L HOMBRE DE COBRE O LA MOMIA DE CHUQUICAMATA (1899)

EL HOMBRE DE COBRE O LA MOMIA DE CHUQUICAMATA (1899)

HALLAZGO

Corría el mes de Octubre de 1899 en la región que ocupa en la actualidad el complejo minero de Chuquicamata , el arrendatario de la mina “La Descubridora” de propiedad del empresario William Mitchell Matthews, el ingeniero francés Mauricio Pidot dirigía faenas de excavación cuando de pronto se produjo el desmoronamiento de una ladera que dejó al descubierto el cuerpo perfectamente momificado de un indígena en posición recostada que, en apariencia, había quedado atrapado por otro derrumbe dentro del yacimiento mientras realizaba labores mineras. Se encontraba sepultado con un conjunto de herramientas y su cuerpo presentaba una extraordinaria particularidad.
El suelo rico en cobre bruto dejó su cuerpo cubierto de una capa de costra verde, por lo que se le apodó el "Hombre de Cobre", aunque en un principio fue confundido con una mujer. El minero que halló el cuerpo lo retuvo mientras Pidot y Matthews disputaban la propiedad del cuerpo. El inversor galo sostenía que al poseer su cuerpo un 1% de cobre podría considerarse como “mineral” mientras que Matthews afirmaba que era un cuerpo hallado en su propiedad y que nada tenía que ver con la producción minera.
El 22 de Noviembre de ese año, el empresario minero y escritor Edward Payson Mathewson, manager de la Anaconda Copper Mining, de Montana, USA en sus frecuentes viajes por Latinoamérica había recalado en Chuquicamata y fotografiado la momia secundada por William Hogg y John Mc Kenzie.



E.P.Mathewson en Anaconda , Montana



Primeras Imágenes de la Momia (Nov. 22 ,1899) E.P. Mathewson



Primeras Imágenes de la Momia ,Norman Walker (1899)

Toribio Medina describe el cuerpo detalladamente: Nótese a primera vista que se trata de un individuo bien constituido, y sus formas en general, la amplitud de las caderas, su rostro, del que ha perdido sólo la nariz, las trenzas del peinado y otros particulares acusan que ese cadáver es el de una mujer. Este hecho, al parecer anómalo tratándose de la faena en que a todas luces se ocupaba, merece alguna disquisición. Señala el autor, sigamos ahora con otros detalles:
Los músculos de los brazos y piernas, apenas si tienen alguna deformación, ocasionada por la presión del derrumbe y de las piedrecillas que se han incrustado en ellos. En algunas partes, especialmente en los brazos, se puede aún distinguir la diferencia de color entre la piel sana y la herida, a tal punto que se creería ver manar sangre de esta última. En la cabeza, que esconde entre sus brazos, se ve la boca contraída, y, según parece, la sangre ha brotado por los oídos; las piernas están recogidas en forma que una rodilla, escurrida bajo la otra, ha buscado inconscientemente la parte carnosa para lastimarse menos.
El cabello, trenzado en varios chapes, y las cejas se conservan perfectamente. Como traje, llevaba a la cintura una tela de tejido grosero de lana de llama, y en los tobillos dos brazaletes de tiras de cuero del mismo animal, con su lana, que se ve teñida de verde, probablemente por causa de la disolución del óxido de cobre.
Dada la actitud que conserva el cadáver, no es fácil dar su medida exacta, si bien se le atribuye la de cinco pies siete y media pulgadas. En todo caso, se puede asegurar, como hemos indicado, que se trata de un individuo grande y bien formado.
Dícese que fue hallado con una cesta pequeña en la mano y que a su lado se encontraron otra más grande, un capacho de cuero, un hacha de piedra y varios martillos del mismo material, atados a mangos de madera por medio de correas de piel de llama.
El estado de conservación en que se encuentra se ha debido, como se comprende fácilmente, a haber quedado sepultado el cadáver lejos del contacto del aire, y a las infiltraciones del sulfato y oxicloruro de cobre (atacamita) de que se compone el cerro en que quedó enterrado”.



Portada del Folleto de Toribio Medina (1919)

En el momento del hallazgo el señor Edward Jackson se hallaba en forma casual en Chuquicamata e inmediatamente ofreció $ 500 (pesos chilenos) por ella al minero. Este rehusó porque pensó que ésta era propiedad de su patrón, el Sr. Pidot. Le dejó al Sr. Toyos, entonces propietario de la mina “Rosario del Llano” instrucciones para darle hasta $ 1.000 chilenos por ella. Cuando el señor Norman Walter averiguó esto, ofreció $ 2.000 pero su oferta no fue aceptada. El comerciante escocés Walker era uno de los socios de la Compañía de Cobres de Antofagasta (1899-1904), junto con la Duncan Fox y Cía., una importante sociedad inglesa..Fundador en Iquique de la "Casa Walker", dedicada a las actividades mineras y que historicamente se confunde con la "Casa Walker Hermanos" fundada por otros Walker en Vallenar. A Norman Walker se le reconoce ser el pionero y conceptualizador de lo que es hoy Chuquicamata. Fue el primero que intento aglutinar la explotacion minera de esa zona, en una sola compañia. Su intento lo llevo a la ruina, obligandolo a asociarse con la mencionada empresa, para finalmente ambos terminar cediendo estos derechos a quienes pudieron llevar adelante este gran proyecto. Posteriormente obtuvo licencia para la construccion de un ferrocarril que conecataría con la línea Antofagasta-La Paz.

Un año más tarde aproximadamente, esto es a fines de 1900, el señor Toyos la obtuvo por $ 1.000, una vez que el Sr. Matthwes y el Sr. Pidot arreglaron entre ellos la disputa sobre si la momia estaba incluida o no en el arrendamiento de la mina.



Panteón de José Toyos

En una carta enviada al vicecónsul de Estados Unidos en Antofagasta Frank D. Aller, Jackson relata los sucesos con lujo de detalle.Recordemos que Aller (1867-1944) se había graduado en 1892 en el Colorado School of Mines. Posterioremente fue enviado a Chile en 1900 por la empresa American Smelting & Refining Company, retornando a los Estados Unidos en 1918. Sirvió como vice-consul entre el 15 de Junio de 1903 hasta el 30 de Junio de 1906.Hasta 1907 prosigió como agente consular debido a que el viceconsulado dejo de funcionar . Finalmente se trasladó a la costa de Gatico donde presumiblemente se dedicó a dirigir una empresa. Veamos fragmentos de esa misiva:
“Entonces el señor Toyos me la envió con la condición que si yo hacía negocio nos dividiríamos las ganancias. Yo le pagué $ 500 y cuando la recibí en Antofagasta le faltaba un dedo del pie, el cual pienso que alguien cortó en Chuquicamata para guardarlo como recuerdo. La exhibí en mi casa y cuando el Sr. Pérez de Arce ofreció llevarla a Valparaíso para exhibirla, dándome la mitad de las ganancias acepté. Fue exhibida en Valparaíso y en Santiago.

