SIDI IBRAHIM - TITUS BURCKHARDT






SIDI IBRAHIM - TITUS BURCKHARDT

Por Yahia Felices



Titus Burckhardt (1908-1984) , un suizo alemán converso al Islam con el nombre de Ibrahim I´zz al-Dan, perteneció a la escuela tradicionalista o perennialista del Siglo XX, dedicando su vida al estudio de la sabiduría y la tradición. Una voz mayor de la “philosophia perennis”, estaba profundamente versado en los ámbitos del existencialismo, el psicoanálisis y la sociología, y un exponente de la verdad universal en metafísica, cosmología y arte tradicional. Escribía en alemán y francés, con una profunda simplicidad de expresión. Titus Burckhardt nació en 1908 en una familia acomodada de Basilea (aunque su lugar de nacimiento fue Florencia). Su padre fue Carl Burckhardt, un escultor. Su tío abuelo fue el historiador de arte Jacob Burckhardt. Frithjof Schuon creció en Basilea en ese mismo tiempo, y Titus y Frithjof pasaron juntos sus primeros años escolares, cercanamente alineados en intelecto y espíritu. Burckhardt asistió a varias escuelas de arte en Suiza e Italia. Más tarde fue a Marruecos a “para buscar lo que Occidente había perdido”. En sus años allí, aprendió árabe, y estudió a los clásicos sufíes en su lengua original. (Posteriormente, tradujo a Ibn ‘Arabi, Jili, y al Shej Mulay al- ‘Arabi al-Darqawi). Burckhardt desarrolló un profundo y vasto conocimiento del arte y la civilización islámica.



Titus Burckhardt (Ibrahîm 'Izz al-Dân), el tercero por la izquierda junto a Frithot Shuon

y otros miembros de la Tarika alawiyya



Fue director artístico de la Urs Graf Publishing House de Lausanne y Olten. Aquí realizó manuscritos excepcionalmente brillantes y dirigió una serie de volúmenes titulados “Estados del Espíritu”. Su libro, “Fez, Ciudad del Islam”, fue parte de esta serie. En 1972, a Burckhardt se le encargó por parte de la UNESCO realizar un inventario de la herencia arquitectónica de Fez, que había sido colocada en la lista del Patrimonio Universal de la UNESCO.



Para conservar la ciudad vieja, recomendó un plan maestro para salvaguardar y rehabilitar Fez. En los tres años siguientes fue el consejero cultural de un equipo multinacional e interdisciplinario de diseñadores urbanísticos, arquitectos, restauradores y otros especialistas para implantar un plan maestro para la ciudad de Fez.



Burckhardt participó activamente en los dos Festivales del Mundo Islámico que se celebró en Londres en los 70, y dirigió las exhibiciones de Arte Islámico en la Galería Hayward en 1976. Sus esfuerzos monumentales y su gran número de publicaciones fueron un importante instrumento para el establecimiento de programas de graduación en arte islámico y arquitectura además de diversos campos académicos en universidades de todo el mundo, amén de contribuir al establecimiento de grandes galerías de arte islámico en muchos museos de todo el mundo.

Murió en Lausanne en 1984.



En todos sus escritos, Titus Burckhardt tocó íntimamente la ciencia y el arte, la piedad y la tradición, la belleza y la verdad. Su búsqueda de la Belleza fue una definición de la ciencia de la belleza, una búsqueda de la Verdad.





Muchos de sus escritos de Burckhardt versan sobre la cosmología tradicional, a la que llamó “la fabricante de la metafísica”. En “Alchemy, Science of the Cosmos, Science of the Soul” (1960), él presentó la alquimia como la expresión de una psicología espiritual y como un apoyo intelectual y simbólico para la contemplación y la toma de conciencia. Unió la ciencia y el arte en una relación integral y mostró la importancia “de la ciencia de las propiedades de las cosas” (‘ilm khawass al-ashya’) en la comprensión de como el arte tradicional transforma los objetos naturales y materiales.



Por ejemplo, escribió “En el orden espiritual, la alquimia no es nada más que el arte de transmutar la consciencia corporal en espíritu ‘el cuerpo se debe hacer espíritu’, dicen los alquimistas, ‘para que el espíritu se pueda convertir en cuerpo’. Por analogía se puede decir de la arquitectura islámica que transforma la piedra en luz, la cual, a su vez, se transforma en cristales”. (Art of Islam, p.211)



¿Qué son el arte y la arquitectura islámica? ¿Por qué el arte islámico es de hecho islámico? Titus Burckhardt respondió estas preguntas como nunca nadie lo había hecho antes. Conferenció y escribió profundamente sobre este tema. Para él las reglas primarias del arte son que:



1) La forma de un objeto, su forma general además de su decoración, debe corresponderse con su propósito y

2) El efecto estético de una obra debería ser obtenido con un mínimo de elementos.



