsos y en latín Atlantis Insula.


Mapa de Athanasius Kircher mostrando una supuesta ubicación de la Atlántida. (Mundus Subterraneus, 1669)
La Atlántida de Platón
Las primeras referencias a la Atlántida aparecen en los textos del filósofo griego Platón, según el cual fue sumergida 9.000 años antes (9.550 adC) bajo el océano como consecuencia de un terremoto. Según Platón, estaba situada tras los Pilares de Hércules (nombre antiguo del Estrecho de Gibraltar).
Platón habla de ella únicamente en dos de sus diálogos (el Timeo y el Critias). En su historia, Critias (360 adC) describe los orígenes y la forma de la Atlántida a Sócrates y sus invitados. Este diálogo continúa la historia de Critias, aportando una breve historia de las antiguas civilizaciones, mencionando brevemente la Atlántida y sus relaciones exteriores. A Critias le llega la historia a través del legislador ateniense Solón, a quien Sonchis, un sacerdote de Tebas se la había traducido al griego durante una visita a Sais (Egipto).
Según Critias, los antiguos dioses griegos dividieron la tierra de tal forma que cada dios pudiera tener una parte, eligiendo Poseidón la Atlántida. Era más grande que Libia y Asia Menor juntas, y tras ser hundida por un terremoto se convirtió en un banco de barro que impedía el paso entre el Atlántico y el Mediterráneo. Según los egipcios, se trataba de una isla de unos 700 Km. de largo, compuesta principalmente de montañas al norte y en la costa, con una gran llanura de forma oblonga en el sur. A 50 estadios (unidad de medida griega) desde el centro de la costa sur había una montaña no muy alta donde vivía una mujer de la que Poseidón se enamoró, y con la que tuvo cinco pares de gemelos. El más viejo de ellos, Atlas, se convirtió en rey de toda la Atlántida y el océano (llamado ahora Atlántico), y se le dieron la montaña donde nació y las regiones limítrofes como feudo. Su hermano gemelo, Gadeirus (o Eumelus) obtuvo la parte oriental de la isla, que al norte quedaba frente a Gades (la antigua Cádiz). Las otras cuatro parejas de gemelos (Ampheres y Evaemon, Mneseus y Autochthon, Elasippus y Mestor, y Azaes y Diaprepes) obtuvieron las diversas islas de aquel mar.
Poseidón horadó la montaña donde vivía su amada hasta convertirla en un palacio, rodeado por tres fosos circulares concéntricos, separados por anillos de tierra. Los atlantes construyeron luego puentes al norte de la montaña, creando un camino para comunicarse con el resto de la isla. Cavaron un gran canal hacia el mar, cavaron túneles en los anillos de roca a lo largo de los puentes para que los barcos pudieran entrar en la ciudad en torno a la montaña, y cavaron sus muelles en las paredes de roca de los fosos. Cada viaje hacia la ciudad era vigilado desde puertas y torres, y cada anillo estaba rodeado por un muro. Los muros estaban hechos de roca roja, blanca y negra sacada de los fosos, y recubiertos de latón, estaño y oricalco.
9.000 años antes de Critias, hubo una guerra entre los que vivían fuera de los Pilares de Hércules y los de dentro. Los atlantes habían conquistado el Mediterráneo hasta llegar a Egipto y Etruria, sometiendo a sus habitantes a la esclavitud. Los atenienses crearon una alianza de resistencia frente al imperio atlante; tras desintegrarse la alianza, continuaron solos, logrando liberar las tierras ocupadas. Tras la victoria griega, unos terremotos de «gran intensidad» y una gran «inundación» —posiblemente un tsunami— hicieron que su ciudad principal o isla-acrópolis desapareciera bajo el mar, justo en la boca misma del estrecho de Gibraltar —entre Cabo Trafalgar y Cabo Spartel— donde se hallaba el delta y la capital del imperio atlante.
Platón usa la expresión griega «Alêthinon Logon», que en aquellos tiempos se usaba para denominar a una «Historia Verdadera», en contraposición al Mithos (mito) o cuento fabulado. Para su discípulo Aristóteles se trataba de una utopía alegórica, pero se trata de una excepción, pues la lista de discípulos directos e indirectos de la Academia fundada por Platón —que duró casi 900 años— que creyó que la historia era verdadera, o sea, una «Alêthinon Logon» y no un «Mithos», alcanza la mayoría.
Teorías sobre la Atlántida