El señor Pérez de Arce que menciona Jackson era nada menos que Hermógenes Pérez de Arce Lopetegui. Vemos su actividad y cómo se vincula con sucesos posteriores.
“Hermógenes Pérez de Arce Lopetegui (*Valdivia, 19 de abril de 1845 - † 26 de agosto de 1902) fue un político y periodista chileno. Sus padres fueron Cosme Pérez de Arce Henríquez y Loreto Lopetegui Mena. Su esposa fue Rosalía Adriasola Martel y tuvo ocho hijos: Guillermo, Rosalía, Luisa, Berta, Delia, Blanca, Diego y Roberto.



Hermógenes Pérez de Arce

Realizó sus humanidades en el liceo valdiviano. Ingresó a la actividad pública luego de obtener en 1862 el título de preceptor, que ejerció en una escuela en el villorrio del Crucero. En 1865 pasó a ser profesor del Liceo de Valdivia. Fue ministro de Hacienda del presidente Domingo Santa María, entre 1885 y 1886. Entre el 15 de febrero y el 29 de marzo de 1886 fue ministro subrogante de Guerra y Marina.

Elegido diputado propietario por La Laja para el período 1888-1891, tuvo a su cargo el estudio del proyecto de ley sobre la reorganización de la Contaduría Mayor, que fue aprobado durante el gobierno de José Manuel Balmaceda. Fue elegido nuevamente diputado por La Laja al Congreso Constituyente de 1891, y participó en la Comisión Permanente de Hacienda e Industria. Entre 1889 y 1902 fue miembro de la Sociedad de Fomento Fabril.
En 1895, bajo el gobierno de Jorge Montt, sería nombrado nuevamente ministro de Hacienda hasta 1896. En 1891 asumió la redacción de El Mercurio de Valparaíso, transformándose en una de las figuras fundamentales del diario en su época.

Es comprensible entonces que Pérez de Arce vinculado al Mercurio de Valparaíso llevara la momia a esa ciudad, al Oeste de Santiago.
La historia de El Mercurio, el diario en castellano en circulación más antiguo del mundo, se vincula con las vicisitudes de la momia de Chuquicamata.
Entre 1840 y 1842 su propietario fue don Manuel Rivadeneira, quién lo vendió a los empresarios José Santos Tornero, español avecindado en Valparaíso y fundador de la primera librería pública de Chile y José Vicente Sánchez, el 1 de septiembre de 1842. Posteriormente Sánchez se retira de la sociedad, entrando en la propiedad el hermano de Santos, Eusebio Tornero y el conocido industrial y hombre de negocios Matías Cousiño Jorquera. En 1880 es comprado por el acaudalado banquero e industrial Agustín Edwards Ross.
La importancia de estos datos radican en que José Santos Tornero fue el padre de los hermanos Tornero, quienes tuvieron amplia participación en la imprenta y dirección de El Mercurio de Valparaíso.
Su primogénito Recaredo Santos Tornero nació en Valparaíso, el 14 de octubre de 1842, en el seno de una familia de tradición librera y periodística. Realizó sus primeros estudios en el Instituto Nacional de Santiago y en la Escuela Superior de Comercio en París, ciudad de donde regresó en 1860, para dedicarse a la actividad librera en Chile. La empresa de su padre incluía la Librería Española, la imprenta de El Mercurio y el periódico El Mercurio de Valparaíso. Recaredo administró, a partir de 1866, la imprenta y el periódico, en tanto que la librería quedó en manos de su hermano Orestes.



Imprenta El Mercurio de Valparaíso

Desde 1867 en adelante fue el único editor y director de El Mercurio hasta 1870, año en que conoció a Camilo Letelier, quien se convirtió en su socio.
En 1875, después de nueve años de gestión, vendió su parte del periódico a su socio. Dos años después se trasladó a Europa con su familia; allí adquirió maquinarias que, una vez en Chile, le permitieron establecer la primera fábrica de papel del país. Regresó a Valparaíso en 1880 y estableció una librería y una imprenta en el barrio del Almendral. Al año siguiente, tras la muerte de su hermano Orestes, se hizo cargo de la librería de El Mercurio, dedicada a la edición de libros de enseñanza y obras traducidas del francés. En 1890 fundó el diario liberal El Comercio, que apoyaba la causa de José Manuel Balmaceda. Murió en Santiago el 26 de julio de 1902.

Es así como se encuentran dos personajes de esta historia. Pérez de Arce probablemente contacta a Tornero quién en sociedad con un tal Torres deciden comprar la momia, gestión llevada a cabo por el hermano de Edward Jackson, John Stewart en la suma de $ 15.000 chilenos. Esta suma sería pagada a $ 5.000 de contado y $ 10.000 en tres meses.
Se efectivizó el pago original que Jackson tuvo que dividir con su socio Toyos tal como habían acordado.
La gran jugada perpetrada por Tornero y Torres fue trasladarse a Estados Unidos, dónde a partir del 1º de Mayo se organizaba en Buffalo, New York, la Exposición Panamericana. Si lograban posicionar la momia en medio de esa extraordinaria muestra, sin dudas podrían realizar un excelente negocio.
La Exposición Panamericana era una extraordinaria muestra de Ciencia y Técnica de los países del continente americano. Sin embargo sus reglas y procedimientos eran muy estrictos.
Incluso Chile tuvo un grave problema administrativo porque no cumplimentó los requisitos burocráticos y su ponencia fue denegada. Posteriormente, pedidos del gobierno chileno a través de su representante y Ministro Plenipotenciario en New York Carlos Morla Vicuña, logró que con 30 días de atraso se inaugurara el pabellón de Chile.

“El señor Ministro Plenipotenciario y enviado extraordinario de la República de Chile ante el gobierno de EEUU ha obtenido de dicho gobierno la concesión de que el pabellón de Chile en la Exposición de Buffalo pueda abrirse con un mes de atraso al resto de la exposición, según acaba de comunicarlo a nuestro gobierno”.
Con este retardo la inauguración del pabellón de Chile será el 1º de junio pues como se sabe la Exposición General se abre el 1º de mayo. Nota publicada por El Mercurio (Valparaíso, Chile) 24 de enero 1901



Carlos Morla Vicuña en 1883

Por tal motivo hemos de afirmar con exactitud que los socios Tornero y Torres partieron rumbo a New York, en Junio de 1901.
Todo hace suponer que ambos tomaron la iniciativa por su propia cuenta imaginando poder hallar apoyo al arribar al país del Norte.
Desde luego que no era una empresa sencilla pues a llegar a la Aduana tuvieron serios inconvenientes para poder pasar el cuerpo.
Indudablemente, ellos no estaban invitados a la Exposición Panamericana, pero como sabemos lograron introducir la momia entre los objetos expuestos en el pabellón chileno.
Hemos de suponer que en la gestión de ingreso a Estados Unidos del cuerpo debe haber intervenido el Cónsul General Federico Antonio Beelen, quien desde 1897 había sido nombrado por el gobierno chileno y el señor Carlos Morla Vicuña, presidente de la delegación y además Ministro Plenipotenciario.



