leyenda de la lluvia


Texto explicativo de José Benítez Sanchez, autor del tapiz:

En medio de las flores de la noche, Kauyumari (a la izquierda) y sus asistentes, el espíritu del Sol, Taweviékame y el Espíritu del Fuego, Tatewarí, llamaron a nuestra Madre Lluvia por medio de cantos. La estrella de la mañana, quien está sobre Kauyumari (arriba izquierda), llama a la lluvia por su nombre por primera vez. Esto tuvo lugar en el mundo viejo, cuando Tatei Wiitari, nuestra Madre Lluvia, estaba viviendo dentro de una jícara sobre Tatewarí (arriba derecha)

Cuando Kauyumari revela su nombre en cantos, dos nubes alargadas se elevan entre los lados de la jícara entre las llamas de Tatewarí (líneas amarillas y rojas). Entonces la lluvia comenzó a caer sobre las deidades, quienes están ahora rodeadas por nubes de lluvia (formas de colores frente a las tres deidades). Cuando sintieron la lluvia, las deidades del Sol y el Fuego dijeron a Kauyumari: “¡Sí, esto es bueno! Creemos que debe ser así”. Kauyumari muestra cómo la lluvia aparecerá y cómo el chamán la llamará en el nuevo mundo, después de que el mundo de las tinieblas sea destruido. También decidió que debería hacerse una flecha (centro arriba) como ofrenda a nuestra Madre Lluvia.

Así como las gotas multicolores caen enfrente del Espíritu del Sol (a la derecha de la flecha), así la lluvia lo cubre todo cuando aparecen las nubes de la lluvia. La lluvia cae primero en ciertos lugares húmedos, situados en las colinas que tienen árboles llamados “Kieviyeme” (literalmente: “que venga la lluvia”). Estos árboles están siempre empapados y escurren gotas de agua de sus ramas. Nunca deja de llover, porque el agua brota de estos árboles.

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