Mapa del imperio atlante. De Atlantis:The Antediluvian World, de Ignatius Donnelly, 1882.
La mayoría de las teorías que defendían a la Atlántida como el "continente perdido" fueron invalidadas por la comprobación del fenómeno de la deriva continental durante los años 1950. Por ello, algunas de las teorías modernas proponen que algunos de los elementos de la historia de Platón se derivan de mitos anteriores, o se refieren a lugares ya conocidos. En julio de 2005 se celebró en la isla griega de Milos el primer congreso de «Hipótesis sobre la Atlántida», donde la mayoría de los participantes manifestaron su convicción sobre la base histórico-geográfica de la historia de la Atlántida reflejada en los Diálogos de Platón. Se ha convocado un segundo encuentro para 2007.
Existen numerosas teorías en cuanto a la posible ubicación de la mítica Atlántida. Estas se pueden dividir en varios grupos:
• Según Aristóteles nunca existió y se trataría de una mera fábula de Platón.
• Según Ignatius Donnelly (en Atlantis: the Antediluvian World, 1882), el relato de Platón sería realmente cierto, y las demás civilizaciones antiguas descenderían de la atlante.
• Según varios estudiosos de mediados y finales del siglo XIX (como Charles Etienne Brasseur de Bourbourg, Edward Herbert Thompson o Augustus Le Plongeon), la Atlántida estaría relacionada con las culturas maya y azteca. Muchos de los partidarios de esta teoría se retractaron posteriormente.
• Según la mística Helena Blavatsky, los atlantes serían héroes culturales y serían la cuarta "raza original", a la que sucedería la "raza aria". Así, combinaba la Atlántida con otros mitos de continentes perdidos como Mu y Lemuria.
• El psíquico Edgar Cayce dió una ubicación exacta, describiendo la Atlántida como una antigua civilización altamente evolucionada ahora sumergida, dotada de barcos y aviación alimentados por un misterioso tipo de cristal energético.
• Heinrich Himmler organizó una expedición al Tíbet en 1938 con el fin de encontrar a los descendientes de los atlantes blancos.
• Según Julius Evola (en Revolt Against the Modern World, 1934), los atlantes eran hiperbóreos, superhombres nórdicos originarios del polo norte.
• Según Alfred Rosenberg (en The Myth of the Twentieth Century, 1930) habría una raza maestra "nórdico-atlante" o "aria-nórdica".
• Aleister Crowley escribió una historia esotérica de la Atlántida, aunque posiblemente se trate de una mera metáfora.
• Según algunos nacionalistas británicos, la Atlántida estaría en las Islas Británicas.
• Para los primeros socialistas, la Atlántida de Platón sería un primer intento de construir una sociedad socialista; esto hizo que la Atlántida se convirtiera en un símbolo del socialismo.
• Según Jacques Cousteau (continuando el trabajo del arqueólogo griego Galanopoulos), la Atlántida sería la civilización minoica (o cretense). Según los geólogos, esta civilización fue destruida tras la erupción de un volcán en Santorini alrededor de 1640 adC, que causó un enorme tsunami que barrió la cercana isla de Creta.
• Según el historiador y novelista Robert Graves se habría encontrado en una zona hundida cerca de la antigua Cartago (actual Túnez).
• Según Georgeos Díaz-Montexano, estaría junto al Estrecho de Gibraltar, siendo un imperio Ibero-Mauretano.
• Según propone el alemán Werner Wickboldt y divulga por Rainer W. Kühne, estaría en el Coto de Doñana, cerca del Estrecho de Gibraltar, concretamente en la llamada marisma de Hinojos, también conocida como "marisma gallega".
• Según Jorge María Ribero-Meneses, estaría en el norte de España.
• Jaime Manuschevich, chileno, plantea en su libro "La Atlántida, el mito descifrado" (2002) que el lugar real de la civilización mítica es el territorio que hoy corresponde a Israel y el Sinai, que fue una isla hasta el 5700 antes de la era común, rodeada por el Mar Muerto y Suez hasta aquella fecha. Además, Manuschevich plantea que esa cultura o civilización corresponde a los natufitas o natufiense, el primer pueblo productor de alimentos, que pobló esa región en la fecha señalada por Platón (11.500 BP).
• Según J. M. Allen, estaría en el Océano Pacífico o en el altiplano boliviano.
• En algún lugar del Océano Atlántico: América Central, Cuba, las Azores.
• Según Arisio Núñez, estaría en algún lugar del Océano Indico, como Indonesia.
En la mitología griega, Atlas (en griego Ἄτλας) era un joven titán al que Zeus condenó a cargar sobre sus hombros con los pilares mantenían la tierra separada de los cielos. Era hijo de Jápeto y la ninfa Clímene (en otras versiones, de Asia) y hermano de Prometeo, Epimeteo y Menecio. Fue el padre de las Hespérides (con Hesperis), Mera, las Híades, Calipso y las Pléyades.
Etimología
La etimología del nombre Atlas es incierta y sigue discutiéndose: algunos lo derivan de la raíz protoindoeuropea *tel, «sostener», «soportar», mientras otros sugieren que es un nombre preindoeuropeo. Dado que las montañas Atlas están en una región habitada por bereberes, podrías que el nombre latino tal como lo conocemos fuese tomado del bereber. De hecho, el sol es llamado a menudo «el ojo del cielo» (Tit), y dado que se pone por el oeste, el océano Atlántico puede ser llamado «el lugar de ocultación del sol» o Antal n Tit. Los griegos podrían haber tomado prestado este nombre para el océano, y usado más tarde su raíz atl- para formar el nombre Atlas.
El titán Atlas
Atlas fue el jefe de los Titanes en la Titanomaquia o guerra contra los olímpicos. Cuando fueron derrotados, Zeus le castigó a cargar con el peso de llevar los cielos sobre sus hombros. Se contaba que Atlas, a pesar de su superior fuerza, gemía al sujetar la bóveda celeste.
También se decía que Atlas reinó en Arcadia hasta ser sucedido por Deimas, rey que fundó la casa real de Troya, pero también que gobernó el noroeste de África, donde tenía entre otras riquezas un árbol de hojas y frutas doradas. Según algunos, fueron éstas las manzanas doradas que Gaia dio como regalo de bodas a Zeus y Hera.
A este reino habría ido Perseo tras haber matado a la Medusa, donde se presentó como hijo de Zeus y pidió hospitalidad a Atlas. Pero éste, que había rodeado su huerto con murallas y puesto un dragón a vigilar su árbol dorado, recordó la profecía de Temis («Atlas, llegará el día en el que tu árbol será despojado de su oro por un hijo de Zeus» —Ovidio, Las metamorfosis 4.643) y amenazó a Perseo, aconsejándole que se fuera. Entonces Perseo sostuvo la cabeza de Medusa ante los ojos de Atlas, convirtiéndole en una enorme piedra a la que se llamó cordillera del Atlas. Se decía de estas montañas que eran tan altas que tocaban el cielo, aunque sus árboles eran tan densos que impedían subirlas.