Afiche de la Exposición Panamericana en Buffalo , New York (1901)

Consultamos los registros oficiales de la muestra chilena editados por J. Tadeo Laso J., quién además había sido nombrado por la comisión en la labor de recibir y catalogar los productos y objetos que iban arribando a la exposición
En ninguna de las páginas de su libro existe la más mínima mención al ingreso de la momia. Por lo tanto debemos asegurar que su acceso al pabellón no siguió la vía oficial, sino que fue ingresada por decisión unilateral del presidente Carlos Morla Vicuña. Es obvio que el resto de los integrantes de la comisión de 20 miembros estaban al tanto de la entrada de la momia, diríamos...por la ventana.
Los antecedentes de Tornero, la trayectoria de su familia, eran un aval más que suficiente como para abrirles paso aún en circunstancia en que los conflictos aduaneros y aún de cancillería estaban a la orden de día.
Consumado pues el ingreso “no oficial” la momia comenzó a ser expuesta en el pabellón chileno y su aparición no pasó desapercibida en modo alguno.
Tal es así que se editó un folleto especialmente para la muestra en el que se promocionaba la pieza chilena. Obra en nuestro poder una copia de la publicación “A Human Petrificación”.



Folleto Reproduciendo un Artículo de Rudolph Phillippi (1901)

Si bien fue una gran atracción la preocupación iba invadiendo a los socios Tornero y Torres quienes veían que pasaba el tiempo y que su proyecto de vender el espécimen se iba diluyendo. Por otro lado los gastos comenzaban a ir aumentando. Recordemos que al no estar incluidos en la delegación oficial, ellos no contarían con los privilegios habituales de alojamiento y viáticos. Para colmo de males Carlos Morla Vicuña aquejado del Mal de Bright, una nefritis crónica, falleció el 20 de Agosto, en pleno desarrollo de la exposición, a la escasa edad de 55 años.
Con parte del apoyo perdido, Tornero y Torres debían acelerar la venta de la momia, sin embargo como los gastos se incrementaban, el precio también subía.

The Buffalo Historical Museum, The Smithsonian Institution y The Natural History Museum of Nueva York se disputaban la posible compra del ejemplar chileno, pero los delegados de esas instituciones no estaban dispuestos a desembolsar las sumas exigidas por los socios de Valparaíso. Varios artículos de periódicos locales hacían referencia a la pieza chilena y los intentos de los museos de hacerse dueños.
Lamentablemente, el tiempo se dilató y el dinero comenzó a ser un factor de máxima preocupación. Tornero y Torres tuvieron que pedir un préstamo empleando la momia como garantía. En esos tiempos se afirma que la momia llegó a ser mostrada en algún tipo de circo itinerante de curiosidades. El más importante circo era el de Barnum pero indagaciones en los archivos permitieron comprobar que durante todo 1901 y 1902 se hallaba en una gigantesca gira europea retornando al Madison Square Garden recién en Marzo de 1903. Sin embargo, los remolques itinerantes abundaban en la época llevando extrañezas de un punto a otro del país. Lamentablemente, estas exhibiciones por mucho público que acapararan no llegan a cubrir los enormes gastos de los socios.
Existe un panfleto editado con la finalidad de promocionar la exhibición en el que se ofrecen 500 dólares a quien probara que no fuera auténtica.



Panfleto Estilo Circense Presentando la Momia


Es evidentemente el folleto que se entregaba en los circos de curiosidades instando al público a participar. Curiosamente, se hace referencia a la “autenticidad” debido a que cuerpos humanos petrificados habían sido exhibidos durante años. La mayoría de ellos, desafortunadamente, simples falsificaciones. Para aquellos interesados en este tipo de episodios hemos logrado reunir sin mucho esfuerzo varios casos que incluimos en el apéndice.
Remarcamos que el mismo año de la exhibición de la momia chilena, circulaba una historia atrapante sobre un cuerpo convertido en mármol que según dicen jamás fue hallado porque algún visionario de las curiosidades médicas lo había cargado en su remolque para ser exhibido en los lugares más recónditos del país del Norte.

Como ninguna venta se concretó la empresa financista Hemenway & Co de Nueva York embargó el cuerpo del minero y los socios no tuvieron más que regresar a Chile con pasajes pagados por el cónsul Beelen.



Augustus Hemenway . El Pie de la Imagen Afirma que Estaba Muy Vinculado al Comercio con Valparaíso

Mientras tanto, en Antofagasta Edward Jackson y su socio Toyos no recibían un centavo de parte de Tornero y Torres. Harto de esperar comisionó a Raimundo Docekal de Antofagasta que debía viajar a los Estados Unidos para tratar de recuperarla. Le entregó un poder para recuperarla, así como $ 500 US. en oro. Lamentablemente, su buque naufragó en el Estrecho de Magallanes, pero él llegó a New York. Desde allí, Jackson recibió varias cartas muy alentadoras. Sin embargo Docekal comenzaba a pedirle más dinero a lo que rehusó de plano. Evidentemente hizo entonces alguna clase de arreglo con el acreedor (Hemenway & Co) canceló los $ 10.000 y debiéndole aún, la vendió sin enviarle jamás un solo centavo.
Es muy probable que el comprador haya sido el conocido banquero y coleccionista John Piper Morgan, quien pocos años después se decidiera a no viajar en el recorrido inaugural del Titanic. El magnate finalmente decidió donarla al Museo de Historia Natural de New York donde aún se exhibe.



J.P.Morgan



Museo de Historia Natural de New York ( Principios del Siglo XX)

Con anterioridad, el Sr. W. H. Holmes del Museo Nacional de Washington D.C. había comprado en 100 dólares los artefactos, algunos de los cuales se muestran con el cuerpo. Después que el Museo de Historia Natural recibió el cuerpo se hicieron varias tentativas para obtener aquellos utensilios, a fin de que pudiesen ser exhibidos junto con el minero, pero el Sr. Holmes rehusó separarse de ellos.



William Henry Holmes

William Henry Holmes (1846-1943) fue un destacado arqueólogo, antropólogo y etnólogo que trabajó gran parte de su carrera para el Smithonian estudiando las culturas aborígenes de Centro y Norteamérica
Afortunadamente el señor Edward Payson Mathewson había regalado al Museo Americano de Historia Natural varios martillos y herramientas pertenecientes a la localidad en dónde había sido encontrado el Hombre de Cobre en 1899, que seguramente recogiera cuando fotografió a la momia.

ANALISIS Y BÚSQUEDA DE MATERIAL. REUNIONES Y ENTREVISTAS

Miércoles, 2 mayo 2007. Museo Nacional de Historia Natural. Quinta Normal, Santiago.

Primeramente para reunir antecedentes acerca de la historia del primer minero que sufrió un accidente en las faenas de extraer el cobre de la roca, nos dirigimos luego de una comunicación telefónica con la Coordinadora de Educación en el Museo Nacional de Historia Natural, en la Sala del Cobre, la señora Patricia Araya, quien amablemente acogió nuestra solicitud de apoyo para el trabajo de investigación que nos habíamos propuesto. Ellos tenían la referencia escrita del arqueólogo americano Junius Bird Bouton (1907-1982) “El Hombre del Cobre un Minero Prehistórico del Norte de Chile y sus Herramientas” que habíamos encontrado en el Catálogo de la Biblioteca Nacional y también un video animado de la Momia del Cobre.
En la tarde la señora Araya llamó al señor Harold Krusell a su taller con el cual pudimos dialogar, referirle nuestras inquietudes y solicitar en préstamo para nuestro trabajo algunas fotografías de las logradas por él en su viaje a Nueva York el año 2005.
El encuentro con el señor Krusell se produjo el día martes 8 de mayo.



