QUE ES LA ATLANTIDA?
Desde que Platón escribió sus misteriosos diálogos llamados "Timeo" y "Critias", cuya extensión no es más que de unas 20 páginas de un libro actual, la leyenda de la Atlántida ha fascinado a muchos. El filósofo señalaba que en ese misterioso lugar moraba un pueblo extraordinariamente civilizado y rico, y que un día sobrevino en el mundo un cataclismo de tales magnitudes que en un lapso de 24 horas lo hundió en el mar, con todas sus riquezas y esplendores. Esto ocurrió, dice Platón, 9500 años antes de que él lo escribiera.
Según el investigador Otto Muck, la Atlántida era un paraíso templado-cálido, de fértiles llanuras, en cuyas cordilleras abundaban los bosques de maderas valiosas. Era una tierra rica en cobre, estaño, oro y plata. Era tanta la riqueza de aquellas tierras y tal la excelencia de su clima, que su población se multiplicó rápidamente, llegando a los 60 millones de habitantes; una cifra portentosa, más si se estima que Egipto (unos de los países más densamente poblados del mundo antiguo) no pasó jamás de los 15 millones. También parece haber sido una civilización muy avanzada para aquellos tiempos, en los que Europa recién entraba al periodo neolítico. Pero dice la tradición que los atlantes se alejaron de su dios, de sus antiguos líderes, y extraviaron el propósito de sus vidas; y que por esa causa el dios Zeus había decidido castigarlos.
Existió en otro tiempo una bella y próspera isla, cuyo poderío se extendía por África y Europa. Sus habitantes eran cultos y muy versados en las artes de la guerra, pero ofendieron a los dioses y en castigo fueron destruidos y devorados por las aguas del mar. Esta descripción se debe al filósofo griego Platón. Su relato ha encendido la imaginación de soñadores y poetas, más allá de los límites tolerables por la historia y la geología. Platón otorgó a este paraíso perdido el nombre de Atlántida, y lo situó más allá de las Columnas de Hércules que hoy conocemos como estrecho de Gibraltar. Se pensaba que era una región más extensa que las antiguas Libia y Asia Menor, y por ello se la supuso en el océano Atlántico.
Sin embargo, todos los hechos conocidos hasta hoy desmienten que tal isla haya existido en el Atlántico. La persistencia del error se ha debido a la enorme autoridad de Platón cuyo relato se tomaba demasiado al pie de la letra. El filósofo griego se basó en narraciones de su antecesor Solón, que a su vez las había escuchado a sacerdotes egipcios. Según éstos el desastre acaeció 9.000 años antes del nacimiento de Solón. Pero hoy sabemos que el océano Atlántico ha permanecido en su estado actual durante varios millones de años, y no existe el menor indicio de que en otro tiempo una isla habitada se hundiera bajo su superficie.
La civilización que Platón describe con tanto detalle se asemeja a la del imperio minoico, cuyo centro estuvo en la isla de Creta. Se trataba de una sociedad extraordinariamente avanzada, con leyes escritas, conocimiento de las artes del metal, técnicas de ingeniería para la construcción de canales, túneles, puertos, y, finalmente, viviendas dotadas de aire templado y aseos con agua de cisterna.
A finales del siglo XV antes de J.C. la civilización minoica desapareció tan repentina y misteriosamente como la Atlántida de Platón. A lo largo de la historia su desaparición ha sido un enigma, pues nadie podía explicarse cómo una sociedad tan adelantada desapareció en tan corto espacio de tiempo. Según recientes indicios arqueológicos, el imperio minoico pudo ser destruido por una súbita erupción volcánica de enorme magnitud. Hacia el año 1470 antes de J.C. la isla volcánica de Thera, en el mar Egeo, fue destruida por una erupción. Era una montaña de 1.500 metros de altitud que después de sacudida con gran violencia se sumergió creando una sima de 370 metros bajo el mar. Sólo quedó un anillo terrestre conocido hoy como la isla de Santorini, que se cubrió con una capa de lava volcánica de 30 metros de espesor. Bajo esta capa han aparecido vestigios del imperio minoico.
Pero ¿por qué este cataclismo se relacionó con la Atlántida? Pudiera ser que Platón interpretara erróneamente los escritos de Solón al traducirlos o reescribirlos. Quizá la supuesta Atlántida desapareciera 900 años (no 9.000) antes del nacimiento de Solón: ello situaría el suceso cercano a la erupción de Thera. Platón pudo haber trascrito por error 2.000.000 de kilómetros cuadrados en lugar de 200.000. Una isla de esta dimensión encajaría perfectamente en el Egeo.
Otros dos indicios refuerzan la creencia de que Platón indujo al error. La expresión griega «más grande que» es muy semejante a la expresión «a medio camino de». Por consiguiente, ¿no estaría la Atlántida a medio camino entre Asia y Libia, en lugar de ser más grande que ambas? ¿Y las Columnas de Hércules eran realmente el estrecho de Gibraltar? En la costa de Grecia, cerca de Creta, existen dos promontorios conocidos también por Columnas de Hércules.
A la luz de lo anterior, parece que se ha resuelto el misterio de la Atlántida.
Bajo las ruinas de Santorini, los arqueólogos han puesto al descubierto toda una ciudad. Su semejanza con la fabulosa Atlántida nos dice que el paraíso de Platón fue algo más que una leyenda.