Sin embargo, otras versiones cuentan que Heracles, descendiente de Perseo, engañó a Atlas para que recuperase algunas manzanas de oro del jardín de las Hespérides como parte de sus doce trabajos. Prometeo le había aconsejado que no fuese él mismo a buscarlas, sino que enviase a Atlas. Para lograrlo, Heracles se ofreció a sujetar el cielo mientras Atlas iba a buscarlas. Pero al volver, Atlas no quiso aceptar la devolución de los cielos, y dijo que él mismo llevaría las manzanas a Euristeo, el hombre que las había pedido. Heracles le engañó de nuevo, pidiéndole que sujetase el cielo un momento para que pudiera ponerse su capa como almohadilla sobre los hombros, a lo que éste accedió. Entonces Heracles tomó las manzanas y se marchó.
El rey Atlas
Diodoro Siculo afirmaba en su Biblioteca histórica (IV 26-27) que Atlas o Atlante era un mítico rey de Mauritania, en Libia. Se decía que era un sabio filósofo y matemático y un extraordinario astrólogo, descubridor de la esfericidad de las estrellas y artífice del primer globo celeste. Ésta sería la razón por la que terminaría convirtiéndose un personaje fantástico que llevaría el firmamento completo sobre sus hombros.
Atlas se casó con Hesperis, hija de su hermano Héspero, con la que tuvo a las seis Hespérides, también llamadas Atlántides. La familia poseía rebaños de hermosas ovejas de color dorado. Busiris, el cruel rey de Egipto, envió piratas a raptar a las Hespérides. Mientras éstos estaban de camino, Heracles llegó a Egipto y, por otras razones, mató a Busiris. Mientras tanto, los piratas secuestraron a las muchachas mientras éstas jugaban en un jardín, y se marcharon con ellas. Desafortunadamente para ellos, Heracles les encontró mientras comían en una playa. Tras saber por las Hespérides lo que ocurría, mató a todos los piratas y devolvió a las muchachas a su padre Atlas, quien como recompensa le dio las ovejas de oro (adviértase que en griego μήλο mēlo puede significar «oveja» o «manzana») que le había pedido el rey Euristeo de Micenas.
Atlas en la cultura moderna
Aunque desde mediados del siglo XVI es frecuente mostrar al titán Atlas en los atlas cartográficos, no fue a éste sino al rey libio a quien el geógrafo Gerardus Mercator rindió tributo cuando usó por primera vez el nombre «atlas» para describir un libro de mapas, al incluir una representación suya en la página-título de su libro Atlas, Sive Cosmographicae Meditationes De Fabrica Mundi... (publicado póstumamente en 1595).
Atlas sigue siendo un icono frecuentemente usado en la cultura y publicidad occidentales como símbolo de fuerza o resistencia estoica. En estas representaciones contemporáneas, se le suele mostrar agachado con una rodilla en el suelo mientras sujeta un enorme globo terráqueo sobre sus hombros y espalda, imagen que no se corresponde a la antigua concepción griega del titán que sujetaba las columnas sobre las que se apoyaba el cielo.
Esta costumbre de representar a Atlas con la tierra sobre el cuello hizo que se diese su nombre a la primera vértebra del cuello.
La civilización minoica es una cultura pre-helenística de la edad de bronce, desarrollada en la isla de Creta entre los años 3000 y 1200 adC, heredera, en parte, de la civilización micénica. Su nombre es producto de que su descubridor Sir Arthur Evans relacionó el palacio de Cnosos, el mas representativo de la cultura, con el palacio del rey Minos y la leyenda del minotauro.
Sus orígenes se remontan al año 6000 adC, cuando los primeros pobladores neolíticos llegaron a la isla.
Se conoce relativamente poco sobre el estado de la civilización antes del 2700, por la poca aparición de restos metálicos, si se exceptúa la ciudad de Melos, pero a partir de esa fecha Creta empieza a tener auge, producto de la introducción del torno en la alfarería y la metalurgia del bronce, a lo que se le suma un aumento demográfico.
Esta fase de la historia minoica se conoce como Minoico antiguo o Prepalacial (2600-2000 adC aprox.), en la cual se ve el crecimiento comercial que realiza Creta con los países del cercano oriente y Egipto, entre cuyos productos de importación destaca el estaño, inexistente en la isla.
Durante esta época la civilización minoica destaca por una organización comunal, culto a la fertilidad, agricultura avanzada y destacada orfebrería.
Producto de su posicionamiento estratégico, se desarrolla fuertemente el comercio, creándose la propiedad privada, eventos a los que suman el aumento demográfico, da inicio la etapa denominada Minoico Medio o de los Palacios Antiguos (2000-1700 adC aprox.) , en donde se empieza la construcción de los grandes palacios de Festos, Malia, Hagia Triada, y el mas conocido e importante de todos, Cnosos.
La economía, se basa en este periodo, además de en el comercio, en el cultivo del trigo, la vid y la oliva, además de la ganadería, resultando una economía rica, que le mantiene alejado de los estallidos sociales.
Ocaso y Atlántida
Hacia el año 1700 adC los palacios fueron destruidos. Existen indicios de que un terremoto afecto en forma importante a Creta.
Sin embargo no fue un golpe fatal, reconstruyéndose los palacios e iniciándose el periodo de mayor auge de la civilización, el Minoico Reciente o de los Palacios modernos (1700-1400 adC aprox.). Según leyendas y escritos (especialmente Tucídides) , en este periodo la civilización minoica se habría convertido en una talasocracia, representado por la leyenda del rey Minos, que se supone existió en esta época y que tenía el poder para exigir jóvenes atenienses para sacrificarlos al minotauro.
Viviendo su momento de apogeo, la civilización minoica se derrumbó de nuevo, esa vez para siempre. Los palacios fueron nuevamente destruidos, probablemente por la erupción del volcán de la isla de Tera (actual Santorini), que se ubica a 112 al noreste de Creta, erupción que creo ondas expansivas que produjeron maremotos y terremotos. Después de la destrucción los micénicos ocuparon la isla. Había desaparecido la civilización Minoica.
La erupción del volcan de Tera se ha fechado c. 1628 adC. El volumen del material desplazado por la erupción se ha calaculado en 80 Km cúbicos. Algunos lugares fueron sepulados en hasta 60 metros de ceniza. Es posible que la leyenda de la Atlántida se refiera a la destrucción de la civilización minóica.
Arte Minoico


Fresco del salto del toro, en Cnosos
Entre lo mas importante del arte minoico destacan sus cerámicas. El Minoico temprano se caracterizó por el decorado polícromo de motivos blancos y rojos, y dibujos de espirales, triángulos, líneas encorvadas, cruces, figuras de peces, etc. Posteriormente en el periodo reciente se añaden más colores adoptando, muchas veces, formas esféricas y decoradas con escenas de corte más naturista y figuritativo.
Pero sin lugar a dudas lo más característicos de esta rica cultura son sus frescos. Las escenas representaban la vida en la isla, recurriendo a temas como las procesiones, sacrificios, danzas, luchas con toros, etc. Tienen un estilo geométrico y son, comúnmente, monocromáticos.
También desarrollaron figurillas humanas y de dioses, normalmente femeninas y con rasgos sexuales poco acentuados. También es destacable el desarrollo de las joyas, vasos de oro y piedras preciosas, productos por los que se hicieron conocidos fuera de la isla.