Junius Bouton Bird (1907-1982)

Jueves, 3 mayo 2007. Biblioteca de Sernageomin (Servicio Nacional de Geología y Minería) consultamos con la Sra. Clara Castro, bibliotecaria de la institución, la posibilidad de facilitarnos imágenes para publicar en este trabajo, quedó de entregarnos una respuesta.
Días después volvimos a comunicarnos informándonos que teníamos que llamar a Relaciones Públicas de Codelco (Corporación Nacional del Cobre) porque ellos son los dueños de las imágenes.

Jueves, 3 mayo 2007. Biblioteca del Museo Chileno de Arte Precolombino.

La persona que atendió al teléfono señala que hubo una Exposición Temporal “El Arte del Cobre en el Mundo Andino”. “En ese marco se realizó una publicación del Museo cuyo texto fue escrito por el arqueólogo argentino señor Luis González acerca de “La Minería y Metalurgia General en Los Andes”.
“La publicación del señor Bird no pertenece al Museo Precolombino y es la única. Al respecto las piezas y el Hombre de Cobre se encuentran en el Museo Nacional de Historia Natural de Nueva York”.
Le comentamos a la señorita Michelow que el señor Bird se refiere más a las herramientas que rodeaban al minero al momento del hallazgo. Le señalamos que existe un trabajo publicado en 1901 y 1919 por el señor José Toribio Medina. El artículo del señor Bird no menciona mes, solamente dice “1899” y que nos interesaría saber si en la publicación en inglés aparecen otros datos adicionales a la versión en castellano.
Nos comentó que esta edición es anterior a la entregada en 1978 en el Museo Arqueológico de La Serena (Chile) Luego establecimos contacto con la bibliotecaria del Museo, la señorita Isabel Carrasco, quien indicó que en la versión en inglés aparece una sola fotografía del hombre de cobre siendo la única edición.

Martes, 8 mayo 2007. Taller señor Harold Krusell, escultor, ex museólogo del Museo Nacional de Historia Natural de Chile (hoy retirado).
Nos atendió dentro de su corto y escaso tiempo pues en la actualidad trabaja en la elaboración de dos esculturas para el museo de San Pedro de Atacama. Contestó a nuestras consultas referidas a los documentos encontrados en la Biblioteca Nacional de Santiago y el Museo Nacional de Historia Natural en la Quinta Normal.



La Autora Liliana Núñez con Harold Krusell

Estuvimos en dos oportunidades con el señor Krusell quien hiciera una réplica del Hombre de Cobre que se encuentra en la Sala del Cobre en el Museo Nacional de Historia Natural en la Quinta Normal. Él estuvo en Nueva York tomando fotografías para reproducirla en Chile.

Nos facilitó con muchísima generosidad de su parte, las fotografías captadas del Hombre de Cobre en Nueva York. Comentó también que "los errores del historiador José Toribio Medina” se pueden definir como una forma de hacer ciencia, los errores de uno y otro son por desconocimiento pero no se pueden destacar hechos intencionalmente, los científicos trabajan aprendiendo unos de otros" (sic)

Otra de nuestras preguntas fue con respecto a sí conocía la fecha en que el arqueólogo Junius Bird habría iniciado el estudio del Hombre del Cobre o la Momia de Chuquicamata.
“Esto habría sido aproximadamente en la década de los veinte, él utilizó el Carbono 14 para determinar la fecha de su muerte”. Fue su respuesta.
El señor Krusell afirmó también que solamente arqueólogos americanos estudiaron al Hombre del Cobre.

El señor Krusell exhibió un dibujo extraído de la Revista Chungará y realizado por J. Chacana. Las trenzas del joven pudieron estar ubicadas en el año 500 Tiawanaku.
Otro elemento que genera una discrepancia entre los autores es la fecha del hallazgo. Se afirma que fue en Octubre de 1899 aunque existen documentos que sostienen que se produjo el 22 de Noviembre, sin embargo como hemos afirmado en el capítulo anterior, probablemente esa sea la fecha en que E.P. Mathewson fotografió la momia. Nuestro entrevistado Harold Krusell sostuvo que “no se sabe si es fecha de hallazgo o la fecha en que dieron a conocer la información. No se puede saber”.

Jueves, 10 mayo 2007. Nos volvimos a acercar al Taller de Harold Krusell para devolverle el material facilitado y formular nuestras últimas preguntas.

Hasta ese momento habíamos reunido información en abundancia que había que confrontar y organizar. En un apretado resumen del voluminoso material compilado, que el lector podrá ver detallado en la bibliografía extractamos estas fechas claves:

1912. Una selección de materiales líticos fue ofrecida al Sr. Holmes a cambio de los que él tenía, lo cual acepto este año con lo que se incorporaron a la exhibición.



Herramientas Halladas Junto a la Momia

1914 Otros martillos Prehispánicos de Chuquicamata fueron donados al Museo Americano de Historia Natural por M. Guggenheim e Hijos, quienes habían estado vinculados al desarrollo de la mina moderna de Chuquicamata.

1921 El cuerpo del minero fue examinado por el antropólogo físico Louis R. Sullivan.

1923 Una serie completa de fotografías radioscópicas fueron hechas de todo el cuerpo.

1953 Se le hicieron las primeras pruebas específicas para determinar que otras cosas además de su color podrían justificar que se llamase al minero “Hombre de Cobre”.

REFERENCIAS

Medina, José Toribio. La Momia de Chuquicamata. La Revista Nueva. (Santiago, Chile.) Año II, tomo IV, pgs. 144-154, 1901.

Medina, José Toribio. La Momia de Chuquicamata. Imprenta y Encuadernación “El Globo” (Santiago de Chile), pp. 3-11, 1919

Report of Doctor Federico Phillippi, Published in the Daily Newspaper El Mercurio (Santiago, Chile) 18 abril 1901.

Human Petrification: The Only Specimen in existente, of a Perfectly Preserved Body from a Race wich is Now Entirely Extinct :Un panfleto de 4 páginas de origen desconocido preparado aparentemente para distribuir cuando se exhibió la momia en la Exposición Panamericana de Buffalo, New York, del 1º mayo a noviembre 2, 1901.

Remarkable Specimen on Exhibition in Chilean Building : The Buffalo Courier, Setiembre 23, 1901.

Aged 3.000, But She has Traces of Beauty : New York World. November 29, 1905.

A Naturally Mummified Body from Chile : The American Museum Journal, Vol. VI Nº 1. (New York. 1906) pp. 3-4.

Bird, Junius Bouton : “The Cultural Sequences of the North Chile Coast” Handbook of South American Indian, Bureau of American Ethnology, Bulletin 143, Vol. 2 pp. 587-594. (Washington, D.C.)

Bird, Junius Bouton :El Hombre de Cobre, un Minero Prehistórico del Norte de Chile y sus Herramientas. Museo Arqueológico. (La Serena, Chile) Boletín Nº 16, pp. 77-106, 1978.

La Exposición de Buffalo. El Mercurio (Valparaíso, Chile) 17 noviembre 1900, pg. 3, Col. 4

La Exposición de Buffalo. El Mercurio (Valparaíso, Chile) 21 noviembre 1900, pg. 4 col. 1

Buffalo donde se celebrará la próxima Exposición Panamericana. El Mercurio (Valparaíso, Chile) 21 noviembre 1900, pg. 4, col. 6.

