La letra en el cuerpo: Algunas reflexiones sobre Frida Kahlo


La letra en el cuerpo: Algunas reflexiones sobre Frida Kahlo

Frida Kahlo, su vida, su obra, su sufrimiento han sido motivo de diversas reflexiones.
El desarrollo que se hará en este trabajo tiene como eje los siguientes puntos:
-La identificación en sus distintos registros: simbólico e imaginario.
-La insistencia de un rasgo literal. Rasgo Unario.
-El recorte que dicho rasgo realiza de una parte del cuerpo.

10-11-2006 - Por Elizabeth Barral


“Mi cuerpo es un marasmo. Y ya no puedo escapar de él... Como el animal siente su muerte, yo siento la mía instalarse en mi vida, y tan fuerte que me quita toda posibilidad de luchar... Mi cuerpo va a dejarme, a mí, que he sido siempre su presa. Presa rebelde pero presa.”*1

Pregunto: ¿Por qué su cuerpo fue su cárcel?

Carlos Fuentes en la Introducción al diario íntimo de Frida propone una metáfora en la que el cuerpo de Frida simboliza las hondas divisiones de México: este cuerpo, nos dice, es el escenario de una lucha, de la rebelión y el sometimiento.2

Frida Kahlo, su vida, su obra, su sufrimiento han sido motivo de diversas reflexiones.

El desarrollo que voy a hacer a continuación tiene como eje los siguientes puntos:

-La identificación en sus distintos registros: simbólico e imaginario.

-La insistencia de un rasgo literal. Rasgo Unario.

-El recorte que dicho rasgo realiza de una parte del cuerpo.

La identificación, sus registros

La identificación imaginaria en el espejo, constitutiva del yo ideal, es la identificación al falo imaginario sostenido por el deseo del Otro. La identificación simbólica es al rasgo, con su derivado: el Ideal del yo. La identificación simbólica al rasgo, es la constitución del rasgo unario, es del orden simbólico en su estado puro.

Como tal lo plantea Lacan en el Seminario: La identificación, allí orden simbólico puro es letra, es la abstracción de la esencia del significante: el rasgo unario como pura diferencia.

El Ideal del yo, si bien es del registro simbólico y porta el rasgo, por ser ideal implica el recubrimiento imaginario de ese rasgo. En el Ideal ese rasgo, de ser aquello que porta la diferencia y la castración, pasa a estar velado y se pone a los fines del sostenimiento narcisista. El rasgo unario es el fundamento, núcleo del Ideal del yo. El rasgo es del campo del sujeto, cuando este rasgo aparece en el campo del Otro constituye el Ideal. El Ideal, entonces, es el rasgo en el campo del Otro. Es desde allí donde el sujeto se sentirá amado.

Esto implica que en el sujeto haya una división. Esta se verifica entre sostener en el Otro un Ideal y por lo tanto sostenerse narcisísticamente en relación a él; o el deseo de hacer caer ese Ideal para introducir una diferencia, la propia. Esta última identifica justamente por ser diferencia y no por ser “algo” con sentido. Aquello que vehiculiza esa diferencia es el significante en su estado puro, sin sentido, es decir letra.





Algunos datos sobre Frida

Sobre su nombre: su padre, de origen alemán, marca con su deseo a esta niña. Quiere que se llame Frieda. “Friede” en alemán es la paz, en castellano Frida. Su padre se sentía más unido a Frida que a cualquiera de sus hijas

La conformación de un síntoma: Primer episodio traumático

“Fue una tarde llena de horror. Mi padre me había llevado a caminar por el bosque. Como tantas otras veces caminábamos despreocupados, él me señalaba algunos rincones, algunas personas, situaciones insólitas, colores. Pocas cosas se le escapaban. Yo aprendí mucho de su modo de observar.

De pronto cayó desde toda su gran estatura, con el cuerpo convulsionado. No era la primera vez que yo veía un ataque de epilepsia, y ya estaba acostumbrada. Después había que ayudarlo con cuidado a levantarse, sostenerlo, porque siempre parecía salir totalmente agotado, maltrecho. Pálido como un resucitado. Si, creo que eso era: debía sentirse como un resucitado.

Un momento después, durante ese mismo paseo, por mi mala suerte metí el pie entre las grandes raíces de un árbol, me caí y me hice mucho daño.

A la mañana siguiente, cuando quise levantarme tuve la impresión que mil flechas me atravesaban el muslo y la pierna derecha.”* (el subrayado es mío).

