Carta XVI: La Torre

Carta XVI: La Torre

Ensayos de Andrea Vitali para la iconografía del Tarot



Durante el Renacimiento, la carta de La Torre fue llamada con diversos nombres: en los Sermones de Ludo aparece como "Sagitta" ("rayo"); otros autores, incluidos Garzoni, Piscina, Pomeran y Teofilo Folengo la llaman "Il fuoco" ("el fuego"). Pero también fue llamada "La casa del diavolo" (La casa del diablo) en Ferrara y "La casa di Plutone" (la casa de Plutón) o simplemente "La casa" por Pietro L'Aretino. También se la llamó "La casa del dannato" (La casa del condenado), "Inferno" (Infierno) y "Cieli" (Cielos). Estos términos no son contradictorios; en verdad, representan una alegoría, la de la destrucción de una casa por un rayo o un fuego que, de acuerdo con las nociones cosmológicas de la época, se creía proveniente de la Sphera Ignis, la esfera o círculo de fuego ubicada sobre la Tierra. Más aún, a medida de que uno se elevaba hacia los cielos superiores se hallaba el círculo de la Luna, luego el de las Estrellas y finalmente aquél del Sol, cuerpos celestiales que encontramos en los tarots después de la carta de La torre (fig. 1 "El séptimo día de la Creación", grabado atribuido a A. Durero, en "Liber Chronicarum", por Hartmann Schedel, Nurenmberg 1493). La destrucción podía ser obra de Dios, pero también del demonio, si Dios lo permitía. En los tarots de Carlos VI, una torre parece desmoronarse bajo la acción de un rayo proveniente de lo alto, mientras lenguas de fuego rompen a trozos sus paredes. En la Biblia la ira de Dios contra los necios que no creen en El, y contra los pecadores, se manifiesta como "fuego y relámpagos". Muchos pasajes de la Biblia se refieren a esto: "Tú heriste la cabeza de la casa del perverso" (Habakkuk 3:13); "mas enviaré un fuego a la casa de Hazael, y devoraré los palacios de Ben-hadad" (Amos 1:4); "Y Jehovah será visto sobre ellos, y su flecha surgirá como el relámpago" (Zacarias 9:14); "El sol y la luna se detuvieron, A la luz de tus rayos tal como procedían Al brillo de tu lanza reluciente" (Habakkuk 3:11); "Y vertiré mi indignación sobre ti; soplaré sobre ti con el fuego de mi cólera; y te entregaré a las manos de hombres brutales, hábiles en la destrucción" (Ezekiel 21:3).
Una observación cuidadosa de la figura de la Torre en la Folio Cary, junto con la imagen de "Foudre" (relámpago) en el tarot Vieuville me brindaron la oportunidad de entender el significado original de esta carta. En la Hoja Cary, al pie de la lámina, vemos la cabeza de una vaca al pie de una torre (fig. 2): en el tarot Vieuville, la torre ha sido reemplazada por un árbol con un pastor y su rebaño (fig. 3), mientras caen bolas desde el cielo como en en el folio Cary; estas representan el fuego y las piedras de la destrucción estilizados, como se puede ver en la obra de Lucas van Leyden, "Lot y sus hijas" (fig. 4). La explicación es obvia: ésta es la destrucción de la casa de Job a manos del diablo, que tenía permiso de Dios para poner a prueba la fe de Job en su Señor, destruyendo su casa y sus animales. En efecto, la Biblia dice: "El fuego de Dios cayó del cielo, y quemó las ovejas y los siervos, y los consumió" (Job 1:16); "Tus hijos y tus hijas comían y bebían vino en la casa de su hermano mayor; y, observa, vino un gran viento desde el desierto, y cayó con fuerza en los cuatro rincones de la casa, y cayó sobre los jóvenes, y están muertos" (Job 1:18). Este verso de la Biblia fue pintado por Bartolo di Fredi en 1367 en la Collegiata de San Gimignano (fig. 5). El fresco nos muestra una casa con almenas, y el rayo que cae y mata a quienes viven dentro. Uno de estos se muestra huyendo hacia el exterior, de acuerdo con una iconografía que puede hallarse en el "minchiate" florentino (fig. 6). Sobre la casa hay un diablo, tocando una trompeta. A la derecha de la casa aparecen las palabras del verso 1:17 de Job "Los caldeos formaron tres bandos, y cayeron sobre los camellos, y los llevaron, ay, y mataron a los siervos con el filo de la espada" Bajo el fresco aparece la siguiente descripción: "Come el demonio nabissò casamenti ne quali erano phigliuoli et phigliuole et li beni di Giobbe" (Cómo aplastó el demonio las casas donde estaban los hijos, las hijas y los bienes de Job). En este versículo de la Biblia el mal es inspirado por Satán. El sentimiento de dolor que emerge de esta prueba es sagrado, puesto que su existencia es necesaria para demostrar la fidelidad del hombre con Dios: en todas estas cosas Job nunca pecó ni acusó a Dios de insensatez. "Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo regresaré; Jehovah dio y Jehovah quitó; bendito sea el nombre de Jehovah" (Job 1: 21-22). Dios permitió la prueba sugerida por Satán, seguro de que Job lo pasaría. La historia bíblica intenta enseñarnos que Dios puede dejar que cualquier hombre sea golpeado y oprimido. Con las palabras del "Pater Noster" "no nos dejes caer en la tentación", pedimos a Dios no tener que pasar por tentaciones, que pueden ser de dos clases: aquellas que nos empujan a cometer el mal porque aparecen como algo agradable, y aquellas que puede empujarnos a dudar de Dios porque causan dolor. Aún en la tragedia y la tentación, el hombre tiene la oportunidad de escoger. Los términos atribuidos a esta carta, esto es "La casa de diablo" y más tarde "La casa de Dios", pueden entenderse a la luz de lo de arriba. La casa de aquellos que preservan la fe será protegida por Dios, la casa de aquellos que niegan al Creador caerá en manos del demonio, como se dice en los Proverbios: "La casa del malvado será destruida; pero la tienda del justo florecerá".