Comunicación del Ministro Sr. Carlos Morla Vicuña. El Mercurio (Valparaíso, Chile) 24 enero 1901, Col. 4

Laso J , Tadeo : La Exhibición Chilena en la Exposición Panamericana de Buffalo, E.U. 1901: Historia y Documentación Oficial de la Parte que Cupo a Chile en Aquel Torneo Industrial, Acompañada de Algunas Descripciones de los Productos Premiados en Ella , Santiago de Chile, Imprenta y Encuadernación Barcelona, 1902.

The Only Petrified Human Body in Existence is on Exhibition in the Chile Building in the Pan-American Exposition , Buffalo Evening News , Agosto 19 , 1901.

Ross , James A. : Dr. John A. Miller Was One of the Examiners Yesterday of the Mummy in the Chilean Building , Buffalo Evening News , Setiembre 24 , 1901.

El Secuestro del Hombre de Cobre : El Mercurio (Calama, Chile) , Agosto 12 , 2001.

Jackson , Edward : Carta a Frank D. Aller Fechada en Santiago, Junio 18 de 1912.

Figueroa, Virgilio. Diccionario Histórico, Biográfico y Bibliográfico de Chile (1800-1925) , Imprenta y Litografía “La Ilustración” Propiedad del autor, Santiago de Chile, 1925 , pgs. 334-335.

Expresamos nuestro total agradecimiento al señor Harold Krusell, escultor y ex museólogo del Museo de Historia Natural de Santiago por facilitarnos todo el material fotográfico y los documentos reproducidos, material inédito de la Historia del Hombre del Cobre. Su ayuda fue fundamental e invaluable.

Segunda Parte: La Historia Reciente .La Réplica Chilena. Otros Casos de Petrificaciones y Momificaciones. Referencias Bibliográficas.

Liliana Núñez Orellana y Fabio Picasso ® 2007

EL "HOMBRE DE COBRE" : TIEMPOS DE ANÁLISIS

ESTUDIOS REALIZADOS AL HOMBRE DEL COBRE POR A.CORTHALS

El Museo de Historia Natural de Nueva York dio a conocer un inédito estudio elaborado por la antropóloga física Angelique Corthals. Un análisis de Carbono 14 develó que el minero murió alrededor del año 550 d.C.
El estudio no pasó inadvertido para nuestro país puesto que el escultor chileno y museólogo señor Harold Krusell trabajó en una réplica que fue exhibida en el Centro Cultural Mapocho. Fue organizada por SONAMI (Sociedad Nacional de Minería) Codelco (Corporación del Cobre) y el Consejo Minero entre el 13 septiembre y el 10 octubre 2005: “Cobre una historia con futuro” para celebrar los cien años de la gran minería

ESTUDIO DE LA DRA. ANGELIQUE CORTHALS

Gracias a exámenes con rayos X y escáner de última generación, se pudo determinar luego de casi tres meses de investigación, que se trataba de una persona notablemente sana de poco más de 20 años de edad, corroborando que no era un minero profesional, sino un trabajador migratorio en busca de fortuna. Su esqueleto y piel no presentaban huellas de estrés ocupacional.
El estudio reveló, gracias a exámenes a sus glúteos, que su musculatura estaba bien desarrollada, mientras que las observaciones de su abdomen, anunciaron que su dieta era rica en proteínas y grasas.
El que aún tuviera agarrados los instrumentos en sus manos cuando se encontró, revela que la muerte ocurrió mientras trataba de excavar una salida al pique colapsado. Por eso, no hay fracturas de huesos que indiquen que fue aplastado por un violento derrumbe, como se creía.
Según Corthals, este proceso fue muy rápido, pues en estas muertes el afectado no se da cuenta.
Respecto a su excelente estado de conservación, la investigadora señala que puede deberse a tres razones: a la aridez del desierto de Atacama; a que el pique sellado que se encontraba no alcanzó a disecar los restos (lo que explica que la momia no esté arrugada), o a delgada capa de cobre cubrió el cuerpo y evitó el crecimiento de microorganismos que producen la descomposición de materia orgánica.


Deformación tabular
(San Pedro de Atacama, Torres, 2003)

En ese sentido, la adopción de una nueva perspectiva para observar las características físicas del “Hombre de Cobre”, proporcionó un conjunto de revelaciones. No obstante, que la momia no se pudo mover desde el museo, las antiguas radiografías demostraron contener elementos bastante reveladores.


Cráneo del Hombre de Cobre (AMNH)


Radiografía de la Mandíbula
del Hombre de Cobre (AMNH)


Cráneo Tiwanaku del Altiplano Boliviano
(Torres-Rouf, 2002)

Debido a su posición en el túnel donde fue encontrado, pareció obvio para la mayoría de las personas que lo estudiaron que el “Hombre de Cobre” murió aplastado al desplomarse la mina. Sin embargo, un examen más riguroso revela que su muerte no fue violenta, ni repentina. No fue aplastado, ni murió por asfixia.
Tampoco se observa en las radiografías la existencia de fracturas o aplastamiento de hueso que indiquen un desplome violento encima del cuerpo.
El “Hombre de Cobre” murió probablemente como resultado de envenenamiento de dióxido de carbono producido por su propia respiración. La momia posiblemente perdió rápidamente la conciencia después de experimentar los primeros síntomas de envenenamiento de C02 (dolor de cabeza y náusea) y nunca más se despertó.

Sin embargo, para asegurar o refutar definitivamente las revelaciones basadas en los huesos del “Hombre de Cobre”, fue necesario aplicar nuevas tecnologías, como el análisis de ADN.
En el caso de la momia, debido a la edad de sus restos, el ADN recuperado es bastante fragmentado y estuvo expuesto a contaminación de ADN moderno debido a las personas que los manipularon.
Para determinar el origen étnico de un individuo, como el “Hombre de Cobre”, se examinó la composición genética de la población más cercana en términos geográficos y de tiempo, tratando de identificar pequeñas mutaciones llamadas polimorfismos. Los polimorfismos son pequeñas diferencias que existen en el ADN de diferentes poblaciones.
En este caso, aunque el ADN está bastante degradado, su análisis confirmó lo que el examen físico del cuerpo reveló: el “Hombre de Cobre” está verdaderamente más cerca, en su composición genética, a la población del sur de Perú, que de la población atacameña del norte de Chile. No obstante, hay que considerar que las fronteras políticas que hoy conocemos, no tienen nada que ver con las realidades edad de sus restos, el ADN recuperado es bastante fragmentado y estuvo expuesto a contaminación de ADN moderno debido a las personas que los manipularon.
Para determinar el origen étnico de un individuo, como el “Hombre de Cobre”, se examinó la composición genética de la población más cercana en términos geográficos y de tiempo, tratando de identificar pequeñas mutaciones llamadas polimorfismos. Los polimorfismos son pequeñas diferencias que existen en el ADN de diferentes poblaciones.
En este caso, aunque el ADN está bastante degradado, su análisis confirmó lo que el examen físico del cuerpo reveló: el “Hombre de Cobre” está verdaderamente más cerca, en su composición genética, a la población del sur de Perú, que de la población atacameña del norte de Chile. No obstante, hay que considerar que las fronteras políticas que hoy conocemos, no tienen nada que ver con las realidades .