Prehistoria
A pesar de su situación geográfica y el favorable clima, los primeros pobladores de Creta no hicieron su aparición hasta el Neolítico, llegando en dos grandes oleadas. El tipo étnico colonizador no está relacionado con ninguna de las grandes razas, clasificándose como «mediterráneo», al igual que las gentes que poblaban las cercanas costas de Asia Menor o las vecinas islas Cícladas, cuyos pobladores progresaron durante mucho tiempo a un ritmo similar al de los cretenses. Sin embargo, a mediados del III milenio adC., ya en la Edad del Cobre, se produjeron una gran cantidad de avances en la isla que acabaron conduciendo a la brillante civilización minoica.
Protohistoria y Edad Antigua
Lo más destacable es la aparición de la Civilización Minoica una de las primeras aparecidas en Europa y una de las civilizaciones prehelénicas junto a la posterior Civilización Micénica. Durante la Civilización Minoica, en la que se dieron varias fases y altibajos, Creta llegó a su máximo esplendor, siendo los siglos XVI y XV adC. los de mayor auge. Durante ellos Creta estableció una talasocracia que se extendía hasta la Grecia peninsular, el mar Egeo, las costas de Asia Menor y zonas adyacentes como Sicilia. Durante esta época los contactos con Egipto, existentes desde anteriormente, fueron muy importantes.
Sin embargo, hacia finales del siglo XV la isla sufrió la invasión de los aqueos, quienes habían desarrollado una civilización en la Grecia continental, fundamentalmente en el Peloponeso, no exenta de fuertes influencias cretenses. Con la expansión de los invasores, los cretenses abandonaron los palacios y aparece la escritura lineal B, que se ha logrado descifrar. Los aqueos introducen en Creta el caballo, el carro de guerra y armas más eficaces. Aunque hacia el 1425 adC. se produce una rebelión antiaquea, ésta resulta aplastada y Creta pasa a formar parte del mundo aqueo, iniciándose para la isla un periodo de decadencia. Artesanos, obreros y tesoros cretenses son llevados a las ciudades micénicas continentales, barajándose también la posibilidad de que una colonización de emigrados cretenses en las costas del sur de Canaán fuese el origen de los filisteos o filistenos, que aparecen en la Biblia y que dieron nombre a la región de Palestina.
La decadencia de Creta, iniciada con la hegemonía aquea, se vio acentuada en el siglo XI adC. con la invasión de los dorios, portadores del hierro. La isla pasa a ser una parte más del mundo griego, sin originalidad y dividida en ciudades rivales. Incluso en época clásica (siglo V adc.) conserva cierto arcaismo, como lo demuestran las Leyes de Gortina, una de las ciudades que datan de tiempos minoicos. La decadencia de la isla fue tal a partir del 500 adC. cayó en el olvido y no tomó parte ni en las Guerras Médicas, ni en la del Peloponeso.
Conquistada por Alejandro Magno, a su muerte, Creta gozó de cierta independiencia sobre otros reinos helenísticos cercanos, pero tras la decadencia helenística la isla queda en manos de piratas de origen siciliano, lo que provocó que los romanos se apoderasen de la isla en el 67 adC. en una expedición comandada por Cecilio Metelo y la agregasen como provincia romana. La división del Imperio Romano en el 395 devolvió a la isla un cierto papel importante dado su enclave como llave del mar Egeo, quedando en manos del Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino.
Edad Media
Se mantuvo en poder del Imperio Bizantino en el que jugó un papel estratégico cuando comenzaron las conquistas musulmanas en el siglo VII. Dos siglos más tarde (826) cayó en poder de un grupo de musulmanes andaluces, que fundaron la base fortificada de «Jandak» (Candía) y que desde allí hostigaron a los bizantinos. El dominio musulmán duró hasta 961, cuando el emperador Nicéforo Focas reconquistó la isla, inaugurando una época de paz y estabilidad, que favoreció su desarrollo económico. Cuando Bizancio cayó en manos de los cruzados en 1204, iniciándose el llamado Imperio Latino, la isla fue adjudicada a Bonifacio de Montferrat quien rápidamente la vendió a Venecia que la convirtió en el punto estratégico clave de sus intereses en el Mediterráneo oriental y la poseyó hasta mediados del siglo XVII.
Edad Moderna
Desde el siglo XV Venecia hubo de hacer frente al expansionismo otomano, al que contuvo hasta que en 1645 los turcos desembarcaron en la isla iniciando su conquista, finalizada cuando los últimos reductos venecianos sucumbieron en 1669. Se inició para Creta un nuevo periodo de declive.
Edad Contemporánea
El declive que se inició con la completa dominación otomana, estuvo jalonado por revueltas que estallaron a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Durante el periodo de 1832 a 1840 la isla estuvo bajo control del gobierno egipcio y conoció una cierta mejora que no se consolidó al volver a la tutela turca.
Tras el estatuto de 1868, respaldado por el congreso de Berlín de 1878, y a consecuencia de una nueva revuelta de la población griega, se firmó el «Pacto de Halepa» que supuso un cierto avance hacia la autonomía y un gobierno representativo, bajo la supervisión de las potencias europeas. Sin embargo, la mala gestión de las autoridades turcas provocó en 1897 un nuevo levantamiento, esta vez general, que contó con el apoyo militar de Grecia. Aunque el levantamiento acabó siendo aplatastado, la intervención de las grandes potencias obligó a las tropas turcas a abandonar la isla en 1898 y a concederle el estatuto de principado autónomo, regido por el príncipe Jorge de Grecia, bajo soberanía otomana. A cambio Grecia hubo de renunciar a sus aspiraciones con respecto a Creta.
Una nueva revuelta que aspiraba a la unión con Grecia se produjo en 1905, liderada por Eleftherios Venizelos, que culminó en la expulsión del príncipe Jorge. En 1908, los diputados cretenses proclamaron la unión con la Grecia continental. Dicha unión no se formalizó hasta el final de las Guerras Balcánicas en 1913, momento desde el que Creta forma parte del estado griego.
Durante la II Guerra Mundial, la isla fue escenario de la Batalla de Creta.
Creta y la Mitología
Según la mitología griega Rea ocultó a Zeus en el monte Ida, situado en el centro de la isla.
El mismo dios llegó a Creta tras raptar a Europa y de su unión nacieron tres hijos, uno de los cuales fue Minos, cuya esposa dio a luz al Minotauro, que luego fue encerrado en el Laberinto.
Santorini es un isla de Grecia, conocida en la antigüedad como Tera.


