INCUBOS Y SUCUBOS

INCUBOS Y SUCUBOS

Los diablos, según una opinión general muy difundida, pueden unirse carnalmente con hombres
y mujeres. a los que hacen con estas, se les llama incubos; y a los que como hembras se unen
a los hombres, se les denomina sucubos.
Muchas de las historias paganas, han contribuido grandemente al nacimiento de milagrosos
héroes y reyes por medio de incubos y sucubos.
Párrafos, relatos en múltiples obras históricas, nos traen una gran relación, de individuos que
bien pudieran ser originados por estos diablos engendradores. Así, se supone que fueron
engendrados ROMULO REMO Y OCTAVIO AUGUSTO
La patriótica identifica muchas veces a los incubos con los sátiros y faunos, cita, por ejemplo un
pasaje de san Agustín que dice: “Y porque dicen frecuentemente muchos que lo experimentaron
por si, o lo oyeron de quienes lo experimentaron, y de cuya fe no debe dudarse , afirman haber
oído que silvanos y faunos, a quienes el vulgo denomina incubos, han estado muchas veces
con mujeres, intentando y consumando coito con ellas”
En el libro de Isaías, en el capitulo IV, se puede leer el siguiente párrafo, denunciando a estos
extraños seres: “Y vendrá a ser guarida de dragones y pasto de avestruces, y se encontraran
allí demonios, Esto es, monstruos como demonios”.
San Isodoro, en el libro VIII, ultimo capitulo escribió: “Peludos, que los griegos llaman Panitas,
los latinos incubos y los franceses Clusios, demonios que cohabitan inmundamente con las
mujeres”.
De esos peludos, que han sido mencionados por distintos viajeros como existentes en África,
acometían a las mujeres de las expediciones que desembarcaban en las costas, donde ellos
Vivian, las violaban, o se las llevaban con ellos. Estos peludos, se presentaban algunas veces
como desprovistos de lenguaje articulado, y otras hablando una lengua ininteligible.
Sin embargo es preciso distinguir entre los antiguos sátiros, faunos y silvanos, cosa muy distinta
de los hombres monteses o salvajes y estos a su vez de los incubos.
De los sátiros se cuentan muchas hagiografías, en las que se refiere que fueron bautizados por
santos ermitaños. Se dice que san Antonio se le acerco en cierta ocasión un hombre con
cuernos y patas de cabra que le dijo: Yo soy mortal, y uno de los moradores del yermo a quien
los gentiles, engañados por varios errores, nos reverencian y adoran como faunos, sátiros e
incubos. Vengo a ti, en el nombre de mi manada, para que pidas a dios por nosotros. Sabemos
que es común a todos, y vino por la salvación del mundo.
¡Ay de ti, Alejandría!- exclamo el santo a oír aquello - ¡ Ay de ti, ciudad ramera, que adoras a los
monstruos creados por Dios ! ¿Que podrás decir ahora, pues las bestias alaban
y confiesan a Dios?.
Según esta y otras historias, se comprueba que los faunos, sátiros o silvanos, eran
considerados no como hombres o demonios, sino como monstruos y bestias animales.
Los incubos y los sucubos son, en cambio, verdaderos diablos, espíritus, y los demonólogos se
han dedicado a sutiles disquisiciones, para desentrañar su oficio y el motivo por el cual lo
adoptan.
Por lo referente al modo de ejercer su profesión, todos están de acuerdo, que siendo los
incubos y los sucubos diablos, y por lo tanto verdaderos espíritus, tienen lo mismo que los
Ángeles, cierto cuerpo sutil, por medio del cual, obran sobre la materia del mismo modo que lo
hacen los hombres.
Muchas opiniones les conceden forma humana, asegurando que los Ángeles a ser arrojados del
paraíso, se convirtieron en algo espeso y material.
Otros aseguran, que aunque no posean cuerpo, pueden asumir formas visibles, y tangibles.
También hay demonólogos que suponen, que los incubos y sucubos toman cuerpos en
cadáveres, de hombres y mujeres, introduciéndose en ellos y animándolos. Tal hipótesis es
verdaderamente horrible, pues, no solo esta en el profanar a un vivo, sino a un muerto.
Ultraje muy propio de un demonio.
En lo que si esta todo el mundo de acuerdo es en la existencia de un < misterio del sexo >.
Misterio que muchos atribuyen a los enredos de Satanás, y que en nuestros tiempos, va
acumulando sombras, hasta hacer de el, un hecho de aspecto abominable y peligroso.
Hombres insignes, balbucean en torno a este misterio del sexo, y lo hacen de tal forma,