El diagnóstico fue: poliomielitis. Luego de esto le quedo un pie ligeramente atrofiado y una pierna más corta que la otra. Esto motivó que la llamaran Frida la coja, Frida pata-de-palo. Esto sucedió cuando Frida tenía 6 años.

Juego con el espejo

Este juego infantil es relatado por Frida en su diario íntimo y con él explica el origen de su cuadro Las dos Fridas.

Frida gustaba de los ratos de soledad. Así se había inventado una amiga, para llegar a ella tenía que recorrer un largo camino, un largo sueño palpitante.

Primero, igual que Alicia, tenía que pasar “al otro lado del espejo”. Le bastaba echar su aliento sobre uno de los cristales de la ventana y luego dibujar una puertecita de salida. Era por donde Frida – o su espíritu- se escapaba.

Tenía alas en los pies cuando corría hasta llegar a una tienda de nombre “Pinzón”. Con sus manos apartaba un poco la “o” de Pinzón y se deslizaba al interior de lo que era la boca de un largo pozo que la llevaba hasta el centro de la tierra. En el fondo, en la oscuridad, donde caía como en cámara lenta, estaba la morada de su amiga, que la esperaba. Todos los días Frida le contaba su vida y sus tormentos. Su amiga la escuchaba, después las dos bailaban hasta sentir mareo en ese lugar fuera del tiempo. La amiga era inmaterial y se evaporaba en cuanto Frida, fuerte en su posesión de un secreto inmenso, conocido sólo por ella, decidía volver a la superficie. Volvía a pasar por la “o” de Pinzón y a atravesar la puerta dibujada en el cristal.* (el subrayado es mío)

El síntoma

Hay una escena traumática: la caída del padre. Esta caída es anterior a la caída de la propia Frida, quien “mete” el pie entre las raíces de un árbol y cae. Después de esto se manifiesta un síntoma orgánico en la pierna derecha. El síntoma es una poliomielitis en esa pierna.

Si bien el síntoma es orgánico, puede “facilitar” al modo de la facilitación somática en el síntoma histérico, la inscripción de un significante. En este caso el significante es “pierna”. Lacan describe esta facilitación corporal con una frase: “el cuerpo se deja llevar a escribir”.

La caída del padre de Frida y su propia caída se inscriben en el significante “pierna” que contiene letras de Frieda, su nombre propio. El cuerpo deja escribir algo del orden del rasgo. El rasgo recorta una parte del cuerpo: “pie” y “pierna”. Pierna contiene letras del nombre Frieda, y a su vez se constituye en zona erógena. Pierna es elevada a la función de parte por estar recortada como diferente del resto del cuerpo. Al mismo tiempo porta una marca y es “blanco” de miradas, de críticas en la infancia de Frida. Pierna funciona como un rasgo de dominancia y un centro de atracción.

La cuestión es: ¿Por qué en la economía subjetiva una parte del cuerpo se torna representativa del sujeto? Esa parte representa al sujeto como algo separado del “sí mismo” alienado al Otro. Si dividimos el campo del sujeto del campo del Otro, tenemos en este último campo la constitución de la representación corporal.

El espejo, lugar de constitución del cuerpo como representación pertenece al campo del Otro. Por lo tanto, del sí mismo alienado al Otro una parte del cuerpo se recorta, y representa al sujeto como separado tanto de sí mismo como del Otro.

Ese recorte que el inconsciente hace de una parte del cuerpo, esa parte que se sustrae al cuerpo imaginario representa al sujeto como lo no alienable al Otro. Entonces habría allí una clave para la liberación del sujeto, ya que no-todo él queda atrapado en las redes especulares del Otro.

El cuerpo se constituye como representación para el sujeto por vía de la identificación imaginaria. Esa apropiación que permite decir “tengo un cuerpo” está sostenida por el registro simbólico, discurso del Otro, pero el objeto de identificación es imaginario, ya sea a una imagen o al sentido que promueve el dicho del Otro. Este sería el aspecto del cuerpo alienado al Otro o sostenido por el discurso del Otro.

En cambio, la letra (del sujeto) en el cuerpo, es lo que agujerea ese cuerpo alienado al Otro. Si una parte del cuerpo se vuelve apta para representar al sujeto, cumple por esto una función de nominación. Lacan dice que la nominación es con la única cosa que estamos seguros, hace agujero.

Los pies pueden, entonces, escribir el nombre del sujeto en el mismo sentido que lo hace el síntoma. El rasgo en el cuerpo puede estar vinculado al nombre del sujeto, o bien funciona como nombre porque representa al sujeto más allá del Otro.