Otra interrogante importante que se ha buscado clarificar es quién era este minero en el contexto de su época. La deformación de su cráneo se ha prestado para hipótesis. Según Corthals, “una nueva mirada a las radiografías originales sumado a un estudio sobre cementerios en el norte de Chile y sur del Perú (Carod-Artal, C.B. Vázquez-Cabrera) podrían indicar que esta deformación sería un indicador de su rango social, probablemente de la clase dirigente o sacerdotal. Aún así, no esta claro si el sujeto pertenecía a una de estas clases específicas, dada la escasez de artefactos encontrados en él o las cercanías.
Los rayos X han sugerido también que el hombre de cobre era más un minero ocasional. “Su esqueleto y su piel no muestran huellas de estrés ocupacional, como una artritis temprana en sus muñecas, codos, rodillas y tobillos. Tampoco se advierten callosidades”. Estudios acerca del contenido de arsénico en muestras de su pelo podrían indicar si era sólo un minero o si también intervenía en la fundición, al ser el arsénico un elemento resultante en dicho proceso.


LA REPLICA DEL HOMBRE DE COBRE

La empresa Midia habilitó en un sector de la Estación Mapocho para exponer una réplica del llamado “Hombre de Cobre”, cuya data se remonta al año 300 D.C. gracias al arte en resina que preparó el escultor chileno Harold Krusell, el mismo que sacó una copia del niño del cerro El Plomo.
Las gestiones para retornar este patrimonio cultural chileno datan de 1990 según cuenta Harold Krusell a lanacion.cl cuando el arqueólogo Lautaro Núñez intentó su visado a Chile, pero sin éxito.
A mediados de 2000, Núñez nuevamente retomó esta ambiciosa ilusión, pero con la ayuda del Museo Padre Le Paige y el Museo de Arte Precolombino. En la tarea de repatriación colaboraron además el Ministerio de Minería y el Consejo de Monumentos Nacionales, pero todo se dilató nuevamente.


Arqueólogo Lautaro Núñez A.

El año 2001, en representación del Museo Padre Le Paige, Núñez viajó a Nueva York en compañía de Carlos Aldunate, director del Museo de Arte Precolombino. Este último, recuerda que en aquella ocasión se entrevistaron con las autoridades del museo neoyorquino -entidad que actualmente posee la custodia de la momia- para plantear la propuesta de retornar al Hombre del Cobre, junto con la colección de utensilios, a nuestro país, encontrando en la contraparte norteamericana una buena recepción.
Sin embargo, los expertos en conservación del museo estadounidense cuestionaron el Museo Padre Le Paige, lugar dónde finalmente sería exhibida la momia en Chile, por carecer de equipos para preservarla en óptimas condiciones.
Pero no todo fue tan lapidario, pues la posibilidad quedó abierta para mediar una salida amigable a este anecdótico y singular proyecto de “salvataje” patrimonial.

Cuatro años transcurrieron hasta el año 2005, y tras una serie de negociaciones promovidas con ayuda de Codelco, la Sociedad Nacional de la Minería, el Consejo Minero, el Ministerio de Educación, la Universidad Católica del Norte, representantes étnicos de San Pedro de Atacama y de la propia Cancillería chilena, finalmente se logró que la directiva del museo norteamericano permitiera efectuar un escáner completo al cuerpo del Hombre de Cobre, para tridimensionalizar el cuerpo a objeto de lograr en lo inmediato una réplica y exhibirla en septiembre en Chile.
Jorge Donoso, gerente adjunto a la presidencia ejecutiva de Codelco, explicó al respecto que la gestión demandó un desembolso de US$ 70 mil para efectuar estudios de escáner y ADN, mientras que la réplica que estuvo en proceso de elaboración tuvo un costo que superó los 5 millones de pesos.
Aunque la posibilidad de conseguir una potencial visa de retorno para la momia original aún no se descarta, la factibilidad que ello se materialice podría tomar su tiempo. Por eso, mientras ello no suceda, tendremos que resignarnos con ver su réplica.



El Mercurio (Santiago, Chile) Setiembre 25 , 2005, pg. 1

El prototipo del “Hombre de Cobre” que llegó a nuestro país, es de un material similar a un yeso piedra, de un espesor de más o menos 2 centímetros y con una estructura interna que le da consistencia.
Krusell, ex museólogo del Museo de Historia Natural de Chile, no sólo tuvo que pintar la momia para darle “una cierta naturalidad”, sino también instarle una peluca de pelo natural, ya que al momento de fallecer lucía un peinado de trenzas que estaba en boga en la época de Tiwanaku y un “taparrabo” fabricado con lana de auquénido
Con anterioridad, el escultor estuvo en Nueva York, en el Museo de Historia Natural, trabajando con la momia en un laboratorio que le facilitaron las autoridades del museo. “La idea era familiarizarme con ella. Tuve la mejor disposición de la gente del museo. Se sacó especialmente la momia de la exhibición y se me dieron todas las facilidades para trabajar en ella”, acota.
Allí tuvo la ocasión de tomarle fotografías y sobre éstas anotar las medidas de cada una de las partes, “de manera de tener la relación más precisa de las medidas del Hombre de Cobre”. Adicionalmente, sobre el color del cuerpo, se trabajó con un pantone de más de 300 colores, con el propósito de aproximarse al color real de la momia.
“Fue un trabajo meticuloso. Se tomaron más de cien fotos. No sólo fotografié la momia, sino también los archivos que tiene el museo sobre esta pieza”, agrega Krusell.
En cuanto al estado en que encontró al “Hombre de Cobre”, el escultor señala que, a pesar de que se le han quebrado algunos dedos de la mano y los pies, “se observa bien conservada”. “En todo caso, debo aclarar que no pude tocar la momia. Tuve muchas restricciones. Sólo pude mirar, medir, presentar el pantone cerca del cuerpo para anotarlo y tomarle las fotografías. Nada más”.
Con posterioridad, Harold Krusell viajó a California para reunirse con la gente de Scancite, compañía que tuvo la misión de realizarse el escáner a la momia. Se hizo un escáner total al “Hombre de Cobre”, información que luego se procesó en un programa de tres dimensiones. Las partes que no pudieron escanearse, debido a que no pudieron sacarla del soporte de acero inoxidable que tiene, se completaron como formas simplificadas.

A partir de la llegada de la réplica del “Hombre de Cobre”, el museólogo tiene que abordar los detalles para hacer más fiel el prototipo al original. “Por ejemplo, el escaneo del pelo permite ver como ciertos volúmenes corresponden a la trenza del pelo y algunas líneas a la textura del taparrabo. Se ven, se perciben, pero no tienen el realismo necesario. Entonces, lo que tenemos que hacer es colocarle una peluca natural y un taparrabo de verdad”, aclara.




A Partir del Escáner Realizado a la Momia se Hizo la Réplica.

En el caso del pelo, a través de una fotografía tomada a una radiografía del cráneo de la momia, se preparó una peluca con un pelo lo más idéntico al original. Una vez que estuvo listo, se eliminó el peinado que tenía hecho en yeso y fue reemplazado por el cráneo reconstruido y la peluca correspondiente.
En el caso del taparrabo, se hizo lo mismo, siendo sustituidos los textiles hechos de yeso por textiles de auquénidos.
La etapa final de preparación de la momia consideró ponerle una pintura que le diera naturalidad, que contenga polvos de metal de cobre. “No es una pintura plana como un cuadro, sino una pintura viva, que si llega a humedecerse se verdea un poco más... la momia tiene que tener, aunque parezca un poco contradictorio, vida en cuanto a momia”, aclara Krusell.
Los plazos apremiaban, por cuanto el escultor del Museo de Historia Natural tenía sólo un mes para realizar este trabajo antes de la presentación de la réplica en la Exposición del Cobre.