El nombre actual es de origen italiano, en concreto de los mercaderes venecianos medievales que le dieron el nombre de Santa Irene (en italiano Santa Irini). Se encuentra en la zona de las Cícladas y es un destino turístico típico griego. Sus construcciones tienen un aire oriental, con casas blancas y marcos de ventanas y puertas en azul, como se pueden encontrar en las costas de Marruecos o Túnez.
Investigador de EEUU dice haber encontrado la Atlántida
Sarmast dice que se dirigió a Chipre por las pistas que encontró en los diálogos de Platón.
LIMASSOL, Chipre (Reuters) - Un investigador estadounidense aseguró el domingo haber encontrado la civilización perdida de la Atlántida en las profundidades de las aguas de Chipre, añadiendo su teoría a un misterio que ha desconcertado a los exploradores durante siglos.
Robert Sarmast dice que una cuenca del Mediterráneo fue anegada por una inundación alrededor del 9.000 a.C. que sumergió una masa terrestre rectangular que él cree era la Atlántida, situada a unos 1,5 km bajo el nivel del mar entre Chipre y Siria.
"Definitivamente la hemos encontrado", dijo Sarmast, que lideró a un equipo de exploradores a 80 kilómetros de la costa sureste de Chipre a principios de este mes.
Exploraciones con sónar realizadas en aguas profundas indicaron estructuras fabricadas por el hombre sobre una colina sumergida, incluyendo un muro de 3 kilómetros de largo, una cima amurallada y profundas zanjas, declaró. Sin embargo, se necesitaban más exploraciones, añadió.
"Aún no podemos proporcionar pruebas tangibles en forma de edificios ya que los objetos siguen enterrados bajo varios metros de sedimentos, pero las evidencias circunstanciales y otras son irrefutables", aseguró.
En una rueda de prensa en la ciudad portuaria de Limassol, Sarmast proporcionó sólo simulaciones animadas de la "colina".
El hecho de si la Atlántida existió, y de ser así dónde, ha sido objeto de múltiples especulaciones durante siglos.
Según el antiguo filósofo griego Platón, la Atlántida era una isla donde se desarrolló una civilización avanzada hace unos 11.500 años.
Abundan las teorías de por qué desapareció, desde que sufrió un desastre natural catastrófico hasta historias de la mitología griega, que la describe como una civilización tan corrupta por la codicia y el poder que fue destruida por Dios.
Los escépticos creen que la Atlántida fue fruto de la imaginación de Platón.
Sarmast dice que se dirigió a Chipre por las pistas que encontró en los diálogos de Platón. La referencia del filósofo a la Atlántida situada al otro lado de las Columnas de Hércules - que se cree que es el Estrecho de Gibraltar - ha llevado a menudo a los exploradores a centrarse o en el Océano Atlántico, en Irlanda o en las Azores.




Referencias contemporáneas
La imagen de Atlas sosteniendo un gran peso fue usada por la escritora Ayn Rand en su novela La rebelión de Atlas (Atlas Shrugged), sirviendo como importante metáfora a lo largo de toda la obra. Un personaje de la novela dice que Atlas es «el gigante que sostiene el mundo sobre sus hombros», si bien en realidad sostenía los cielos.
El superhéroe de cómic capitán Marvel recibió la resistencia de Atlas como parte de sus poderes.
En la mitología griega la Hespérides (en griego Έσπεριδες, «hijas del atardecer») eran las ninfas que cuidaban un maravilloso jardín en un lejano rincón del lejano occidente, situado según diversas fuentes en las montañas de Arcadia en Grecia, cerca de la cordillera del Atlas en Libia, o en una distante isla del borde del océano.
Adicionalmente, Hespérides (o también Islas Afortunadas) es un nombre dado por los antiguos a una serie de islas situadas en el extremo oeste del mundo entonces conocido. Éstas podían haber incluido las Canarias, Madeira y Cabo Verde.
El atardecer
Según diferentes fuentes, había tres, cuatro o incluso siete hespérides, pero normalmente se consideraba que eran tres, como las demás tríadas griegas (las Gracias y las Moiras). Entre los nombres que se les daban están Egle, Aretusa, Eritia, Hesperia, Héspere, Hestia y Hesperetura. A veces se les daba los nombres de Doncellas de Occidente, Hijas del Atardecer o Diosas del Ocaso, todos aparentemente alusivos a su imaginada situación en el lejano oeste, y de hecho Hésperis es apropiadamente la personificación del atardecer (como Eos es la del amanecer) y Héspero la de la estrella vespertina. También se les llamaba las Hermanas Africanas, quizá por cuando se pensaba que estaban en Libia. Además del cuidado del jardín, se decían que disfrutaban mucho cantando.
A veces eran retratadas como las hijas vespertinas de Nix, la Noche, y (según las versiones) de Érebo (la Oscuridad), de la misma forma que Eos en el más lejano este, la Cólquida, era la hija del titán solar Hiperión. Según otras fuentes eran hijas de Océano, de Atlas y Hésperis, de Hésperos, de Zeus y Temis o de Forcis y Ceto.
El jardín de las hespérides