Que el leerlos, ofrece una sensación de vértigo, de miedo incontrolado, por el cual se pierde la
razón.
Dante vio a Satanás con tres cabezas. Y a este respecto, hay muchos que tratan de buscar en
las palabras del Génesis, , una especie de misterio, o de verdad,
sobre el hecho de que el primer hombre fue hermafrodita.
Los semblantes mas geniales- escribe un gran tratadista de la materia, Marejkowski- mas
espirituales, mas personales (Alejandro Magno, Napoleón, Leonardo da Vinci, Goethe joven,
Byron) tienen bajo lo masculino un no sabemos que de femenino, y aun virginal, que es su
mayor hechizo>>.
Todo esto, es sin duda profundo, pero no es limpio. Encierra algo misterioso, al que no es fácil
acercarse, sin herir la susceptibilidad y el alma, para afín quedar sin haber comprendido nada.
El diablo sabe emplear todos estos recovecos, y espejismos para hacer prosélitos a su causa.
El diablo es el tipo sonriente, que nos ofrece una caja que contiene las llaves de la vida y de la
muerte, del cielo e infierno, del pasado y del porvenir; pero que después resulta que nada tiene
adentro. Como el secreto de la Esfinge.
El mismo Marejowski agrega en oro párrafo: << El único sentido del sexo, es la procreación. El
hombre nace para engendrar y para morir: la personalidad es mortal la especie es inmortal>>.
Con esto se descubre la función diabólica de los incubos, <>
Y en su defecto con un diablo. Y el de los sucubos <>
Y sino con el diablo, para si conseguir ese amor infecundo.
Siempre se ha dicho que el diablo aborrece la fecundidad, porque a su vez aborrece la vida.
Pero Jesucristo bendijo el amor entre el hombre y la mujer, intitullo el Sacramento de
Matrimonio, y estableció la procreación y la educación de los hijos, como uno de sus fines
primordiales.
Sin embargo, el diablo pretende precisamente lo contrario. Por eso muchos autores aseguran,
que los incubos y sucubos no cumplen su oficio por voluptuosidad, sino por malignidad.
Una de las creencias mas extendidas, es la de que el Anticristo nacerá de mujer, en trato con un
incubo. Opinión verosímil, y que ha sido tratada y discutida en presencia del emperador
Segismundo, y resuelva en sentido afirmativo.
Una versión legendaria, y muy divulgada, dice que en el centro de la tierra existe un mundo
mucho mas grande que el que habitamos, donde hay hombres de gran estatura, y mujeres
crueles, que no queriendo amamantar a sus hijos, los arrojan a un monte para que se alimenten
de hierbas.
El Anticristo nacerá de esta progenie, y saldrá al mundo por el cráter de un volcán situado a
orillas del rió Tajo, donde se criara alimentándose de peses,
La creencia de los incubos y los sucubos, engendraban hijos, estuvo muy difundida en otros
tiempos. El pueblo de los Humos, que aterrorizo a Europa bajo el manto de Atila, se creyó
procedente de la unión de incubos de la estepa, con brujas de oriente.
Así pues si estas cosas han sido creídas, ¿Cómo extrañarse ante la historia o leyenda, que
presenta al los personajes celebres presentados por los diablos?
Entre estos personajes de leyenda a quienes el vulgo hace nacer de los incubos, esta el
famoso, Merlín a quien Satanás se proponía dar vida, para destruir el mundo, aniquilar la
Iglesia, y perder a la cristiandad.
La historia d Merlín arranca otra vez del misterio, pero acaso valga, al decir de los estudiosos,
como profecía, como mito y símbolo. Es decir que las condiciones del Anticristo pueden darse
muchas veces, pero también pudo Dios aplazar o detener el sobrevenir de los acontecimientos.
De hecho, es que si Merlín fue engendrado para Anticristo, resulto todo lo contrario, gracias al
bautismo y a las enseñanzas de su maestro Blaysen.
Por influencia de Merlín, y este fue su pecado, nació el rey Artus en adulterio. Pero he aquí,
Que este mal previo un bien. El rey Arturos fundo la caballería que procede de la Tabla Redonda
y se convirtió en pilar de la cristiandad.
Lutero, Bodin , Delancre y otros entendidos, hablan de una especie de ser humano, dicen
nacidos de un incubo y un sucubo, al que se le conoce con el nombre de CANBIONS.
Se cuenta, que un mendigo llevaba una vez consigo a un CAMBION para excitar la piedad de
las gentes. Un caballero, apiadado de el, lo cogio y lo subió a su caballo, e inmediatamente el
caballo se plegó bajo el peso del CAMBION.

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