Sr. Carlos Aldunate
Boletín Minero Nº 1193, Julio 2005

Para el Director del Museo Precolombino, Carlos Aldunate, la presencia del “Hombre de Cobre” en la exposición tiene una carga de mucho simbolismo.
Aldunate reconoce que durante mucho tiempo se hicieron gestiones ante las autoridades del Museo de Historia Natural de Nueva York para repatriar a la momia. Sin embargo, al final, se optó por una opción B, es decir hacer una réplica.

¿Por qué no han fructificado las gestiones?
Por muchas razones. No hemos encontrado con una pequeña oposición del Museo a devolverlo. Ellos dan muchos argumentos, de conservación de la momia, de que puede llegar muy dañada, etc.

Hemos hecho gestiones incluso a nivel político, a nivel de la embajada. Ha sido muy difícil... y la verdad, por otro lado, es que tenemos que reconocer que la momia existe gracias a ellos, porque si se hubiese quedado en Chile, probablemente ya no existiría.

¿Se dan en Chile las condiciones para su conservación?
Ese es otro problema. Ellos estaban muy preocupados por ese tema y preguntaban si existen las condiciones para su conservación... pero por otro lado, la verdad es que ahora en los museos en general hay una política muy reacia a exhibir cuerpos, no nos gusta exhibir cuerpos humanos, es un poco morboso...
Entonces, pensamos que si nos daban facilidades para hacer una réplica, esa podría ser una buena solución.

De la página de la periodista Sra. Virginia Vidal se puede extraer el siguiente párrafo. Su importancia es haber hablado con la bisnieta del primer dueño de la momia. “—Imposible referirme al Hombre de Cobre sin pensar en mi bisabuelo William Mitchell Mathews, dueño de unas barras de la mina de Chuquicamata. Eran varias: la “Corina”, San Juan”... Una la arrendó a un francés, un tal Pidot. A poco de iniciar la explotación, un minero halló el cuerpo de otro, con sus herramientas de piedra y todo. En cuanto lo hubieron sacado, no tardaron en advertir que era como una estatua: un cuerpo humano, pero impregnado de cobre... El francés quiso apropiarse de ese cuerpo, pero mi abuelo Mathews alegó que le había arrendado el mineral, más no a los mineros. Muy ladino y cartesiano, Pidot protestó a su vez aduciendo que ese cuerpo estaba mineralizado y contenía una buena cantidad de cobre incorporada, entonces era mineral. El caso es que el francés no se sobrepuso a la codicia despertada por el minero momificado a punta de tiempo y cobre. Entretanto, el rumor del hallazgo en la mina “Restauradora” corría cual ruidoso riachuelo, a la par con la codicia. Qué digo. La noticia no corría, volaba, y todos querían apoderarse del hombre de cobre...
El relato de Vicenta me despertó una curiosidad incontenible y me fui a hablar con Héctor Lagos, con mineros de Chuquicamata , en fin, a rebuscar datos para saber cuál había sido el destino de ese hombre que ya llevaba mil quinientos años eternizado”.

APÉNDICE

LEYENDA Y REALIDAD DE OTROS CUERPOS PETRIFICADOS

La existencia real o imaginaria de cuerpos humanos transformados en material sólido es un tema recurrente en historias a lo largo del mundo. Generalmente se exhuma por uno u otro motivo el cuerpo de una persona y se descubre que se ha convertido en una masa sólida, pétrea en lugar de reducirse a polvo.
No hemos realizado una búsqueda exhaustiva ni mucho menos, sin embargo, al buscar las referencias para este trabajo nos topamos con varios sucesos de características similares.

Era el 16 de octubre de 1869. El lugar, una modesta granja en la pequeña villa de Cardiff, cerca de Siracusa, al norte del estado de Nueva York. Allí, su dueño, un tal William C. Newell, supervisaba a un grupo de obreros que, a su pedido, estaba excavando un gran pozo. Pero a poco de empezar, las palas comenzaron a chocar contra algo muy grande. Los excavadores se quedaron helados, pero Newell les ordenó que siguieran. Y así, palada a palada, fue asomando entre la tierra una enorme silueta. Parecía un hombre petrificado. Tres metros de alto, un metro de ancho de hombro a hombro, y unos piezotes de 53 centímetros. Era una flor de noticia. Y cuatro días más tarde, el impresionante “hallazgo” ocupó la primera plana del Syracuse Daily Journal. Inmediatamente, todos los vecinos del pueblo corrieron a ver a la maravilla recién desenterrada: nadie quería perderse al “Gigante de Cardiff”. Ni lento ni perezoso, Newell, al que llamaban “Stub”, tramitó una licencia para exhibir al coloso. Luego, armó una gran carpa a su alrededor, puso un cartel y empezó a cobrar una entrada de 25 centavos de dólar a cada uno de los ansiosos curiosos que llegaban al lugar.
Claro que este enorme compañero de piedra de la momia de Chuquicamata era un fraude de la cabeza a los pies. Sin embargo tuvo el honor de ser exhibido en la mismísima Exposición Panamericana de Buffalo en 1901 simultáneamente con el Hombre de Cobre.



Gigante de Cardiff Exhumado en 1869

The Eugene Daily Guard publicado en Oregón del 15 de Enero de 1917 afirmaba que el Coronel Marion Veatch había confirmado que durante el proceso de traslado de un cuerpo de un sitio a otro en el cementerio Odd Follows se había abierto una sepultura descubriéndose que el ataúd metálico había literalmente desaparecido en tanto que el cuerpo, en lugar de destruirse se había convertido en una masa tan pesada que hasta rompió la cuerda con que se lo intentaba alzar, requiriéndose el esfuerzo de cuatro hombres para la ingrata tarea. Se trataba de una mujer sepultada en 1900. De todos modos el profesor universitario Shinn declaró que dudaba de la historia aunque no descartaba la existencia de fenómenos extraños. Sostuvo además que la geología del lugar no aparentaba ser propicia para las petrificaciones por la carencia de silica en el terreno.
Desde luego que este no fue el único caso registrado. Desde el siglo XVIII tenemos referencias impresas:



Monthly Review (1760)

En estas antiguas publicaciones le proceso de “petrificación” responde sin dudas al concepto de fosilización, es decir el reemplazo de tejidos óseos por minerales. Este cambio estructural demora miles de años dependiendo de la composición del terreno.



Montly Review (1794)

Esta otra referencia de 1794 nos informa de un hallazgo de otro “Hombre de Cobre” en las minas de de Dalecardia, cerca de Estocolmo en Suecia. Según el artículo la cobertura de Cobre demoró apenas 50 años en formarse. Nada menos que el sabio Naturalista Lineo se ocupó del caso.



Minas de Cobre de Dalecardia , Suecia (ca 1822)

Como curiosidad podemos citar la aparición de un cuerpo cubierto de plomo hallado en Inglaterra (País con muchos yacimientos de ese metal) en 1748.