El jardín de las hespérides de Frederic Leighton (1892)
El Jardín de las Hespérides es el huerto de Hera en el oeste, donde un único árbol o bien toda una arboleda daban manzanas doradas que proporcionaban la inmortalidad. Los manzanos fueron plantados de las ramas con fruta que Gaia había dado a Hera como regalo de su boda con Zeus. A las hespérides se les encomendó la tarea de cuidar de la arboleda, pero ocasionalmente recolectaban la fruta para sí mismas. Como no confiaba en ellas, Hera también dejó en el jardín un dragón de cien cabezas llamado Ladón que nunca dormía, como custodio añadido.
Aunque se suponía que Heracles sólo había de realizar diez trabajos, Euristeo no quiso contar aquellos en los que fue ayudado o pagado, por los que le fueron encomendados dos más. El primero de éstos (el undécimo en total) fue robar las manzanas del jardín de las hespérides. Para ello Heracles capturó primero a Nereo, el dios del mar que cambiaba de forma, para averiguar dónde estaba situado el jardín.
En algunas versiones de la historia, Heracles no sabía adónde viajar y por tanto pidió ayuda, siendo dirigido a Prometeo, a quien liberó de su tortura como pago. Esta variante suele encontrarse más frecuentemente en el lugar del jabalí de Erimanto, puesto que está asociada con la elección de Quirón de renunciar a su inmortalidad poniéndose en el lugar de Prometeo.
En algunas variaciones Heracles conoce al principio o al final de su tarea a Anteo, quien era invencible siempre que estuviese en contacto con su madre, Gaia, la Tierra. Heracles mató a Anteo separándole de la tierra, suspendido a un árbol.
Ocasionalmente alguna versión cuenta que Heracles se detuvo en Egipto, donde el rey Busiris decidió hacer de él su sacrificio anual, pero Heracles rompió sus cadenas.
Llegando finalmente al jardín de las hespérides, Heracles engañó a Atlas para que recuperase algunas manzanas de oro ofreciéndose a sujetar el cielo mientras iba a buscarlas (en esta historia Atlas podría tomarlas pues sería el padre de las hespérides). Al volver con las manzanas, Atlas decidió no aceptar la devolución de los cielos, y dijo que él mismo llevaría las manzanas a Euristeo, pero Heracles le engañó de nuevo pidiéndole que sujetase el cielo un momento para que pudiera ponerse su capa como almohadilla sobre los hombros, a lo que éste accedió. Entonces Heracles tomó las manzanas y se marchó. Según una versión alternativa, Heracles habría matado a Ladón.
Heracles fue la única persona que logró robar las manzanas, aunque Atenea las devolvió más tarde a su lugar apropiado en el jardín.
Origen
Justo sobre la Libra está la Osa Menor, que sólo fue considerada una constelación pasado el siglo VI adC, momento en el que se pensó que era como un osezno. Hasta entonces se había considerado que eran siete hermanas, en concreto las hespérides, quienes también formaron el ala de la constelación del Draco (aunque desde tiempos romanos no se había pensado que el ala fuera parte de éste).
La constelación de la Osa Mayor queda entre la Osa Menor y la eclíptica de la Libra. En tiempo antiguos se pensaba en ella como en un manzano, siendo sus tres manzanas las estrellas más brillantes, en lo que hoy se considera la cola del oso. Entre la Osa Menor y la Osa Mayor está la constelación del Draco, el dragón, que parece estar protegiendo las «manzanas» de la Osa Mayor y queda como la línea frontal bajo la que están las estrellas de la Osa Menor. El Draco mira amenazador hacia el sol cuando éste está en Libra.
Íntimamente asociada con este grupo de constelaciones está la de Boötes, situada entre ellas y la Libra. Las leyendas antiguas sobre la constelación de Boötes recogen el hecho de que partes de ella quedan cerca de Polaris, la estrella polar, y como tal, se consideraba que era el hombre que sujetaba los cielos, Atlas. Sus tres grupos de siete hijas serían las pequeñas constelaciones de siete estrellas: las Hespérides, las Híades y las Pléyades. Boötes parece estar dirigiéndose hacia la Osa Mayor y la Menor (que es el motivo por el que se le conoce como «Guardián de las Osas»).
Los griegos no consideran a Libra una constelación separada (la incluían como parte de Escorpio). Aunque no se sabe con certeza qué tomaban en su lugar, podría haber sido Boötes, puesto que es una constelación grande en la zona aproximada. Dado que Boötes no está realmente en la eclíptica, el lugar que debería ocupar en el zodíaco está vacante, y por tanto el sol, al estar en Libra, puede decirse que habría tomado su lugar.
La presencia del gigante Anteo en algunas versiones de la historia puede ser indicativa de una segunda aplicación de las constelaciones, concretamente un mito sobre Boötes y por qué no está en la eclíptica, aunque le correspondiera estar.
Generalmente se cree que Busiris, un rey egipcio, es una corrupción del nombre Osiris, y su mito una deformación del sacrificio de Osiris (un dios del sol) por Set, representativo del aparente corte en el camino del sol por su eclíptica durante las dos semanas siguientes al solsticio y su cercana muerte (el propio solsticio). La historia, sin relación con Libra, puede haberse originado cuando la conexión con el zodíaco se perdió, haciéndose entonces una asociación con el viaje a la cordillera del Atlas por África, y por tanto por Egipto.
Islas Afortunadas
Las Islas Afortunadas, también llamadas Islas de la Bendición (makarôn nêsoi), eran en las leyendas clásicas y célticas el maravilloso paraíso en el que los mortales que lo merecían eran recibidos por los dioses. Se pensaba que estas islas estaban situadas en Océano Atlántico. Las Madeira y las Canarias han sido a veces citadas como posibles candidatas a ser las Islas Afortunadas.
Poseidón
Dioses de la
mitología griega
• Dioses primordiales
• Dioses ctónicos
• Titanes
• Olímpicos
• Dioses del mar
• Conceptos personificados
• Otros

Dioses olímpicos:
• Zeus
• Poseidón
• Ares
• Hefesto
• Artemisa
• Atenea
• Deméter
• Hera
• Hermes
• Afrodita
• Hestia
• Apolo
• Dioniso
• Hades


Dioses del mar:
• Poseidón
• Océano
• Ceto
• Nereo
• Glauco
• Thetis
• Anfítrite
• Tethys
• Tritón
• Proteo
• Forcis
• Ponto
• Oceánides
• Náyades
• Nereidas



