LA COMPASIÓN

LA COMPASIÓN


02/11/2007

Por Carlos Fiel


Todos tenemos la capacidad de despertar, de amar y de saber que comprendemos.

Cuando comprendemos amamos y entonces podemos aliviar el sufrimiento de otras personas.



Para practicar la comprensión tenemos que poder mirar a todos los seres con ojos compasivos.

Es inevitable que ame y no por eso no pueda sentir enfado y luego comprender.



Hace dos mil quinientos años alguien abandonó todo

para dedicarse por entero a la meditación, la respiración y la sonrisa.



Practicó sentado y caminando durante cinco años con cinco amigos y... haciendo errores.

Necesitamos poder sentarnos en calma, meditar y sonreir.







LA COMPASIÓN. CUANDO UNO COMPRENDE, AMA.



EI Orden empieza en tí; si quieres ordenar, ordénate primero tú. Cuando ordenas hay Luz; lo otro es producto de tu deseo personal. Si deseas ayudar a otros, ayúdate primero tú porque los otros te traerán tu reflejo interno.

La necesidad del Ser, no es la necesidad del cuerpo o del ego. Su necesidad es de Orden, Luz y Amor. El cuerpo y el ego buscan satisfacer sus deseos.

Cuando quieras hacer algo por los demás, entrega tu energía al Ser. El sabrá cómo hacerlo, porque de lo contrario estarás forzando al otro a que acepte tu energía egóica en su vida.

La violación a la Ley Divina no es sólo cuando se mata, se roba o se falta a las leyes de los hombres. También surge cuando alguien se impone con el pretexto de ayudar a otro.

La Luz es Amor, y el Amor no daña. Cuando quieras servir, hazlo con Amor, sin pedir nada a cambio, porque la correspondencia es de acuerdo al intercambio Rítmico Balanceado.

En el silencio hay Paz, cuando es la Paz quien produce el silencio, porque mientras escuches las voces airadas de tus elementos, llamándote a hacer justicia entonces no hay Paz.

Lo que haces por el otro, lo haces por tí. Por eso, cuando amas a su Ser, te liberas y a la vez le Liberas en la Conciencia de Unidad que es la Vida.

Súmate al acto consciente de dar Vida a tus semejantes. Para ello sólo necesitas la disposición de ser un canal de la Luz.



"PODEMOS DISOLVERNOS EN EL TODO Y COMPRENDER QUE EL TODO SOLO PUEDE EXPRESARSE A TRAVÉS DE MI".



El pecado es una ilusión, una fijación neurótica del pasado.

Es pecado lo que un día permitió tu evolución hacia la libertad

y hoy, una vez atravesada esa etapa del camino,

ha dejado de cumplir su función transformadora.

Se trate de la violencia, el orgullo, el miedo o el sentimentalismo,

su tiempo, el de los primeros pasos de la evolución, se ha consumado.

Si te abandonas una vez mas a todos esos hábitos y dependencias

levantarás un muro infranqueable entre tí y la Totalidad.



Has vivido el odio, la duda, la ambición, el temor y la mentira,

y cada una de estas emociones egóticas te ha permitido crecer en comprensión.

Pero su tiempo ha pasado. Deja de arrastrarlas sobre los hombros como un pesado fardo.

Los fantasmas no pueden ser vencidos.

Contempla cara a cara su naturaleza ilusoria y en un instante se van.

La oscuridad no desaparece nunca del mundo dualista.

Alegría y dolor, calma y agitación; salud y enfermedad; creatividad o copia...son parejas exclusivas de opuestos

pero mientras que los primeros nos abren al compartir,

los segundos nos bloquean y nos encierran en el circuito del ego.

Si deseas lo que te expande, primero has de ser capaz de amar

y comprender lo que te contrae.

Y recuerda ¿conoces un camino mas directo que la noche

para alcanzar conscientemente el nuevo día?



Avanzando por el sendero de la luz conocerás el sufrimiento.

Y la vía es tan estrecha que solo puedes recorrerla desnudo,

sin soportes externos, deseos, miedos ni esperanzas,

dejando a un lado los conceptos, la historia personal y los gustos y disgustos.

Sufres cuando algo que consideras tuyo se aleja de tí,

cuando una cualidad que creías poseer se manifiesta ausente,

o cuando no logras materializar la realización de algún deseo.

De esta manera las experiencias de la vida te enseñan el desapego.

Es decir, solo posees lo que hayas conquistado mas allá del cuerpo y de la mente.

Sólo es verdaderamente tuyo lo que puedas llevar contigo

cuando emprendas el misterioso e incierto viaje de la muerte.