Las alas en los pies: la fantasía infantil de la amiga imaginaria manifiesta que pasar del otro lado del espejo, es buscar una puerta de salida de ese espejo por donde Frida se escapa. Esa puerta es casualmente “el agujero” de una letra. El espejo es la cárcel del cuerpo del que Frida no puede salir. La puerta, el agujero en ese espejo, es una salida.

¿Qué se escapa de allí? Sus pies con alas. Deseo de desprender una parte de su cuerpo que la representa como sujeto más allá de la imagen en el espejo. Es justamente por el atravesamiento de una letra que ella “sale” de esa cárcel. Ese agujero lo encuentra en el nombre de la tienda Pinzón.

El lugar central del pie como parte recortada del cuerpo se puede observar en muchos de los dibujos del diario íntimo de Frida y particularmente en el cuadro Lo que el agua me dio, donde aparecen en primer plano. Este cuadro fue considerado el más surrealista de su obra.

La repetición del rasgo: La identificación a su nombre

Mi hipótesis es que Frieda contiene las letras de su rasgo. Las razones por las cuales Frida como sujeto puede tomar este nombre como lugar de su verdadera identificación, pueden estar ligadas a:

-La marca del deseo del padre.

-El origen alemán. Los nombres extranjeros son más aptos para representar al sujeto por afianzar aún más su carácter de letra.

Cuando Frida tiene alrededor de 14, 15 años le agrega la letra “e” a su nombre con lo que remarca el origen alemán del mismo y lo hace para firmar escritos en su adolescencia. Es decir, con su letra pone una marca propia. Hasta los años 30 escribía la variante alemana de su nombre. En 1929 se casa con Diego y en 1930 se van a vivir a los EEUU. Allí comienza con un síntoma –úlceras- en su pie derecho.

La repetición del rasgo se verifica en su síntoma, en la elección amorosa y de alguna manera en su producción artística. El rasgo literal que aislé en primera instancia fue “iera”, que se repite en Frieda, Rivera, Pierna.

Pie -el síntoma- cifra “ie” y remarca esa parte del nombre de la que ella se apropia. Este rasgo está en el síntoma -nombre del sujeto-: pie, que a su vez se repite en Diego, Pincel, y se desplaza en Pinzón.

El origen de la pintura en Frida

Cuando Frida tenía 17 años sufrió un accidente. A consecuencia de ello debió permanecer en cama varios meses.

En ese tiempo su madre decide transformar el espacio que ella habita y se le ocurre colgar un espejo sujeto al cielo de la cama.

Allí bajo el espejo omnipresente se le hizo imperioso el deseo de pincelar. Ante el imperativo deseo del Otro, el imperioso deseo de poner su marca. El pincel es lo que le permite escribir su nombre en la pintura.

La elección amorosa


La elección de Diego Rivera, ese lazo tan dependiente y tortuoso con él, parece también estar marcado por el rasgo literal. Diego, al portar letras del sujeto se hace objeto de una transferencia muy difícil de disolver. Esto permite suponer que de algún modo “sabe” sobre esa verdad inconsciente del sujeto. Si Diego es portador de su rasgo unario se transforma para ella por transferencia en un significante Amo.




La salida del espejo


Pie –síntoma -, pincel y Pinzón son significantes de esa salida.

Tal vez la imposibilidad de desprender el aspecto simbólico de la identificación, de su aspecto imaginario, sea un modo de entender el sufrimiento que este cuerpo le producía. De hecho culmina en una “amputación real” de la pierna, cuando su recorte “simbólico” es lo que la representa como sujeto más allá del Otro.

Frieda, esa identificación a su nombre es también identificación a Frida, su imagen que se ha vuelto su cárcel.

Notas

* Este texto fue extraído de un libro sobre Frida Kahlo de Rauda Jamis

Se trata de una biografía novelada. Si bien la misma está basada en hechos reales, al ser un relato lo que allí se lee es responsabilidad de la autora del libro. Por lo tanto queda de alguna manera sujeto a la interpretación que la misma hace de los hechos históricos de la vida de Frida. Yo me basé en este relato y lo que aquí escribo son reflexiones que me despertó el texto dándole valor de verdad al texto mismo.

De todos modos cabe aclarar que ciertos hechos relevantes subrayados aquí los encontré confirmados en otras biografías y en el diario íntimo de Frida.



1 Jamis, Rauda, Frida Kahlo. Autorretrato de un mujer. México. Edivisión Compañía Editorial.

2 El diario de Frida Kahlo. Un íntimo autorretrato. Grupo Editorial Norma

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