Burckhardt escribió sobre la metafísica del arte, y vio la “forma” del arte como una elevación que parte de la revelación que marca a una civilización, y el “núcleo” del arte, como las técnicas materiales y métodos que emplea la civilización y demostró que la “forma” del arte Islámico fluye de la revelación Coránica y que el origen y los principios del arte Islámico surgen de las dimensiones más profundas del Noble Coran. Su íntima familiaridad con el Coran y su vasto conocimiento de la significación del arte icónico le posibilitó explicar porque el arte Islámico no podía ser icónico, y porque podía ser sin embargo la representación de la presencia Divina sin ser icónico.



En su ensayo “Degrees of Symbolism in Islamic Art” Burckhardt dijo: “Todo el mundo es el símbolo de Dios -hasta el punto de que proclama no ser más que eso... Hay aquí una ciencia completa cuyo objeto es la reintegración de la multiplicidad en su unidad, lo que implica, entre otras cosas, una unión del tiempo y el espacio que se releja en formas tales como las “muqarnas” (conocidas en arquitectura como estalactitas) que hablando con propiedad son una articulación rítmica del espacio. Entre los símbolos de la unidad -y es siempre una cuestión de unidad ontológica en el cosmos y no de unidad trascendente como tal- la más profunda y clara es la de la luz, la cual el artista musulmán sabe capturar, filtrar y cristalizar de un millar de maneras diferentes.



“El arte ornamental de la Alhambra es una ciencia y para apreciarlo completamente es necesario conocer los principios subyacentes. Uno de sus elementos es el arabesco, que se desarrolla en una casi ilimitada variedad de formas. No es simplemente un sustituto de arte figurativo, que está prohibido por la Ley islámica, teniendo en cuenta que esta ley es interpretada de diversas maneras, el arabesco con su repetición rítmica sirve para un propósito artístico bastante diferente al del arte pictórico. No busca capturar la vista para llevarla a un mundo imaginado, sino que al contrario, la libera de todas las preocupaciones de la mente, parecido al modo en que lo hace la observación del agua que fluye, de los campos que se mecen al viento, el caer de la nieve o las llamas. No transmite ideas específicas, sino un estado del ser, que es a la vez reposo y ritmo interior... el más puro símil de la manifestación de la realidad divina (al-hakika), que es el centro de cada criatura y en cada cosmos sin que nada pueda proclamar su existencia en su sola reflexión, creando un interminable reflejo de astros. La “unidad del ser” (wahdat al-wudjud), sin embargo se expresa de dos maneras en esta “telaraña de Dios” -surgiendo de un solo lado, y radiando de muchos centros idénticos” (Moorish Culture in Spain, p. 206)



Burckhardt reveló la significación espiritual del Arte Islámico. Advocó que el más alto significado de todo el arte Islámico es siempre la Unidad, y mostró como revela y conduce a la Unidad principal, así como refleja el misterio de la manifestación del “Unico” en muchos, y la multiplicidad en esa Unidad. Titus Burckhardt ha sido descrito por Syed Hossein Nasr como un noble erudito que “vio que el auténtico objetivo del arte tradicional es ayudarnos a ser nosotros mismos, para volver a nuestra “fitrah” o naturaleza primordial que es la obra de arte suprema creados por el Supremo Artesano, el “Sani” sin la realización de cuya Realidad no habría “sina ‘ah” de arte que mereciese tal nombre” (“La visión de Titus Ibrahim Burckhardt”).





BIBLIOGRAFIA:

Trabajos realizados por Titus Burckhardt

An Introduction to Sufi Doctrine

Sacred Art in East and West

(1941), Land am Rand der Zeit (Land on the Edge of Time)

(1960), Alchemy, Walter-Verlag Ag. Olten; trans. William Stoddart (1977), Science of the Cosmos, Science of the Soul, Fons Vitae.

(1960), Fes, Stadt des Islam (Fez, City of Islam)

(1967), Sacred Art East and West, trans. Lord Northbourne, Perennial Books, Bedfont, Middlesex.

(1970), Die maurische Kultur in Spanien, Callwey, Munich. English edition, Moorish Culture in Spain, trans. Alisa Jaffa, Allen and Unwin, London in 1972, McGraw-Hill, New York in 1972, reprinted by Suhail Acadmy, Lahore in 1977, republished by Fons Vitae, Louisville, KY in 1997.

(1972), Marokko

(1976), Art of Islam: Language and Meaning, trans. J. Peter Hobson, World Islam Festival Trust, London.

(1977), Mystical Astrology According to Ibn Arabi, trans. Bulent Rauf, Beshara, Sherbourne, UK.

(1987), Mirror of the Intellect, trans. William Stoddart, State University of New York Press, Albany, N.Y.



Ver también:

Michon, Jean-Louis (1999), “Titus Burckhardt and the Sense of Beauty: Why and How He Loved and Served Morocco” in Sophia, vol.5, no. 2, pp. 113-140.



Nasr, Seyyed Hossein (1999), “The Vision of Titus Ibrahim Burckhardt” in Sophia, vol.5, no. 2, p. 141-154..

Fuente: Islam y Al-Andalus

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