Andrea Doria como Neptuno por Agnolo Bronzino: una potente alegoría de la hegemonía de Génova en el Mar Tirreno.
En la mitología griega, Poseidón o Posidón (en griego Ποσειδῶν) es el dios de los mares y los océanos, conocido por los etruscos como Nethuns y por los romanos como Neptuno. Es también el dios de los terremotos y los caballos.
Prehistoria
En la cultura micénica, fuertemente dependiente del mar, la importancia de Poseidón era similar a la de Zeus, si se da crédito a las tablillas en lineal B que se conservan. El nombre PO-SE-DA-WO-NE (Poseidón) aparece con mayor frecuencia que DI-U-JA (Zeus). También aparece una variante femenina, PO-SE-DE-IA, lo que indica la existencia de una diosa consorte hoy olvidada. Las tablillas de Pylos registran mercancías destinadas a sacrificios para «las Dos Reinas y Poseidón» y «las Dos Reinas y el Rey», complicando el misterio aún más. La identificación más obvia para las «Dos Reinas» es con Deméter y Perséfone (o algunas precursoras), que no quedaron asociadas con Poseidón posteriormente. Poseidón es también identificado como E-NE-SI-DA-O-NE («agitador de la tierra») en el Cnosos micénico, un poderoso atributo donde los terremotos habían acompañado al colapso de la cultura palaciega minoica.
Los nombres de Deméter y Poseidón están relacionados en una tablilla de Pylos, donde aparecen como PO-SE-DA-WO-NE y DA-MA-TE, en el contexto sagrado de echar a suertes. El elemento «DA» que aparece en ambos nombres está aparentemente conectado con una raíz indoeuropea relacionada con la distribución de tierras y honores (compárese con el latín dare, «dar»), por lo que Poseidón significaría «señor distribuidor» o «consorte de la distribuidora», en correspondencia con Deméter, «madre distribuidora».
Dada la relación de Poseidón con los caballos así como con el mar, y la alejada situación respecto al mar del probable territorio original indoeuropeo, algunos investigadores han propuesto que Poseidón era originalmente un aristocrático dios-caballo que fue posteriormente asimilado con las deidades acuática de Oriente Próximo cuando la base del sustento griego cambió de la tierra al mar.
En cualquier caso, la enorme importancia inicial de Poseidón puede aún entreverse en La Odisea de Homero, donde es él y no Zeus el principal causante de los sucesos.
Culto
En el período histórico, era frecuente referirse a Poseidón por los epítetos Enosichthon, Seischthon y Ennosigeo, significando todos «agitador de la tierra» y aludiendo a su papel como causante de terremotos.
Poseidón era un importante dios municipal de varias ciudades: en Atenas, era el segundo en importancia por detrás sólo de Atenea, mientras en Corinto y en muchas ciudades de la Magna Grecia era el dios jefe de la polis.
Según Pausanias, Poseidón fue uno de los guardianes del oráculo de Delfos antes de que el olímpico Apolo le sustituyese. Apolo y Poseidón colaboraban estrechamente en muchos ámbitos: en la colonización, por ejemplo, Apolo daba la autorización para partir desde Delfos y asentarse, mientras Poseidón cuidaba de los colonizadores en su viaje y proporcionaba el agua purificadora para el sacrificio fundacional. En la Anabasis de Jenofonte aparece un grupo de soldados espartanos cantando a Poseidón un paeano, un tipo de himno normalmente destinado a Apolo.
Como Dioniso y las Ménades, Poseidón también provocaba ciertas formas de perturbación mental. Un texto hipocrático afirma que era considerado culpable de ciertos tipos de epilepsia.
Los marineros oraban a Poseidón para tener un viaje seguro, a veces ahogando caballos como sacrificio.


Neptuno reina en el centro de la ciudad de Bristol.
Papel en la sociedad
Cuando Poseidón estaba de buen humor, creaba islas y calmaba los mares. Cuando se enfadaba, hendía el suelo con su tridente y provocaba maremotos, manantiales caóticos, hundimientos y naufragios.
En el arte
La carro de Poseidón era tirado por un hipocampo o por caballos.
Poseidón estaba asociado con los delfines y las lanzas de pescar de tres dientes (tridentes). Vivía en un palacio en el fondo del océano cerca de Aigai en Eubea, donde guardaba sus caballos con cascos broncíneos y crines doradas.
En Roma
Neptuno era adorado por los romanos principalmente como un dios caballo, Neptuno Ecuestre, patrón de las carreras de caballos. Tenía un templo cerca de las pistas de carreras de Roma (construido el 25 adC), el Circo Flaminio, y otro en el Campo de Marte. La Neptunalia sólo se observaba en este último el 23 de julio.
Mitología
Nacimiento e infancia
Poseidón era hijo de Crono y Rea. Como sus hermanos y hermanas, exceptuando a Zeus, fue tragado por su padre. No fue regurgitado hasta que Zeus obligó a Crono a vomitar los bebés que se había comido. Zeus y sus hermanos y hermanas, junto con los Hecatónquiros, los Gigantes y los Cíclopes, derrocaron a Crono y a los demás Titanes. De acuerdo con otras versiones, Poseidón fue criado por los Telquines en Rodas, igual que Zeus había sido criado por los Coribantes en Creta.
Cuando el mundo fue dividido en tres, Zeus recibió la tierra y el cielo, Hades el inframundo y Poseidón el mar.
Amantes