Desde que Platón escribió sus misteriosos diálogos llamados "Timeo" y "Critias", cuya extensión no es más que de unas 20 páginas de un libro actual, la leyenda de la Atlántida ha fascinado a muchos. El filósofo señalaba que en ese misterioso lugar moraba un pueblo extraordinariamente civilizado y rico, y que un día sobrevino en el mundo un cataclismo de tales magnitudes que en un lapso de 24 horas lo hundió en el mar, con todas sus riquezas y esplendores. Esto ocurrió, dice Platón, 9500 años antes de que él lo escribiera.
Según el investigador Otto Muck, la Atlántida era un paraíso templado-cálido, de fértiles llanuras, en cuyas cordilleras abundaban los bosques de maderas valiosas. Era una tierra rica en cobre, estaño, oro y plata. Era tanta la riqueza de aquellas tierras y tal la excelencia de su clima, que su población se multiplicó rápidamente, llegando a los 60 millones de habitantes; una cifra portentosa, más si se estima que Egipto (unos de los países más densamente poblados del mundo antiguo) no pasó jamás de los 15 millones. También parece haber sido una civilización muy avanzada para aquellos tiempos, en los que Europa recién entraba al periodo neolítico. Pero dice la tradición que los atlantes se alejaron de su dios, de sus antiguos líderes, y extraviaron el propósito de sus vidas; y que por esa causa el dios Zeus había decidido castigarlos.
Existió en otro tiempo una bella y próspera isla, cuyo poderío se extendía por África y Europa. Sus habitantes eran cultos y muy versados en las artes de la guerra, pero ofendieron a los dioses y en castigo fueron destruidos y devorados por las aguas del mar. Esta descripción se debe al filósofo griego Platón. Su relato ha encendido la imaginación de soñadores y poetas, más allá de los límites tolerables por la historia y la geología. Platón otorgó a este paraíso perdido el nombre de Atlántida, y lo situó más allá de las Columnas de Hércules que hoy conocemos como estrecho de Gibraltar. Se pensaba que era una región más extensa que las antiguas Libia y Asia Menor, y por ello se la supuso en el océano Atlántico.
Sin embargo, todos los hechos conocidos hasta hoy desmienten que tal isla haya existido en el Atlántico. La persistencia del error se ha debido a la enorme autoridad de Platón cuyo relato se tomaba demasiado al pie de la letra. El filósofo griego se basó en narraciones de su antecesor Solón, que a su vez las había escuchado a sacerdotes egipcios. Según éstos el desastre acaeció 9.000 años antes del nacimiento de Solón. Pero hoy sabemos que el océano Atlántico ha permanecido en su estado actual durante varios millones de años, y no existe el menor indicio de que en otro tiempo una isla habitada se hundiera bajo su superficie.
La civilización que Platón describe con tanto detalle se asemeja a la del imperio minoico, cuyo centro estuvo en la isla de Creta. Se trataba de una sociedad extraordinariamente avanzada, con leyes escritas, conocimiento de las artes del metal, técnicas de ingeniería para la construcción de canales, túneles, puertos, y, finalmente, viviendas dotadas de aire templado y aseos con agua de cisterna.
A finales del siglo XV antes de J.C. la civilización minoica desapareció tan repentina y misteriosamente como la Atlántida de Platón. A lo largo de la historia su desaparición ha sido un enigma, pues nadie podía explicarse cómo una sociedad tan adelantada desapareció en tan corto espacio de tiempo. Según recientes indicios arqueológicos, el imperio minoico pudo ser destruido por una súbita erupción volcánica de enorme magnitud. Hacia el año 1470 antes de J.C. la isla volcánica de Thera, en el mar Egeo, fue destruida por una erupción. Era una montaña de 1.500 metros de altitud que después de sacudida con gran violencia se sumergió creando una sima de 370 metros bajo el mar. Sólo quedó un anillo terrestre conocido hoy como la isla de Santorini, que se cubrió con una capa de lava volcánica de 30 metros de espesor. Bajo esta capa han aparecido vestigios del imperio minoico.
Pero ¿por qué este cataclismo se relacionó con la Atlántida? Pudiera ser que Platón interpretara erróneamente los escritos de Solón al traducirlos o reescribirlos. Quizá la supuesta Atlántida desapareciera 900 años (no 9.000) antes del nacimiento de Solón: ello situaría el suceso cercano a la erupción de Thera. Platón pudo haber trascrito por error 2.000.000 de kilómetros cuadrados en lugar de 200.000. Una isla de esta dimensión encajaría perfectamente en el Egeo.
Otros dos indicios refuerzan la creencia de que Platón indujo al error. La expresión griega «más grande que» es muy semejante a la expresión «a medio camino de». Por consiguiente, ¿no estaría la Atlántida a medio camino entre Asia y Libia, en lugar de ser más grande que ambas? ¿Y las Columnas de Hércules eran realmente el estrecho de Gibraltar? En la costa de Grecia, cerca de Creta, existen dos promontorios conocidos también por Columnas de Hércules.
A la luz de lo anterior, parece que se ha resuelto el misterio de la Atlántida.
Bajo las ruinas de Santorini, los arqueólogos han puesto al descubierto toda una ciudad. Su semejanza con la fabulosa Atlántida nos dice que el paraíso de Platón fue algo más que una leyenda.
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