Gentleman Magazine (1811)

Podemos citar el caso de la joven petrificada de Ezel, Kentucky, la cual según la historia allá por 1880 o 1890 habría sido descubierta al realizarse excavaciones en un viejo cementerio de la mencionada localidad. El Ataúd era tan pesado que resultaba imposible poderlo levantar. Finalmente, con el esfuerzo de muchos lograron extraerlo de la tumba comprobando que el cuerpo de la jovencita de 17 años estaba convertido en piedra. Se afirma que el ejemplar fue exhibido en circos para ser sepultado finalmente en una tumba sin nombre en un sitio desconocido.
Otros cuerpos supuestamente petrificados fueron mostrados como verdaderas rarezas, sabemos incluso, que la Momia de Chuquicamata lo fue en Santiago de Chile y Valparaíso (1900-1901) así como en Estados Unidos en 1901. El “Forest City Man” fue expuesto en la World's Columbian Exposition en Chicago en 1893; el Hombre de Pine River (Una falsificación realizada con cemento, arena y grava) "descubierto" en 1876; El Hombre de Colorado (fraguado por P. T. Barnum al costo de dólares $2,000) y otros más incluyendo al Gigante de Cardiff ya mencionado. No menos llamativo es el caso del Gigante de Laguna, descubierto supuestamente en Bald Mountain, Santa Cruz, California en 1885. Sostenían que se trataba del cuerpo petrificado de un gigante indio de 3 metros de altura. Lamentablemente se trataba de otra de las tantas falsificaciones llevadas a cabo tallando un bloque de piedra. Finalmente podemos citar sin cansar al lector la mujer petrificada hallada en Montreal, Canadá y luego enviada a Boston para ser exhibida en una caja hermética en 1846 y el extraño caso sucedido en Julio de 1901 (mientras se exhibía el cuerpo del minero en el Pabellón Chileno de la Exposición Panamericana en Buffalo), G. W. Davis de Beaumont, Missouri quién tras fallecer del mal de Bright fue exhumado 5 meses después descubriéndose que su cuerpo se había convertido en un bloque de mármol. Varios propietarios de circos itinerantes y colectores de curiosidades intentaron comprar el cuerpo pero aunque las ofertas llegaron a 4000 dólares la familia se negó a venderlo. Lamentablemente, sospechaban que terminarían por robar el cuerpo y decidieron exhumarlo nuevamente descubriendo que había llegado demasiado tarde. El ataúd estaba vacío y violado. La historia tiene un final desconocido ya que jamás volvió a verse el cuerpo petrificado aunque los rumores de su exhibición en diferentes partes de los Estados Unidos nunca cesaron de escucharse.

CONCLUSIONES

A lo largo de este trabajo hemos recorrido con lujo de detalles la historia de este curioso hallazgo en Chile. Estamos convencidos que las autoridades chilenas realizaron muy poco esfuerzo en el período 1899-1901 para retener el valioso ejemplar. Por el contrario hemos demostrado que se hicieron gestiones para el ingreso de la momia a Estados Unidos , se la admitió fuera del plan original en una Exposición Panamericana que exigía puntillosas reglas y como si ello no bastara se aportaron fondos para el regreso a Chile de los socios Tornero y Torres quienes a consecuencia de querer enajenar la momia a precios excesivos la perdieron a manos de prestamistas.

La inexistencia de la más mínima mención de la momia en el reporte oficial de la exposición realizado por Laso indica a las claras que su ingreso y permanencia allí fueron manejados por fuera de los procedimientos legales.

Estamos convencidos que los errores históricos pueden repararse y de hecho en estos momentos el trabajo de réplica y los reclamos sistemáticos al Museo de Historia Natural de New York por la devolución de la momia abren un auspicioso panorama. Sabemos con certeza que hubo dos momias halladas en Chuquicamata , sin embargo aún resta develarse la historia de la segunda rescatada probablemente durante el desarrollo de la Primera Guerra Mundial.

El propósito de nuestro trabajo obviando un fin educativo fue elevar una voz de alerta sobre la pérdida del patrimonio cultural de nuestras culturas autóctonas. Los deseos irrefrenables de dinero y la compulsión por tener "colecciones particulares" conspiran contra el rescate de un saber y una cultura que marcaron el pasado primitivo y reciente de nuestra América.

REFERENCIAS

Boletín Minero (Sonami, Chile) Nº 1195, septiembre 2005. pgs. 6-12

Irarrazabal Sánchez, Elena. Los Secretos del Hombre del Cobre. El Mercurio (Santiago, Chile) Domingo, 7 agosto 2005. pgs. E-2, E-3.

Bellido, Erick. Hombre de Cobre: un caso de pérdida patrimonial. La Nación (Santiago, Chile) 20 agosto 2005.

Boletín Minero (Sonami) Sociedad Nacional de Minería Nº 1193, Julio 2005. pgs. 20-22

Vidal, Virginia. El Secuestro del Hombre del Cobre. 7 Agosto 2005.

Sarah Weston & Phil Reader: The Laguna Giant of 1885, Petrified Man Nearly 10 Feet Tall Purportedly Found at Bald Mountain, The Valley Post Marzo 13, 2007.

Cruz, Joan Carroll. 1977. The Incorruptibles. Rockford, Ill.: Tan Books and Publishers.

Nickell, Joe: The case of the petrified girl. (investigation of a legend) , Skeptical Inquirer January 1, 1999.

Whalen, Dwight: "Petrified Women," Fate, July 1981.

Petrified Body Found at Cemetery, The Eugene Daily-Guarda, Eugene, Oregon, Enero 15, 1917.

The Monthly Review or Literary Journal by Several Hands. Vol. XXIII. R. Griffiths London, 1760 , pg. 156.

The Monthly Review or Literary Journal. Enlarged. Printed for R. Griffiths, Vol XIV,
1794, pg.261.

Bucke, Charles. On the Beauties, Harmonies and Sublimities of Nature: with Remarks on the Laws, Customs, Manners of Various Nations. Vol. III, Thomas Tegg and Son. London, 1837,pgs. 273-274.

The Buffalo Medical Journal, Austin Flint, M. D. Vol. I. Jewett Thomas & Co. Printers, Buffalo, 1846 , pg. 192.

Human Bones Found Filled With Lead : A Selection of Curious Articles Gentleman Magazine Vol. I , London ,1811, pgs.138-140.

Expresamos nuestros más profundos agradecimientos a la señora Patricia Araya de la Sala del Cobre del Museo Nacional de Historia Natural, a las bibliotecarias de la Biblioteca Nacional y Museo Precolombino, al señor Pedro Galdames, Jefe de Relaciones Públicas de Codelco por autorizarnos a reproducir las imágenes del Boletín Minero de la Sonami y diapositivas que se encontraban en el CD facilitado por el señor Harold Krusell de las imágenes captadas por él a la Momia del Hombre del Cobre en el Museo Nacional de Historia Natural de Nueva York. A mi amigo Aquiles Castillo por colaborar con una información de prensa.
Y una especial gratitud a don Harold Krusell por su gentileza y dedicación desinteresada al facilitarnos material inédito en fotografías y documentos de la Historia del Hombre del Cobre.

Liliana Núñez Orellana y Fabio Picasso ® 2007

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