La desesperación, la angustia, la duda... son signos de debilidad

que solo permiten avanzar en las primeras etapas del camino.

Signos de contradicción y de falta de unidad,

pero sobre todo signos de pérdida de fé en la Totalidad que nos rodea.

La incapacidad para estar atento, para ser flexible, para aventurarse en la noche,

para correr riesgos, para estar sin hacer nada o para enfrentar un conflicto,

son síntomas de declinación de la conciencia.



Vive desnudo, maravillado ante el Misterio.

Ábrete desde la dualidad mental al lenguaje del Amor.

Eleva la Materia hasta que vibre en el Espíritu.



El pasado te encierra a través de la repetición y el hábito.

Ansías la seguridad y pierdes la vida.

Las costumbres y dependencias no vienen de fuera. Tú los llamas.

Tú mismo has construido la prisión y temes abandonarla.

Sus barrotes están formados de moral y de normas que recubren lo Real,

en una total ausencia de luz y de alegría.

Derrumba las defensas que has levantado para aislarte de lo invisible,

porque lo Divino está a cada momento sobre la Tierra .



La Verdad no puede ser enfrentada de manera directa,

y nunca es “esta o aquella”, sino “ni uno ni dos”.

La práctica de técnicas espirituales ya no conduce a ningún lugar.

Lo que cuenta es el Propósito, el Intento o la Voluntad detrás de la acción.

Es el momento de conquistar, en el proceso de purificación, el estado de Ser

desde el cual cualquier cosa que hagas encarne elevadas vibraciones

y plante la semilla del despertar espiritual en la vida.



Un instante de total entrega a Su Voluntad

vale mas que un centenar de años de esfuerzo iniciático.

Es difícil atravesar conscientemente los obstáculos de la Materia

para que otros, a partir de tu ejemplo, emprendan su propio sendero.

Esa Vía del Corazón que lleva directamente al abismo del gozo

en el que todos los obstáculos han desaparecido.

âAhora para tí, si la lucha y la destrucción son todavía necesarias

es porque aún te sientes inválido para comprender el mensaje del amor.



Persigas lo que persigas es mentira, y la mentira te cierra y te contrae.

La fuerza que te empuja a conseguir alguna cosa es un enfermedad.

Ser simple es imprescindible en la meditación.

El pequeño yo del viejo hombre ansía acumular distintas formas de espiritualidad,

de transcendencia o religión, de saber o discriminación, y de todo tipo de experiencias.

Eres como una enorme biblioteca que no quiere vaciarse de su fichero caduco,

que no quiere abandonarse en manos de la sabiduría innata que es la Gracia.



Es hora de vivir la totalidad.

Crea Espacio en tí, porque el espacio es femenino.

Haz sitio sin tregua para que lo Otro se manifieste.

Confía en tu propia inteligencia.

En cada situación se encuentra la justa respuesta.

Deja de aparentar santidad o conocimiento y realiza lo que ya eres.

El maestro infalible no va delante, sino en tí.

Se simple, no observes ni persigas nada en la meditación.

Entonces sentirás la soledad y la locura de existir sin apoyos.

!Atrévete a descansar en el Vacío sin soportes mentales!

Pues el miedo al vacío se diluye cuando te abres a la Presencia

sin dependencias, mentiras, distracciones ni planes preconcebidos.

Riega con las flores perfumadas de la oración

el desierto silencioso y selvático de la atención meditativa.

Sé el místico y el sabio unidos.

Sé la mujer o el hombre de sentimiento,

el artista creador de objetos de poder, el ensoñador de lejanas auroras,

y el amante juguetón que levanta los velos de la Visión verdadera.



No insistas en reformar el mal o perderás la vida en ello.

Mas bien afirma lo positivo de cada persona y en cada situación.

Resalta de cada uno su mejor cualidad y deja a un lado los errores.

Si solo haces incapié en las debilidades, tu energía l es permite sobrevivir.

No exageres ni deformes jamás la medida de tu percepción.

Evita las palabras ofensivas, abandona las murmuraciones,

y muestra en tu acción, mas allá de las palabras,

la justa actitud de entrega al instante.

Olvida la enfermedad para que seas capaz de expandir

la salud y la alegría de Su Palabra.

Entonces serás testigo de un crecimiento insospechado y global.

Acepta el riesgo de vivir

y conocerás la única seguridad que puede existir en este mundo,

la nueva Luz, la voz del silencio que habla quedamente en tu oído.



Hay en tu interior un lugar inmutable, que nunca cambia.

Libre del tiempo que es mente y de la destrucción.

Un lugar eterno que no tiene nombre, ni forma,

y que nunca ha conocido ni conocerá la oscuridad.


http://www.carlosfiel.com








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