En la tradición popular italiana, los dos términos tienen el mismo significado. Vivir "a casa di Dio" o "a casa del Diavolo" - en la casa de Dios o en la csa del diablo- significa exactamente lo mismo; vivir en un lugar alejado, difícil de llegar, en el fin del mundo (Grande Dizionario della Lingua Italiana UTET 1962, ver bajo Diavolo y Casa). La carta de la Torre en el tarot de París dibujada por una mano anónima en el siglo XVII, llamada "La fouldre", muestra un demonio tocando un tambor, y otros demonios de manera más confusa (fig. 7). Esta figura se basa en una variante del significado de "Casa del Diablo" como "lugar ruidoso, estrépito, pandemonium, confusión". Carducci, en su autobiografía, dice "en la medida en que recuerdo, diría que simplemente hicieron una casa del diablo. De hecho, en mi tiempo, nunca jugué o canté o dancé salvo como broma" (Dizionario UTET p. 337)
La imagen de La Torre en el tarot de Catelin Geofroy, datado en 1557, nos muestra la misma alegoría. Al frente vemos una mujer que toca un violín, mientras que en el fondo el diablo se lleva otra mujer que llora desesperadamente, indicando que en la casa donde reina la confusión -es decir, el pecado- el diablo puede llevarse las almas de los que allí habitan. En el folio Rosenwald del siglo XVI un edificio es sacudido por la punta de un rayo, mientras que es golpeado por lenguas de fuego que provienen del Sol. He encontrado la misma figura en el "Triompho di Fortuna" de 1527, un libro de fortuna compuesto por Sigismondo Fanti de Ferrara. En este libro, se le da el mismo significado a "casa del Diablo" y a "casa de Dios", que se explican con dos interpretaciones contrarias respecto a la pregunta sobre cómo saber "in che luogo daranno quest'anno i fulgori: dimostra I'Auttore in questo luogo, che Dio acciochè gli huomini si r'avvedano de loro errori, lassa alcuna volta incorrere, che i folgori diano in alchuni luoghi. Onde il Fanti minaccia molto ogni generatione di persone, ma sopratutti coloro che tengon poco conto del colto divino" (c. verso XIII) (dónde caerá el rayo este año; en este lugar, el autor muestra que Dios, a fin de que los hombres se arrepientan de sus errores, a veces permite que el rayo caiga en ciertos sitios. Por ello Fanti amenaza grandemente a cada generación de gentes, pero especialmente a aquellos que toman poco en cuenta el culto divino"). En primer lugar debemos advertir que el primer término que define la Torre es "La Sagitta" (El rayo), que hallamos nuevamente en los "Sermones de ludo cum aliis". La sagitta, rayo o trueno, con su "fuego", golpea a una de estas figuras en el "Trionfo di Fortuna", monasterios de mujeres, porque el gran desorden en ellos provoca la ira de los "cielos"; otra definición antigua para la Torre (fig. 8). En otra imagen, el rayo cae sobre las camas de los grandes señores, castigándolos por su tiranía. Las casas de los condenados son las moradas donde reina el diablo. En una tercera figura hallamos una variante positiva de la misma imagen: esta vez el rayo no destruye, sino que deja un Piedra Sagrada en la morada -el borde del rayo que, según la creencia popular, a causa de su origen celestial, aparece como un don divino. El cuarteto que ilustra esta figura tiene los siguientes versos: "Non ti curar gia per te far redire / In casa liè caduta Pietra Santa / Che di tal Sacrilegio niun si vanta / Puoterlo in gaudio gran tempo fruire" ("no te preocupes si la gente sabe que la piedra santa ha caído en tu casa, aunque nadie presuma usualmente de tal manifestación divina, a fin de disfrutarla lo más posible") (fig. 8). La idea de que el relámpago pueda ser de dos tipos, uno destructivo, el otro benéfico, ya se encuentra en Pliinio, que divide las piedras de los relámpagos en negras y rojas en su "Naturalis Historiae" (XXXVII, 134). Las negras, redondas, eran sagradas y se llamaban Bethel, y podían usarse para conquistar pueblos y flotas enemigas, mientras que las rojas eran llamadas simples piedras del relámpago. En la tradición popular, cualquier piedra que proviniera de los cielos se llamaba un Bethel -el término viene del hebreo Beth-el = Casa de Dios. A la luz de lo de arriba, uno debiera considerar el texto astrológico del s. XVI "La plaisant jeu du dode chedron de fortune" de Jean de Meun, donde la novena casa astrológica, llamada "Casa de Dios" incluye aspectos de varios tipos, algunos en oposición a otros, incluyendo "los castigos divinos que con frecuencia ocasionan sufrimientos".
En la Maison Dieu del tarot de Marsella, como en la Torre del Folio Rothschild, dos figuras humanas son arrojadas al vacío por la fuerza destructiva del rayo que golpea lo alto del edificio, de acuerdo con una iconografía que puede hallarse también en un grabado del s. XV de "Aeneidos" de Virgilio (Eneidas) (Fig. 9)

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