La visión griega y romana del ciclo hidrológico del mundo hacía también a Poseidón/Neptuno un dios del agua fresca. De ahí que fuera un figura adecuada para las fuentes, como esta de Berlín.
Su esposa era Anfítrite, hija de Nereo y Doris.
Poseidón se enamoró de Pélope, un hermoso joven, hijo de Tántalo. Llevó a Pélope al Olimpo y le hizo su amante, antes incluso de que Zeus hiciese lo mismo con Ganimedes. Para agradecer a Pélope su amor, Poseidón le regaló posteriormente un carro alado, que usó en la carrera contra Enomao por la mano de Hipodamía.
Poseidón persiguió una vez a Deméter. Ésta rechazó sus avances, transformándose en una yegua para poder esconderse en un rebaño de caballos, pero Poseidón advirtió el engaño, se convirtió en un semental y la raptó. El hijo de ambos fue un caballo, Arión, que tenía el don de la palabra.
Poseidón tuvo una aventura con Alope, su nieta por Cerción, de la que nació Hipotus. Cerción enterró viva a su hija pero Poseidón la convirtió en una fuente, Alope, cerca de Eleusis.
Poseidón rescató a Amimone de un sátiro lujurioso y entonces tuvo un hijo con ella, Nauplio.
Una mujer mortal llamada Tiro estaba casada con Creteo (con quien tenía un hijo, Aesón) pero amaba a Enipeo, un dios-río. Tiro perseguía a Enipeo, que rehuía sus avances. Un día Poseidón, lleno de deseo hacia Tiro, se disfrazó como Enipeo y de su unión con ella nacieron los gemelos Pelias y Neleo.
Poseidón mantuvo relaciones sexuales con Medusa en el suelo de un templo consagrado a Atenea. Medusa fue transformada en un monstruo. Cuando fue decapitada por Perseo, Crisaor y Pegaso emergieron de su cuello.
Tras violar a Cénide, Poseidón le concedió el deseo de convertirse en hombre.
Otras historias
Atenea se convirtió en la diosa patrona de la ciudad de Atenas tras una dura pugna con Poseidón. Ambos acordaron que cada uno haría un regalo a los atenienses y que éstos elegirían el que prefiriesen. Poseidón golpeó el suelo con su tridente e hizo brotar una fuente, pero su agua era salada y por tanto no muy útil, mientras que Atenea ofreció un olivo. Los atenienses (o mejor dicho su rey, Cécrope) escogieron el olivo y con él a Atenea como patrona, pues el árbol daba madera, aceite y alimento. Se cree que esta historia alude a un enfrentamiento entre los habitantes de la época micénica y los inmigrantes posteriores. Resulta interesante advertir que en su culmen Atenas fue una importante potencia marítima, llegando a derrotar a la flota persa en la batalla de Salamina cerca de la isla Salamina en 480 adC. Otra versión del mito cuenta que Poseidón dio caballos a Atenas.
Poseidón y Apolo, habiendo ofendido a Zeus, fueron enviados a servir al rey Laomedonte. Éste les pidió construir una enorme muralla alrededor de la ciudad y prometió recompensarles generosamente, promesa que luego se negó a cumplir. En venganza, antes de la Guerra de Troya Poseidón envió a un monstruo marino a atacar Troya (que luego fue derrotado por Heracles).
En La Ilíada Poseidón ayuda a los griegos, y en varias ocasiones toma parte activa en la batalla contra las fuerzas troyanas. Sin embargo, en el Libro XX rescata a Eneas después de que el príncipe troyano se rindiese ante Aquiles.
En La Odisea, Poseidón destaca por su odio hacia Odiseo, debido a que éste había cegado a Polifemo, el cíclope hijo de Poseidón. La enemistad del dios impide a Odiseo volver a su hogar en Ítaca durante muchos años. Incluso se dice a Odiseo, a pesar de su definitiva vuelta segura, que aplacar la ira de Poseidón necesitará más de un viaje por su parte.
En La Eneida, Poseidón sigue resentido con los errantes troyanos, pero no es tan vengativo como Juno, y en el Libro I rescata a la flota troyana de los intentos de la diosa por hundirla, aunque su principal motivación sea su disgusto por la intromisión de Juno en sus dominios.
Consortes y descendencia
• Agameda
o Áctor
o Belo
o Dictis
• Alope
o Hipotus
o Tritón
• Amimone
o Nauplio
• Anfítrite
o Rode
• Astipalea
o Ancaeus
o Eurípilo
• Calírroe
o Minias
• Calquinia
o Perato
• Canace
o Aloeis
• Celeno
o Lico
• Ciona
o Quios
• Cloris
o Periclimeno
• Córcira
o Féax
• Deméter
o Arión
o Despina
• Etra
o Teseo
• Euriale
o Orión
• Eurínome
o Adrasto
• Europa
o Eufemo
• Gaia
o Anteo
o Caribdis
• Halia
o Rode
• Hipotoe
o Tafios
• Libia
o Belo
o Agenor
• Lybie
o Lamia
• Melia
o Ámico


Mu
Mu es un supuesto continente que existió y desapareció en el Océano Pacífico. Casi todos científicos lo consideran como un producto de la imaginación.
En el siglo XIX Augustus Le Plongeon y en el siglo XX James Churchward insistieron respetivamente en el descubrimento de documentos relativas a Mu, una civilización alta y más antigua que todas las civilizaciones de la historia. El descubrimiento de Le Plongeon no fue tal sino un producto de la imaginación y nadie ha confirmado el descubrimiento de Churchward.
Mu es popular entre los seguidores de pseudociencia en Japón. La revista de más grande influencia de esta corriente tiene el nombre de Mu. Tambien muchos novelas y animes utilizan la leyenda. Yuusha Raideen es un anime en el que un robot de Mu lucha como héroe.
Edgar Cayce
Edgar Evans Cayce (Hopkinsville, Kentucky, 18 de marzo de 1877 - Virginia Beach, 3 de enero de 1945). Parapsicólogo estadounidense.
Egdar Cayce fue uno de los parapsicólogos más notables de Estados Unidos. Entraba en estado de trance durante sus llamadas «lecturas» (Readings) y respondía a las preguntas de un individuo. Estas lecturas mencionaban, al principio, la salud física del individuo. Luego, los consejos se diversificaron y empezaron a referirse a las «vidas previas», las interpretaciones de sueños, los fenómenos psíquicos, la salud mental, la meditación, el rezo, el desarrollo espiritual y también el comercio. Además, solía ocuparse del mito de la Atlántida. El ARE (Asociación para Investigación y Aclaración) actualmente conserva todas las lecturas.
Cayce consideraba más importante su dedicación al trabajo social (la gran mayoría de sus "lecturas" se hizo para personas que estaban enfermas) o la teología cristiana (Cayce fue toda su vida un miembro de la iglesia protestante «Discípulos del Cristo»). La idea de que «California se sumergiría un día» podría deberse a Cayce. Aunque haya vivido antes de la aparición de la «New Age», algunas ideas de esta corriente recibieron una fuerte influencia de Cayce.
Según el escritor francés Louis Pauwels, que narra la historia de este personaje en su libro "Le Matin des Magiciens" (El retorno de los brujos)(1960, libraire Gallimard), Cayce era un hombre muy sencillo, sin apenas formación cultural, que cuando dormía era capaz de recetar la solución médica de cualquier enfermedad, desde que a la edad de cinco años cayera en coma a causa de un pelotazo del que parecía que no sobreviviría, víctima de una enfermedad incurable que no quiso revelar a nadie.

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